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Un traidor en Bagdad, otro más en Kabul

Fuentes: Desertpeace

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Traidores, sin que importe el tiempo ni el lugar, enemigos de sus propios pueblos, de sus mismas patrias. Enemigos también de los valores más esenciales de la moralidad humana.

Desde luego que uno no debería rendir culto sin más a su país. Un ciudadano con conciencia moral debería de abstenerse de apoyar a su propio país, o más correctamente, a su propio gobierno, si ese gobierno decide hacer mal las cosas y adoptar políticas que son manifiestamente inmorales.

La muy conocida opresión israelí sobre los palestinos y el imperialismo genocida estadounidense en Iraq y Afganistán son dos clásicos ejemplos de las políticas criminales que la gente de bien y con conciencia debería rechazar y resistir con toda firmeza.

En efecto, oponerse a esas políticas es la expresión última del auténtico patriotismo, mientras que apoyar al país de uno -equivocada o acertadamente- no refleja sino una patriotería ciega y una bancarrota moral. Este factor es el que traza en última instancia la línea de distinción entre civilidad y salvajismo, entre ilustración y primitivismo.

Sin embargo, la depravación moral sobreviene cuando los ciudadanos de un determinado país colaboran con los invasores extranjeros para conseguir objetivos que son decididamente criminales y malvados. Tal es el caso del gobierno iraquí.

Nuri al-Maliki, el Primer Ministro de Iraq, podría pensar que está sirviendo a los intereses de su país al permitir que el imperialismo estadounidense se afiance permanentemente en Iraq.

Podría también verse tentado a sostener que muchos países de todo el mundo están albergando bases militares estadounidenses sin que su respectiva soberanía nacional se vea comprometida.

Se equivoca.

En primer lugar, Iraq no es Japón, ni siquiera Corea del Sur. La presencia del ejército estadounidense en Iraq no persigue precisamente ayudar a los iraquíes a conseguir una independencia, estabilidad y prosperidad verdaderas.

Las fuerzas ocupantes estadounidenses están en Iraq para destruir Iraq, lo que ya han conseguido con una intensidad indescriptible; torturar a los iraquíes y transformar la tierra de Harun al-Rashid [*] en una virtual colonia sionista al servicio de los «intereses sionistas-judíos globales».

Además, los estadounidenses parecen empeñados en apropiarse del petróleo iraquí convirtiendo Iraq en una república bananera, un mero mercado barato para los productos estadounidenses.

Otra de las razones importantes tras la ocupación estadounidense de Iraq fue la de impedir que el potencial de Iraq se convirtiera una vez más en una amenaza para la supremacía militar sionista. Si no, ¿por qué los agentes del Mossad escudriñarían Iraq de norte a sur y de este a oeste asesinando a los mejores científicos iraquíes, posiblemente con la complicidad de los servicios de inteligencia estadounidenses, kurdos e iraquíes?

Resumiendo. Estados Unidos quería destruir o neutralizar Iraq en nombre de Israel. ¿No era ese acaso el principal factor existente impulsando la invasión, ocupación y virtual destrucción por parte de Estados Unidos de la antigua tierra de Mesopotamia?

En verdad que el actual liderazgo iraquí parece haber perdido cualquier sentido del honor y la dignidad nacional. Eso es lo único que puede deducirse de la sorprendente complacencia desplegada hacia el mismo país que asesinó o causó la muerte de cientos de miles de iraquíes… todo ello «porque lo que es bueno para Estados Unidos merece la pena», como la malintencionada Madeleine Albright no tuvo empacho en manifestar hace varios años.

Actualmente, el traidor de Bagdad, el Ibn al-Alqami de nuestra época (Ibn Al-Alqami fue el visir del último califa abasida en Bagdad, al-Muta’sim, que fue acusado de abrir las puertas de Bagdad a los ejércitos de Hulago [**]), está eficazmente permitiendo que EEUU mantenga una cantidad de bases aéreas y terrestres sobre suelo iraquí que van a utilizarse contra países árabes y musulmanes, o que al menos van a servir para mantener la hegemonía estadounidense sobre los campos petrolíferos en la región.

Igualmente obsceno es el consentimiento inicial del dirigente iraquí a la hora de garantizar que los soldados estadounidenses que asesinen y violen a los iraquíes gozarán de inmunidad ante los tribunales iraquíes. ¿Qué fue del honor de Iraq y del pueblo iraquí? ¿Acaso está siendo pisoteado no sólo por los invasores estadounidenses-sionistas, sino también por el propio gobierno colaboracionista de Iraq y por el fantoche de su primer ministro al que nada detiene a la hora de proclamar que sirve a los intereses nacionales de su país y de su pueblo?

¿Podría cualquier honorable iraquí, ya sea sunní o chií, árabe o no, cristiano o musulmán, aceptar esos humillantes «acuerdos» que garantizan a los violadores de nuestras hijas y asesinos de nuestros niños la inmunidad en los tribunales iraquíes?

¿Acaso son los estadounidenses una raza de gentes a quienes no se les pueden aplicar las leyes de Dios y de los hombres? ¿Aceptarían alguna vez el Congreso y el gobierno estadounidense garantizar la inmunidad en los tribunales estadounidenses a un extranjero que viva en Estados Unidos en caso de que él o ella hayan cometido una felonía, o incluso un delito menor en suelo estadounidense?

¿O es que Iraq está convirtiéndose justo en otra «Autoridad Palestina» donde soldados israelíes de comportamiento similar a los nazis gozan de carta blanca para violar los centros de población palestinos noche y día mientras miles de «soldados» y «oficiales» palestinos entrenados por los estadounidenses se ven confinados en sus gallineros… porque los acuerdos ¡¡así lo estipulan!!

Y ahora vamos con el traidor de Kabul, Hamid Karzai, el supuesto «Presidente de Afganistán», que representa a un tipo aún más barato y pornográfico de colaboracionista que el traidor de Bagdad.

¿Qué más podría uno decir de un hombre que probablemente disfruta observando como los pilotos estadounidenses y de la OTAN descargan muerte y pavor sobre inocentes hombres, mujeres y niños afganos mientras duermen en sus chozas de barro en el campo afgano?

Las personas, por no mencionar a los dirigentes, que así se comportan son realmente pura escoria, alimañas, sucias bestias que deberían ser borradas de la faz de la tierra.

Bien, esta es la época de la democracia estadounidense en el mundo musulmán. Salam, Shalom, Paz… y ¡¡¡American way!!!

N. de la T.:

[*] Sobre Harun al-Rashid, véase en wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Harún_al-Rashid

[**] Hulago: Nieto de Gengis Khan, que dirigió la invasión mogola que arrasó Bagdad en 1258.

Enlace con texto original en inglés:

www.desertpeace.wordpress.com/2008/10/19/a-traitor-in-baghdad-a-traitor-in-kabul/