La secretaria de Estado, Condoleezza Rice tuvo el poco acierto hace unos días de indicar en una entrevista televisiva que la Administración Bush espera poder dejar bien asegurada en manos de las nuevas fuerza de seguridad iraquíes al menos la autopista que une Bagdad con el Aeropuerto Internacional el día que EEUU determine abandonar Iraq […]
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice tuvo el poco acierto hace unos días de indicar en una entrevista televisiva que la Administración Bush espera poder dejar bien asegurada en manos de las nuevas fuerza de seguridad iraquíes al menos la autopista que une Bagdad con el Aeropuerto Internacional el día que EEUU determine abandonar Iraq o reducir sustancialmente sus tropas. El desatino de esta afirmación permite comprender las ya escasas expectativas que EEUU tiene de asegurar su control sobre Iraq hasta el punto que, según informa esta semana Newsweek, el embajador de EEUU en Bagdad, Zalmay Khalizad, ha reconocido haber recibido de Washington el visto bueno para «iniciar un diálogo diplomático» con Irán para lograr su implicación ya abierta en Iraq [1].
El discurso de día 30 de noviembre en la Academia Naval del presidente Bush, enfáticamente titulado Strategy for Victory in Iraq («La estrategia para la victoria en Iraq»), no ha logrado tampoco despejar las, cada vez más densas, brumas internas sobre el sentimiento de derrota en Iraq. Es más, el discurso del presidente incluyó también otro desatino como el de la secretaria de Estado Rice: el enfatizar que la Guardia Nacional iraquí ha logrado ya… controlar la calle Haifa de la capital.
Pocas novedades en el discurso, como ya han señalado congresistas demócratas y republicanos. El presidente Bush incidió en lo ya reiterado anteriormente, que EEUU no se retirará de Iraq hasta lograr garantizar condiciones mínimas de seguridad por parte de los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes, una aseveración que, en cualquier caso, es de hecho un reconocimiento implícito del fracaso del proyecto inicial de dominación del país.
La «opción híbrida»
A poco más de 15 días de la convocatoria electoral de diciembre, que habrá de dar paso a un nuevo parlamento y a un gobierno de cinco años de mandato, la Administración Bush afronta la mayor contestación política -ya incluso dentro del propio Partido Republicano- y popular tras la invasión de Iraq. Ante ello, y particularmente ante las limitadas expectativas de un cambio significativo sobre el terreno -si no un empeoramiento-, Washington y Londres parecen dispuestos a -se ha llegado a afirmar, como si de una broma se tratara- «invertir la retórica» [2], es decir, pasar de tranquilizar a sus socios iraquíes del futuro gobierno (como el actual, previsiblemente hegemonizado por las corrientes confesionales chiíes pero seguramente con otro primer ministro) garantizándoles una permanencia indefinida en Iraq, a advertirles que a lo largo de 2006 habrán de afrontar una sustancial reducción de los contingentes estadounidenses y británicos. Así, significativamente, se ha comenzado a hablar de una «salida escalonada» de Iraq a lo largo de 2006.
El Pentágono por lo pronto ya ha informado, siguiendo esta nueva táctica de presión sobre los colaboracionistas internos, que está elaborando planes para sacar de Iraq a comienzos de 2006 tres de las 18 brigadas ahora desplegadas en este país, manteniendo al menos una de ellas en Kuwait, lo que se ha denominado una «opción híbrida» entre la presencia indefinida en el país y la desbandada [3]. Irrelevante en cualquier caso para eludir la presión doméstica: en números reales ello supone reducir los actuales 160.000 efectivos presentes en Iraq a 138.000, una cifra que ha sido imposible de mantener durante 2005 con las convocatorias de las elecciones de enero, del referéndum constitucional de octubre y ahora de las elecciones de diciembre.
Como siempre, la clave parece estar, ya que no en una reducción o derrota de la resistencia armada, en un incremento sustancial en efectivos y capacidad de las nuevas tropas iraquíes que se espera alcancen los 230.000 efectivos este mes de diciembre [4]. Pero por ese lado, el desaliento de los mandos militares estadounidenses sobre el terreno se reitera en cualquier crónica que remiten a sus medios en EEUU los reporteros empotrados con las tropas. Según el consejero iraquí de Seguridad, Mowaffad al-Rubai, a lo largo de 2006 podrían retirarse de Iraq hasta 30.000 efectivos estadounidenses [5]. Se ha llegado a avanzar que, si ello es preciso, se otorgaría poder aéreo al nuevo ejército iraquí, una previsión que de llevarse a cabo habrá de incrementar sustancialmente -aún más- el número de victimas civiles, como han indicado airadamente los mandos militares estadounidenses, según informaba Seymour Hersh esta semana en The New Yorker. Una estrategia combinada de intento de control sobre el terreno por parte de los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes que asocia, por una parte, el incremento de acciones de «guerra sucia», de asesinatos tanto selectivos como indiscriminados por parte de «escuadrones de la muerte» [6], con, por otra, el intento de atraer a sectores islamistas de la resistencia armada al proceso político, en concreto, a su participación en las elecciones de diciembre [7].
