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Un oficial británico sostiene que el ejército usamericano en irak es una institución racista

Fuentes: The Guardian

Traducido para Rebelion por LB.

Un alto oficial británico ha criticado al ejército usamericano por su conducta en Irak, acusándolo de racismo institucionalizado, falsa superioridad moral, optimismo exacerbado y de no estar capacitado para llevar a cabo operaciones contrainsurgentes.

La feroz crítica formulada por el brigadier Nigel Alwin-Foster, el segundo oficial de más alta graduación encargado del entrenamiento de las fuerzas de seguridad irakíes, es un reflejo de las críticas y frustración aireadas por comandantes británicos acerca de las tácticas usamericanas.

Lo que resulta sorprendente es la severidad de estos comentarios y la decisión de Military Review, una revista del ejército usamericano, de publicarlos.

Los soldados usamericanos, dice el brigadier Aylwin-Foster, «eran casi siempre corteses y considerados», Pero, prosigue: «a veces sus insensibilidad cultural, seguramente inconsciente, equivalía a racismo institucional».

El ejército usamericano, dice, está imbuido de un incomparable sentimiento patriótico, de deber, pasión y talento. «Sin embargo, parecía abrumado por la burocracia, por un concepto asfxiante de la jerarquía, por una predisposición a emprender operaciones ofensivas y por una noción según la cual el deber exigía que todos los problemas se atacaran frontalmente».

El brigadier Aylwin-Foster dice que la encomiable actitud del ejército usamericano de considerar que «no hay nada imposible» condujo paradójicamente a otro rasgo: el «optimismo perjudicial». Semejante espíritu, dice, «no es útil si inhibe a los oficiales de bajo rango de notificar noticias desfavorables a los escalones superiores de la cadena de mando» .
Pero su crítica principal es que los comandantes militares usamericanos no han sabido adiestrar y educar a sus soldados en el arte de las operaciones de contrainsurgencia y en la necesidad de cultivar «los corazones y las mentes» de la población local.

Mientras que los oficiales usamericanos en Irak criticaban a sus aliados por mostrarse demasiado reacios a utilizar la fuerza, su estrategia consistía en «matar o capturar a todos los terroristas e insurgentes: consideraban la destrucción militar del enemigo como un objetivo estratégico en sí mismo». Resumiendo, prosigue el brigadier, «el ejército usamericano ha desarrollado con el tiempo una singular predilección por una variante particularmente rápida y violenta de la guerra convencional».

Una perspectiva tan poco sofisticada, arraigada en la doctrina militar usamericana, es contraproducente y complica enormemente las tarea a la que se enfrentaba el ejército usamericano puesto que aliena a grandes porciones de la población, sostiene el brigadier Aylwin-Foster.

Lo que el brigadier denomina sentido de «superioridad moral» fue lo que condujo a la respuesta usamericana a la muerte de cuatro contratistas (sic) usamericanos en Fallujah en la primavera del 2004. Como táctica provocadora de los insurgentes pensada para provocar una respuesta desproporcionada, tuvo éxito, dice el brigadier, puesto que hizo que los comandantes usamericanos «se aplicaran a la destrucción total del enemigo».

El brigadier observa que el disparo en una sola noche de más de 40 salvas de artillería de 155 mm sobre una pequeña parte de la ciudad fue considerada por los comandantes usamericanos locales como «una minúscula aplicación de la potencia de fuego». Tales tácticas no son la respuesta, dice, para liberar a Irak del control de lo que denomina «una insurgencia tenaz y despiadada».

Las críticas del brigadier Aylwin-Foster han sido repetidas por otros altos mandos militares británicos, aunque no de una manera tan devastadora. El general Sir Mike Jackson, jefe del ejército, dijo a parlamentarios en abril del 2004, cuando las fuerzas usamericanas estaban atacando Fallujah: «Debemos ser capaces de combatir con los estadounidenses. Eso no significa que debamos ser capaces de combatir como los estadounidenses». Ayer, el coronel William Darley, editor del Military Review, declaró a The Guardian: «[El brigadier Aylwin-Foster] Es un reconocido experto en este campo que está formulando una crítica franca. Desde luego, sabe de lo que habla… Se trata de una discusión profesional y de una crítica profesional entre profesionales sobre lo que se debe hacer. Lo que dice tiene autoridad y es un punto de vista útil, tanto si se está de acuerdo como si no». En una nota de descargo afirma que el artículo no refleja la opinión del ejército británico o usamericano.

El coronel Kevin Benson, director de el escuela militar usamericana de estudios militares superiores, que había declarado al Washington Post que el brigadier era un «insoportable petimetre británico», aclaró que su comentario había surgido en el calor del momento. «Aplaudo al brigadier por haber iniciado el debate», dijo. «Es un debate que debe continuar y yo mismo estoy redactando una respuesta».

El brigadier fue en el 2004 subcomandante de la oficina de transición de seguridad encargada de adiestrar y organizar a las fuerzas armadas irakíes. El pasado año asumió el cargo de subcomandante de la Eufor, la fuerza de pacificación europea desplegada en Bosnia. Anoche fue imposible contactar con él.