Imágenes de un video grabado por un joven estudiante de periodismo iraquí provocaron la investigación de cerca de una docena de infantes de marina estadounidenses por cometer posibles crímenes de guerra. El video fue filmado luego que una bomba al costado de una carretera mató a un infante de marina estadounidense en Haditha. Más tarde, […]
Imágenes de un video grabado por un joven estudiante de periodismo iraquí provocaron la investigación de cerca de una docena de infantes de marina estadounidenses por cometer posibles crímenes de guerra. El video fue filmado luego que una bomba al costado de una carretera mató a un infante de marina estadounidense en Haditha. Más tarde, soldados estadounidenses atacaron casas en esa área y mataron a 15 civiles. En un principio, el Pentágono atribuyó la responsabilidad de las muertes al atentado con bombas que mató al soldado. Pero unos meses después se abrió una investigación cuando un periodista de la revista Time le entregó la grabación a las Fuerzas Armadas. El video muestra a las víctimas tiradas en las casas bombardeadas. Tres niños murieron.
Por otro lado, la policía iraquí acusó a soldados estadounidenses de asesinar a 11 civiles en un ataque llevado a cabo la semana pasada. Según un informe de la policía iraquí obtenido por la agencia de noticias Knight Ridder, los residentes de la localidad fueron asesinados luego que soldados estadounidenses los llevaron a una habitación en una casa cerca de la ciudad de Balad. Entre los muertos se encontraban dos niños, un bebé de seis meses y una anciana. El informe dice que los soldados quemaron tres vehículos, mataron a los animales de los habitantes e hicieron explotar la casa. Un comandante de la policía local dijo que todas las víctimas fueron halladas con las manos esposadas y con heridas de bala en la cabeza.
Asimismo, el New York Times reveló nuevos detalles de los abusos sistemáticos en las prisiones llevados a cabo por una unidad militar estadounidense especial ubicada cerca del aeropuerto de Bagdad.
Según el Times, Task Force 6-26 (Fuerza Operante 6-26) golpeaba regularmente a los detenidos iraquíes, les escupía la cara y los utilizaba como blancos de tiro cuando jugaban a disparar bolas de pintura en la base conocida como Camp Nama. A los prisioneros se les negaba el contacto con abogados o familiares y los mantenían detenidos por semanas sin cargos en su contra. Los abusos continuaron a pesar de las advertencias de los investigadores del Ejército que comenzaron en agosto de 2003, e incluso luego de que el escándalo de Abu Ghraib se hizo público, menos de un año después. Se informó que la unidad tenía el lema: «Si no los haces sangrar, no te pueden procesar».