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Un grupo de países promueven el uso de estándares abiertos para la tecnología de la información

Fuentes: New York Times

Traducido para Rebelión por Carlos Martínez

 

 

En un informe que se presentará el próximo viernes en el Banco Mundial, un grupo que incluye a los gobiernos de trece grandes países, va a solicitar que se impulsen los estándares abiertos en la tecnología de información, al ser un elemento esencial para acelerar el desarrollo económico, la eficacia y la innovación.

 

 

 

El grupo de trabajo fue coordinado por el Centro Berkman para el Internet y la Sociedad y por la Facultad de Derecho de Harvard, y ha sido bautizado como «hoja de ruta» para la cooperación al desarrollo de estándares abiertos de la tecnología mediante políticas estatales.

 

 

 

Mientras que en el documento de 33 páginas, no se menciona los nombres de ninguna compañía, este informe nace cuando algunos estados de EE.UU están persiguiendo planes para reducir su dependencia de fabricantes propietarios del software, sobretodo de Microsoft, usando más software de código abierto y libre.

 

 

 

El proyecto fue iniciado por el centro de Berkman de Harvard, el que solicitó la ayuda de IBM y Oracle para financiar la reunión que se celebró durante tres días el pasado febrero en Silicon Valley, cuando los representantes de los gobiernos de China, la India, Tailandia, Dinamarca, Jordania, el Brasil y otros participantes discutieron sobre los estándares de la tecnología y el desarrollo económico.

 

 

 

IBM y Oracle son los grandes rivales de Microsoft, ya que han apoyado a Linux, el sistema operativo de fuente abierta más popular y que es una seria alternativa a Windows de Microsoft. (Microsoft, sin embargo, es un patrocinador corporativo del centro de Berkman.)

 

 

 

El informe expone claramente que los estándares abiertos de la tecnología – que sería el equivalente digital del ancho común de las vías en el ferrocarril – no es lo mismo que software de fuente abierta. La fuente abierta del código es un modelo del desarrollo para el software en el cual el código es compartido y mejorado libremente por una red cooperativa de programadores.

 

 

 

El informe del grupo indica en un punto que sea la decisión gubernamental y política la que «elija la opción tecnológica mediante ley y no, al contrario, que sea el modelo de desarrollo gubernamental tenga que adoptarse al software.»

 

 

 

El documento define un estándar abierto como tecnología que no sea poseída por una sola compañía y se publique abiertamente. No obstante, hay una gran discusión entre la industria y las autoridades que regulan el mercado sobre el alcance de hasta donde debe llegar esta apertura tecnológica.

 

 

 

En los últimos años, Microsoft ha sido un participante activo en los grupos Web y de Internet, que han desarrollado estándares que puedan ser compatibles y utilizados por diversos programas. Esto permite que la información – sobre una cuenta bancaria de la persona o, opinión – sea accesible desde diferentes programas, pero en muchas ocasiones el código de dichos estándares puede ser ser propietario.

 

 

 

Algunos países y estados desean ir más lejos, promoviendo la adopción de los formatos abiertos de los documentos de texto, las hojas de cálculo y las presentaciones. Y que esos formatos abiertos sean alternativas a los formatos de los programas de Microsoft, usados mayoritariamente, como son Word, Excel y Powerpoint. El estado de Massachusetts, por ejemplo, propuso el cambio de los formatos de sus documentos a los formatos abiertos de OpenOffice para su uso dentro de la administración.

 

 

 

Microsoft, en una declaración, manifestó que estándares abiertos son una buena idea, pero «no creemos que el la solución propuesta de un formato único sea la mejor solución para alcanzar estas metas.»

 

 

 

En el Banco Mundial, el interés en estándares abiertos se centra, sobre todo, como herramienta para estimular el crecimiento económico en países en vías de desarrollo. «Si se está utilizando la tecnología para aliviar la pobreza, entonces el código abierto es una alternativa deseable» dijo David Satola, un consejero del Banco Mundial, manifestando que «hay elementos interesantes en este informe que se podría utilizar para orientar las políticas nacionales sobre los estándares tecnológicos.»