Traducido del inglés por Sinfo Fernández
Pintura del artista iraquí Dr.Talib Al-Allaq
Por el amor de Dios, díganme por dónde empiezo…
Estaba dispuesta a escribir sobre el Día del Padre y sobre los miles de niños iraquíes sin padre. De los miles de padres asesinados, de los miles de padres que intentan desesperadamente alimentar a sus familias arriesgando sus vidas a diario, en un país asolado por violencia demoníaca. De los padres en el exilio que venden chatarra en Ammán y Damasco, aguantando los peores insultos cada día. O de los padres desempleados, que sienten la profunda desolación interior de tener que contemplar cómo sus niños pasan hambre. O quizá sobre ese padre de cabeza abatida y postura encogida, que esconde cicatrices bajo una camisa desgastada. El padre que ha sido encarcelado, humillado, torturado y sodomizado y que no es capaz ya de mirar a sus hijos a los ojos…
O quizá en lugar de eso debiera escribir sobre sodomía y torturas sexuales…
Más horrores que emergen del informe Taguba y de Abu Ghraib… Más informes de «abusos». Y estoy segura que Abu Ghraib no ha terminado. Tengo la certeza de que hay más Abu Ghraibs sucediéndose por todo Iraq, en esos sombríos centros de detención…
Uno de esos valientes chicos estadounidenses es pillado con los pantalones bajados, sodomizando a una mujer iraquí detenida. No tengo estómago para resistir la escena, ya prepararé un escrito largo sobre eso, para poder expurgar su inmundicia… Me vienen a la mente rectos desgarrados y excrementos.
Esperen. Creo que en lugar de lo anterior escribiré sobre excrementos…
Un orfanato en Bagdad. 24 niños son encontrados yaciendo desnudos sobre charcos de sus propios excrementos, muertos de hambre, cubiertos de heces y moscas, con las manos atadas a despojadas camas metálicas. Con la «liberación», el principal orfanato de Bagdad fue bombardeado. Por supuesto, nadie habló de ello. Cientos de niños se vieron en la calle siendo objeto de comercio, de tráfico de seres humanos.
UNICEF escribió un breve informe sobre ese suceso que no tardó en desaparecer de su página en Internet. Comercio en dólares por cada cabeza de niño, como en el mercado de esclavos, exportados a los países vecinos del Golfo como… sólo Alá sabe como qué…
Cabezas y más cabezas… Quizá necesite escribir de cabezas rodantes…
Un informe filtrado desde el Ministerio iraquí de Sanidad acerca de una autopsia (qué oxímoron supondría ese título) afirma que la cabeza de Barzan Al-Tikiriti fue cortada muy lentamente con un instrumento afilado mientras su cuerpo mostraba las huellas de los cardenales de las patadas. Cortaron lentamente su cabeza, muy lentamente, mientras pateaban y sacudían su cuerpo al mismo tiempo, en otro charco de sangre…
Amputados… Esperen, quizá debiera escribir sobre las circuncisiones a la fuerza en Basora. Una castración pública. Otra escena sangrienta.
Los milicianos del Mahdi (¿recuerdan al Mahdi, su querido chico del taladro?) acorralaron a un grupo de sabaean, convirtiéndoles a la fuerza. Los sabaean son uno de los grupos étnicos más antiguos de Iraq. A punta de pistola y de taladro, estuvieron de acuerdo en abrazar el credo del Mahdi. Un viejo sabaean de 70 años, con una barba que le llegaba hasta el vientre, fue circuncidado. Sangrienta amputación del prepucio.
¿He dicho la palabra sangre? Eso me recuerda el coagulo de sangre de Ozman, clavado en su pierna…
«Layla, necesito algún anticoagulante, necesito aspirinas. Ayúdame, por amor de Dios».
Ozman no puede salir de su casa, no puede llegar hasta una farmacia, no puede ver a un médico. Francotiradores, controles, miedo…
«Me están enterrando vivo en casa»… dice.
Enterrado vivo en casa… Sí, escribiré mejor sobre eso.
Alia iba conduciendo su coche con tía Samira para intentar conseguir algo de gasolina. De repente, el coche fue acribillado a balazos. Tuvieron suerte. Un hombre de negro se acercó a ellas.
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¿Qué has hecho? Casi nos matas.
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¿Por qué no parasteis?
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No os vi. No lleváis uniforme, no hay puesto ningún control, no hay nada.
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Hice señales con la mano.
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No te vimos. Lo siento.
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No quiero tus disculpas. Quiero que os vayáis a casa y os quedéis allí. No quiero ver nunca vuestra cara otra vez por este barrio. Tenéis que quedaros en el lugar al que pertenecéis.
Hogar, un hogar… cualquier hogar… Creo que escribiré mejor sobre eso.
Maruan es un iraquí palestino. Así es como se expresa:
«No sé dónde está mi familia. Están tirados en algún lugar del desierto, entre Siria e Iraq. Layla, ya perdí a cuatro de ellos en Baladiyat. Echo mucho de menos a Sadam…»
Pesares y nostalgia… Quizá deba escribir mejor sobre eso.
Salman es un chií iraquí… Un acérrimo anti-Saddam, que me dice:
«No se ve el fin de este oscuro túnel, Layla. Es necesario que vuelva un gobierno fuerte, con mano de hierro. Pagaría lo que fuera con tal que volviera…»
¿He oído la palabra pagar? Pagos, nóminas…
Vamos a averiguar algo ahora.
En uno de mis escritos mencioné que un miembro del parlamento en el burdel de la Zona Verde consigue 30.000 dólares al mes más los beneficios extras. Ahora bien, ¿quieren saber cuánto consigue la madrina? No bromeo con esto.
Yalal Talabani consigue un millón de dólares al mes más los beneficios extras. ¡Esa gorda prostituta se ha embolsado en dos años 24 millones de dólares! Mientras que la mayoría de los iraquíes no consiguen ni un pedazo de pan…
Pan… Eso me recuerda el marido de Nadia. Tras ser despedido de su trabajo como contable se puso a hacer de panadero. Acabo de saber que tiene tifus. Fiebres atroces en un Iraq atroz…
Por eso, díganme, ¿por dónde les gustaría que empezara? Pueden elegir.
¿El Día Sin Padre, huérfanos en medio de excrementos, sodomía estadounidense, charcos de sangre, enterrados en casa, cabezas cortadas, castraciones públicas, errantes sin hogar, pesar y nostalgia, o cómo hacer un millón de dólares al mes en Iraq?
Bien, cuando se decidan, háganmelo saber. Pero recuerden que el final no está a la vista…
Ahora, si no les importa, me gustaría ir y arrastrarme hasta un rincón, adoptar una posición fetal y desaparecer… Desaparecer de esos principios sin fin, desaparecer de mi propia impotencia, desaparecer muy lejos…
Fuente:
http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/06/endless-beginnings.html
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate.