La historia del bloguero postal, del que ya hablamos en La pupila insomne, pica y se extiende. Desde la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), la periodista Dunnia Castillo Galán retoma el caso de Julio S. Alcorta, y su insistencia en luchar contra la censura informativa de un grupo de emisoras internacionales de onda corta. La […]
La historia del bloguero postal, del que ya hablamos en La pupila insomne, pica y se extiende. Desde la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), la periodista Dunnia Castillo Galán retoma el caso de Julio S. Alcorta, y su insistencia en luchar contra la censura informativa de un grupo de emisoras internacionales de onda corta.
La interesante historia nació el 18 de diciembre del recién concluido 2012 cuando, según contó Iroel, un señor de nombre Julio S. Alcortase le acercó al salir de la Casa de la Amistad donde presentaba su libro, para solicitarle su dirección postal a la que deseaba enviarle materiales escritos por él.
Más tarde un abultado sobre, contentivo de seis cartas, una dirigida a él y otras eran copias de algunas enviadas a la emisora Radio Nederland por quien se define como un «bloguero postal» y se ha dedicado desde el 2010 a responder a las noticias y mentiras que difundían y aún difunden, algunas radioemisoras capitalistas, sobre todo Radio Nederland, Radio Exterior de España y otras.
Al carecer de correo electrónico y rompérsele la vieja laptop IBM que poseía, Julio redacta sus mensajes en una máquina de escribir y los envía por correo certificado, sin embargo, no ha recibido nunca una respuesta de estos medios amén de su dos años de insistencia. No obstante, como el que persevera en un empeño triunfa pese a las dificultades, el blog La Pupila Insomne ha permitido que se escuche el grito de este bloguero digital en lo más alto de la red, quien desde el 27 de diciembre hasta el 7 de febrero, se le han unido 78 personas a través de comentarios.
Una vez más queda evidenciado como la comunicación y el intercambio logrado gracias a la revolución científico-técnica que ha simbolizado Internet, pueden constituir una potente arma ante la manipulación de los medios de comunicación.
Pretender imponer verdades únicas a costa de fantasías ya no es posible cuando los usuarios somos capaces de rasgarnos el sello de público meta para hacer valer nuestros criterios. En Internet ya no es posible censurar completamente. En la actualidad, lo que intenta ser silenciado se alzan con más ímpetu en el ciberespacio.
Casos como los blogueros progresistas de Brasil que hoy representan la contrapartida informativa ante un poder mediático en manos de la derecha, la también brasileña Isadora Faber que con solo 13 años utilizó a la red social Facebook para denunciar los problemas de su escuela y logró, pese a la censura que hizo que dejara de actualizar su página, ser conocida mundialmente y transformar la realidad de su centro de estudio, la niña escocesa Martha Payne que con solo 9 años logró financiamiento para dar alimentos en escuelas de África a miles de niños durante todo un curso escolar luego de que su blog NeverSeconds: menú diario de una niña de primaria o nuestro actual y cubano bloguero postal que luego de dos años ha logrado que sus cartas sean leídas desde varias partes del mundo.
Como expresara Goerge Orwell: «El periodismo es publicar aquello que alguien no quiere que se publique, lo demás es publicidad». Con la actual democratización de los medios -aunque lamentablemente no es lo que cotidianamente sucede- no se hace necesario tener un título universitario para dejar huellas en el andar de la comunicación, solo hay que tener deseos de hacer y de hacer bien. «Hay que escribir como si se escribiera en el mármol», nos comentaba en el encuentro Iroel porque «la prensa puede causar más daño que una bomba atómica y dejar cicatrices en el cerebro» como excelentemente dejara descrito Noam Chomsky. (Tomado de Cybermambi)
Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2013/02/08/el-bloguero-postal-una-historia-para-referenciar/