Traducido del inglés al castellano por Germán Leyens, miembro del colectivo de traductores de Rebelión y asimismo de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística ( [email protected] ). Esta traducción es copyleft.
el resultado final en el combate contra las esperanzas
y los sueños de la gente corriente es el recurso a la diseminación
del terror mediante la aplicación de una extrema violencia.»
«Para Iraq, la ‘Opción salvadoreña’ se convierte en realidad.»
Max Fuller
La noción de que Iraq es consumido actualmente por la guerra civil depende de una serie de suposiciones que son inherentemente falsas. En primer lugar, se supone que el Pentágono ignora el principio fundamental que subyace a todas las guerras. «Conoce a tu enemigo». En este caso, no cabe duda de cuál es el enemigo: es el 87% del pueblo iraquí que quiere ver un fin inmediato de la ocupación usamericana. Por ello, la mayor amenaza a los objetivos usamericanos de bases permanentes y ocupación es la camaradería que se manifiesta a través de la solidaridad árabe o del nacionalismo iraquí.
Con este fin, el Pentágono, mediante sus sucedáneos en los medios, ha creado una narrativa «auto-realizable» de que la guerra civil ya ha comenzado. La mayor parte de la cobertura de la guerra ahora se presenta como si la violencia fuera generada por tensiones étnicas y odios sectarios. ¿Es realmente así? Parte de los observadores más astutos se han dado cuenta de que otras partes de la guerra propagandística (como las referencias al «imaginario» al-Zarqawi) se han evaporado por completo, ya que los especialistas en la desinformación del gobierno dedican 100% de su tiempo a promover su último producto: la guerra civil.
En realidad, si alguno de nosotros estuviera involucrado en los planes de «pacificación» del Pentágono probablemente haríamos lo mismo. Después de todo, el Departamento de Guerra ya no da más, así que había que diseñar un plan para distraer la atención de las fuerzas de ocupación y hacer que los iraquíes se maten mutuamente. La única alternativa razonable es incitar a la «violencia sectaria» y hacer que la guerra civil sea inevitable. Ésa, por supuesto, es la tarea de los escuadrones de la muerte entrenados por USA. (The New York Times ha confirmado que escuadrones de la muerte del Ministerio del Interior fueron entrenados por fuerzas usamericanas).
Durante tres años, la resistencia iraquí ha mantenido exitosamente a las fuerzas usamericanas a la defensiva, tomando el control de más áreas, destruyendo a su voluntad oleoductos e instalaciones petroleras, desalentando el enrolamiento en las Fuerzas de Seguridad Iraquíes y reduciendo el apoyo público entre los usamericanos8 (un 63% de estos cree ahora que la guerra fue «un error»).
Estos son los objetivos de todo movimiento guerrillero: Una erosión gradual del apoyo público, la deflación de la moral, ataques sorpresa, y la obtención de más apoyo de la población en general.
Es obvio que ésta ha sido la estrategia victoriosa de la resistencia, la que no abandonarán fácilmente para lanzarse a una guerra étnica religiosa.
Así que, ¿de dónde proviene la violencia? ¿Podrá ser que las milicias independientes están empeñadas en una guerra sectaria sin ayuda del grueso de la resistencia?
Puede ser, pero no es probable. De nuevo, el único que se beneficia con la guerra civil es el ejército de USA, y es obvio que los militares no tienen otra opción que seguir una estrategia de «dividir para reinar». Simplemente no tienen los recursos humanos para algún otro plan.
En un sentido más amplio, la «presunta» violencia sectaria es consecuente con lo que hemos visto en anteriores operaciones operadas por la CIA en El Salvador y Nicaragua. Cheney, Rumsfeld y Negroponte son alumnos de esos conflictos (que, según Cheney, tuvieron un éxito bastante admirable) así que es probable que apliquen lo que aprendieron sobre la contrainsurgencia a la actual guerra en Iraq. El experimento en El Salvador probó que las masas pueden llegar a ser aterrorizadas hasta que se dobleguen.
¿No es lo que está ocurriendo en Iraq?
En Iraq, están utilizando el terror como substituto para la seguridad, porque Usamérica no tiene la intención de suministrar el personal o el financiamiento necesarios para mantener el orden.
Democracia de Escuadrones de la Muerte
Secuencias de vídeo de una masacre en las afueras de Nahrwan, al este de Bagdad, han aparecido en Internet mostrando los cuerpos de peones chiíes que fueron supuestamente asesinados por escuadrones de la muerte suníes. El periodista Paul McGeough recibió las cintas y prepara un informe sobre su contenido en el Sydney Morning Herald.