La distinción entre resistencia y terrorismo incluida en el comunicado final de la recientemente celebrada Conferencia de Reconciliación en El Cairo iría por ese lado [8]. De hecho, el embajador de EEUU en Iraq admitía el día 27 que, ciertamente, se estaban abriendo contactos directos con grupos armados iraquíes, excluidos los vinculados al Partido Baaz [9]. Precisamente, en su discurso del día 30, Bush identificó al «enemigo» en Iraq, no con la red Al Qaeda o con al-Zarqawi, sino con lo que él denominó rejectionists, es decir, quienes rechazan el proceso político, según la Administración Bush, mayoritariamente baazistas.
Por su parte, dos días después de que Blair considerase «[…] enteramente razonable hablar de una retirada de las tropas [británicas] el próximo año [2006]» [10], el jefe del Estado Mayor británico, general Mike Jackson, tuvo que tranquilizar al presidente iraquí Talabani, de visita en Reino Unido, indicando en un programa del canal 1 de la BBC que las tropas británicas permanecerán en Iraq hasta finales de 2006, fecha en la que se estima que las fuerzas iraquíes podrían reemplazar a las británicas en las tres provincias del sur en las que ahora están desplegadas [11].
Sea cómo fuere, el primer paso hacia el reconocimiento por parte de EEUU y Reino Unido de la derrota en Iraq está ya dado.
Una operación tras otra en Al-Anbar
Según el grupo de análisis de la Institución Brookings de Washington Iraq Index Project, las fuerzas estadounidenses en Iraq habrían dado muerte en los tres meses de agosto, septiembre y noviembre pasados a una media aproximada de 3.000 combatientes, es decir, un total de 9.000 [12]. Si se recuerda la estimación oficial del Pentágono de que la resistencia iraquí podría estar integrada por unos 20.000 efectivos, ello querría decir que EEUU ha eliminado a casi la mitad de sus integrantes. Pero lo cierto es que las cifras no cuadran. La realidad diaria en Iraq confirma que la resistencia, antes que estar en receso, está imbatida: Como muchas veces se ha enfatizado, o bien la cifra de iraquíes involucrados en acciones armadas es muy superior a la señalada, o bien su capacidad de renovación de bajas -su apoyo popular, en suma- es admirable [13].
El pasado sábado, 20 de noviembre, el Pentágono daba por concluido su último y más prolongado operativo en la zona occidental del país, fronteriza con Siria, de la provincia de al-Anbar, denominada «Cortina de Acero» [14]. Iniciada el día 5, y en la que han participado 3.500 soldados estadounidenses e iraquíes, ha determinado un empeoramiento de la situación humanitaria de la población, particularmente de las entre 10.000 y 15.000 familias ya convertidas en refugiadas a causa de anteriores ataques estadounidenses en la región [15]. Tras el asedio y asalto de Karabila y Husayba, los ataques de las tropas de ocupación y colaboracionistas se han centrado en la última parte de la ofensiva contrainsurgente en la ciudad de Ubaydi, muy próxima a la frontera con Siria. Tan solo en esta ciudad las fuerzas de ocupación detuvieron a 252 personas acusadas de estar relacionadas con la resistencia (32 de las cuales habrían sido posteriormente liberadas) y asesinaron a otras 89, según mandos militares estadounidenses.
Más de dos centenares de iraquíes «sospechosos de pertenecer a la resistencia» han sido muertos desde el inicio de la ofensiva, ha indicado el Pentágono [16]. Desde el 28 de septiembre, fecha del inicio de la primera operación en la provincia de al-Anbar, las tropas de ocupación estadounidenses han reconocido haber matado a más de 700 iraquíes en los sucesivos operativos llevados a cabo en la zona y detenido a 1.500 «sospechosos», según informaba el general Rick Lynch el pasado 23 de noviembre [17].