En un incidente, cuatro adultos fueron arrancados de su vehículo y muertos a tiros o a puñaladas frente a un niño de 5 años cuyo padre se encontraba entre las víctimas. Cuando la gente de la localidad llegó a investigar la escena, descubrió los cuerpos de 48 hombres y mujeres que habían sido arrojados a una zanja. Los cadáveres mostraban signos de haber sido «asesinados sistemáticamente. La mayoría fueron muertos a tiros, pero algunos parecían haber sido apuñalados y mutilados.»
Lo que debe interesarnos es la parte de «apuñalados y mutilados». Después de todo, la intención de la resistencia iraquí es lograr mayor apoyo para su causa, no enajenar a iraquíes ordinarios mediante actos gratuitos de asesinato. Si, sin embargo, fue la obra de escuadrones de la muerte patrocinados por los usamericanos, entonces el objetivo alternativo de «gobernar mediante el terror» ha sido logrado.
El periodista McGeough mantiene la misma letanía débil que los medios de los círculos dominantes para explicar la tragedia: «La actual rueda de violencia sectaria en represalia fue provocada por el atentado contra la mezquita de Samarra», un lugar santo para los chiíes. En el período inmediatamente posterior al atentado, hubo informes sobre numerosos asesinatos y temores de que las represalias chiíes podrían llevar al país a una guerra civil.»
¿No es la narrativa oficial?
Los medios insisten en que la destrucción de la mezquita con su cúpula dorada fue un «evento del tipo del 11-S» que causó un aceleramiento en el derramamiento de sangre. ¿Y fue así? ¿O formó parte sólo de un estrategia (clandestina) más amplia para fomentar la guerra civil»?
Existe evidencia de que el plan para desviar la atención de las fuerzas de ocupación está teniendo éxito. En febrero los militares [usamericanos] informaron sobre la muerte de menos soldados (31) que en ningún mes en el año pasado.
¿No es ése el objetivo?
En el fundamental artículo de Max Fuller «Para Iraq, la ‘Opción Salvadoreña se hace Realidad» el autor desaprueba la idea de «que el sectarismo es explicación suficiente para la violencia en Iraq». En su lugar, Fuller dice que lo que ocurre está en «manos del estado» y «forma parte de la actual subyugación económica de Iraq.»
El bien documentado artículo de Fuller es indispensable para comprender el aparente caos.
«En Iraq, la guerra viene en dos fases. La primera fase ha sido completada: la destrucción del Estado existente, que no cumplía con los intereses del capital británico y usamericano. La segunda fase consiste de la construcción de un nuevo Estado ligado a esos intereses y en el aplastamiento de todo sector de la sociedad que esté en desacuerdo. Esto involucra, abiertamente, el mismo tipo de terapia de choque que hizo tanto daño en partes del Tercer Mundo y de Europa Oriental. De modo encubierto, significa intimidar, secuestrar y asesinar a voces de la oposición.»
Fuller respalda sus observaciones con amplia evidencia; citando material de fuentes disponibles que ha compilado en su investigación:
«Lo que sabemos, sin embargo, es que cientos de iraquíes están siendo asesinados y que escuadrones de la muerte paramilitares del gobierno títere organizados por entrenadores usamericanos con antecedentes considerables en el terrorismo de Estado son cada vez más asociados con ellos.»
El objetivo de los escuadrones de la muerte no es sólo atacar a un grupo o una etnia en particular, sino dirigir la violencia hacia la creación de tanto miedo como sea posible a fin de pacificar a la población.
Fuller termina su polémica con una declaración resumen que confirma la larga y sangrienta
historia de las guerras coloniales:
«El modelo se repite una y otra vez en cada guerra imperialista de así llamada contrainsurgencia; porque detrás de cada una se encuentra la realidad de la explotación y de la guerra de clases, y, como han mostrado sucesivos poderes imperialistas, el recurso final en el combate contra las esperanzas y los sueños de la gente de a pie es el recurso a la diseminación del terror mediante la aplicación de extrema violencia.»
Un portavoz de la Asociación de Eruditos Musulmanes, Hareth al-Dhari, lo dice de modo más sucinto que Fuller: «Este es terrorismo de Estado.»
Mike Whitney vive en el Estado de Washington. Para contactos: [email protected]