Estas operaciones sucesivas forman parte de la denominada operación Hunter («Cazador»), destinada a impedir los movimientos de la resistencia a lo largo del río Éufrates. EEUU reitera con ello que pretende impedir el paso de combatientes musulmanes que desde Siria intentarían incorporarse al grupo de al-Zarqawi de la red al-Qaeda en Iraq, con el que la Administración Bush pretende identificar a la resistencia iraquí. Sin embargo, las cifras de extranjeros detenidos son muy bajas, incluso las cifras oficiales dadas por el Pentágono. Del millar de combatientes que fueron detenidos durante el asalto de 8.500 soldados estadounidenses e iraquíes contra Tal Afar en septiembre pasado -operativo igualmente justificado con tal argumento- ni uno solo era extranjero, según han reconocido mandos militares estadounidenses dos meses después. La última cifra aportada por el Pentágono de detenidos extranjeros en Iraq, acusados de ser miembros de grupos armados, es de 376 mientras que la cifra total de detenidos políticos iraquíes alcanzaba este mes de noviembre los 13.514, también según las fuerzas de ocupación [18].
También en el transcurso de la segunda mitad de noviembre las tropas de ocupación estadounidenses han lanzado la operación Knockout contra la ciudad de Baquba y Wolf Stalk 2 contra la de Nínive. Según el ministerio iraquí del Interior, en Baquba habrían sido detenidos este mes 370 iraquíes. En Bagdad se mantiene la operación Nacional Unity, iniciada en el verano, y en el centro-sur del país la operación Window, destinada a garantizar el control de estas provincias por parte de fuerzas iraquíes de la Guardia Nacional [19].
Finalmente, fuerzas estadounidenses lanzaban asimismo dos operaciones a lo largo del mes de noviembre contra la capital de la provincia de al-Anbar, Ramadi, la segunda de ellas a partir del día 26 [20].
Acciones en el sur del país
En el sur del país, bajo control británico, la actividad armada anti-ocupación parece estabilizarse. Un soldado británico resultaba muerto y otros cuatro más heridos en la explosión de una bomba al paso de un convoy militar en la ciudad de Basora, informaba un portavoz del ministerio de Defensa de Reino Unido el mismo día del ataque, el sábado 20 de noviembre [21].
Según datos del ministerio de Defensa de Reino Unido recogidos por la organización Iraq Coalition Casualty Count, 21 soldados británicos habrían muerto en el transcurso del año 2005 por acciones de la resistencia, de ellos diez el 30 de enero por derribo de un avión de transporte al noroeste de la capital. Desde el verano, entre uno y tres soldados británicos mueren ya en combate en Iraq, una demostración de la extensión de la actividad armada al sur del país [22].
Sin embargo, esta cifra podría ser mucho mayor, quizás porque el gobierno británico solo incluye entre sus bajas a los nacionales británicos y no a soldados provenientes de países de la Commonwealth. Así, el corresponsal militar del diario israelí Haaretz, Amir Oren, revelaba el pasado 12 de noviembre en un artículo en este medio que las tropas de Reino Unido estarían sufriendo en los últimos meses un sustancial incremento de ataques con los cada vez más sofisticados explosivos que la resistencia coloca en los arcenes de las carreteras, los conocidos como IED (Improvised explosives devices), responsables del mayor número de bajas mortales y heridos entre las tropas de ocupación estadounidenses [23]. Según Oren, el comandante británico de Basora, el general James Dutton, habría reconocido la muerte de 18 de sus soldados tanto solo en los últimos tres meses por este tipo de ataques, una cifra sin duda muy superior a la que el ministerio reconoce.
El ministro de Exteriores, Jack Strow, en una respuesta por escrito ante el Parlamento, señalaba el 24 de noviembre que, «[…] a partir de nuestros datos consulares, al menos 21 británicos han muerto en Iraq desde marzo de 2003 mientras trabajaban contratados por [empresas] privadas de seguridad», una cifra que, igualmente, no es definitiva, según Strow [24]. Por su parte, las fuerzas británicas han dado por muertos «en combate» a 261 resistentes y herido a 141 resistentes desde junio de 2003, según informaba el ministro de las Fuerzas Armadas Adam Ingram ante la Cámara de los Comunes en una respuesta presentada también por escrito ese mismo día, si bien el ministro indicaba igualmente que la cifra es «meramente estimativa, [basada] la impresión subjetiva» de las tropas implicadas en las acciones [25].
También al menos tres miembros del contingente danés resultaban heridos este mes al intentar desactivar una bomba dentro de su acuertelamiento [26]. Dinamarca tiene 539 soldados desplegados en la parte norte de la provincia de Basora.
Otro mes aciago
Para EEUU el balance de las operaciones indicadas y el mantenimiento de la actividad armada de la resistencia en otras zonas de Iraq están suponiendo un incremento sostenido en el número de bajas. Octubre de 2005 con 77 militares caídos en combate fue el mes más mortífero para EEUU desde el inicio de la invasión de Iraq [27]. Las expectativas cuando finaliza noviembre no son mejores. Hasta el 25 de noviembre, la cifra de muertos en combate reconocidos por el Pentágono era de 70 (más 11 muertos en «acciones no hostiles»), es decir, una media de entre dos y tres soldados estadounidenses muertos al día (2,3). No todas las bajas se han producido en al-Anbar, donde los combates han sido ciertamente muy intensos este mes, sino también en hasta otras cinco provincias: Bagdad, Nínive, Saladino, Diyala y Al-Tamín. La media de ataques semanales contra las fuerzas de ocupación supera hoy en día los 500 [28].
El número de heridos está además creciendo exponencialmente. Desde el 19 de marzo de 2003 hasta el 28 de noviembre de 2005, el Pentágono reconoce que han resultado heridos en combate 15.804 militares estadounidenses. Las cifras relativas a la última quincena son espectaculares: una media diaria de 17 heridos en acción, más del doble de las semanas precedentes [29].
Al coste humano de la guerra de Iraq se une el económico, que es ya espectacular: 250 mil millones de dólares [30].
Carlos Varea es coordinador de la Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq, CEOSI (www.iraqsolidaridad.org)
Notas:
1. Hirsh, Johnson y Peraino, «The New Way Out», 5 de diciembre, 2005: http://www.msnbc.msn.com/id/10219753/site/newsweek/page/2/.
2. Kevin Diaz, «U.S. already planning Iraq Pullout, lawmakers say», McClatchy Newspapers, 25 de noviembre, 2005.
3. CNN.com, 18 de noviembre, 2005.
4. The Washington Post, 23 de noviembre, 2005.
5. ABC News, 29 de noviembre, 2005.
6. Véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/represion_29-11-05.html.
7. Véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_17-11-05_2.html. Además del CFNI, la Asociación de Ulemas Musulmanes, máxima instancia religiosa sunní de Iraq, ha reiterado su llamamiento a boicotear las elecciones de diciembre, pese a haber participado en la Conferencia de El Cairo (Azzaman, 24 de noviembre, 2005).
8. Al-Jazeera, 21 de noviembre, 2005.
9. Al-Jazeera, 27 de noviembre, 2005.
10. Hirsh, Johnson y Peraino, «The New Way Out», 5 de diciembre, 2005: http://www.msnbc.msn.com/id/10219753/site/newsweek/page/2/.
11. The Telegraph, 17 de noviembre, 2005.
12. UPI, 28 de noviembre, 2005.
13. Véase en IraqSolidaridad el texto de Carlos Varea: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_3-11-05.html.
14. Xinhua, 24 de noviembre, 2005.
15. Véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_8-11-05.html, http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/cronica_11-10-05.html y http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/agenda/ias_10-10-05.html.
16. CNN.com, 18 de noviembre, 2005.
17. Reuters, 23 de noviembre, 2005.
18. The Washington Post, 17 de noviembre, 2005, y al-Jazeera, 14 de noviembre de 2005.
19. Arnews, 15 de noviembre, 2005.
20. Kuna, 26 de noviembre, 2005.
21. Reuters, 20 de noviembre, 2005. Véase en IraqSolidaridad el texto de Carlos Varea: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_25-10-05.html
22. Véase en IraqSolidaridad: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/tropas_12-04-05.html.
23. Véase en IraqSolidaridad el texto de Carlos Varea: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_25-10-05.html.
24. The Guardian, 24 de noviembre, 2005.
25. BBC News, 20 de noviembre, 2005.
26. Kuna, 17 de noviembre, 2005.
27. Véase en IraqSolidaridad el texto de Carlos Varea: http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_3-11-05.html.
28. Newsweek, 5 de diciembre, 2005.
29. UPI, 28 de noviembre, 2005.
30. Eric Leaver, «A Speech to Saty the Course», Talking Points, IPS, 30 de noviembre, 2005.