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Con ocasión del 8 de marzo

Una Semana de Independencia de la Mujer…

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido del inglés por Sinfo Fernández (Iraq, en el cuarto año de la liberación…)

Obra del pintor iraquí Hassan AbdelAwan

Cabe suponer que hoy es el Día Internacional de la Mujer.

¿Se ha parado alguien a pensar lo que significa eso exactamente?

¿Se han dado cuenta de que tenemos días para todo y sobre todo…?

El día de la madre, el día del padre, el día de la amistad, el día de los enamorados, el día de los trabajadores, el día del hermano/a, el día de los no fumadores, el día de los vegetarianos, el día del ejército, el día de la independencia, el día de las mascotas… Podrían añadir cualquier cosa que deseen y darle un día.

¿Se han parado a pensar cómo «ellos», en artículos y ensayos, se refieren a las «mujeres, niños y otras minorías»?

¿Qué significa «otras minorías»? Y, ¿por qué las mujeres tienen que ser agrupadas con «otras minorías»?

La última vez que se me ocurrió consultarlo, las mujeres superaban en número a los hombres por todo el planeta. Por tanto, representamos, más o menos, la mitad de la población mundial.

Pero, algunas veces, cuando leo esos absurdos artículos que se refieren a las mujeres como minoría, necesito pellizcarme para recordarme que nosotras, realmente, somos algo más que una minoría. En realidad somos la mayoría.

¡Qué forma tan estupenda de intentar mantenernos con mentalidad de minoría y relegar nuestros problemas a una posición secundaria… Como una reminiscencia de seres de segunda categoría…

Ahí es donde radica el problema. Un problema de percepción y de utilización de las palabras… Tomemos otro ejemplo: «Otorgar poder a las mujeres»…

¿Qué significa ese otorgar poder a las mujeres? ¿Por qué necesitan otorgarnos poder?

Ya tenemos poder, pero no nos permiten usarlo…

La cuestión no es «cómo» otorgar poder a las mujeres sino ¿»quién» nos quitó nuestros poderes?

Si haces la pregunta correcta, obtendrás la respuesta adecuada.

Realmente no necesito que nadie me dé poderes. No tengo ese problema. No necesito que algún especialista en ciencias sociales, de los que cobran 500 dólares al día, escriba un tratado sobre cómo potenciarme. Lo que necesito es que no continúe hablando en mi nombre y que saque su culo de mi camino junto al de sus jefes, sus legisladores, sus historiadores, sus políticos, sus académicos, sus clérigos…

Creo que lo que las mujeres necesitan es «apartar» (te dejo que definas la palabra de la forma que sea más apropiada para ti) a quien quiera que se oponga a su poder…

Y mientras deciden ponerse a ello, tienen que dejar de aceptar las sandeces de los hombres… Cualquier tipo de sandez… Y sólo entonces podrán las mujeres transformarse de «víctimas» en capitanas de sus propios barcos, en dueñas de su destino y navegar… Y no he dicho que no vayan a encontrarse con tormentas…

Pero ha de empezarse por dentro. Primero, tomando conciencia personal y haciendo las preguntas adecuadas… Haz siempre la pregunta adecuada. Y no te des golpes en la cabeza si te equivocas… Y a propósito, leer revistas femeninas e historias cutres sobre romances «rosas» no te va a ayudar mucho.

Desde luego, puedes alegar que todo eso está muy bien para las mujeres burguesas, pero ¿qué ocurre con las desfavorecidas? Siento no estar de acuerdo, el principio es el mismo. El poder está ya ahí… en lo más hondo de tí y se manifiesta de mil maneras. Coge todo eso que está ahí de forma tan abundante.

Y no, no necesitas tener un doctorado para poder hacerlo.

Mi abuela no sabía leer ni escribir pero era una mujer poderosa… Sin embargo, no se le permitía ejercer su poder de la manera que ella consideraba correcta… ¿Y quién se interponía en su camino? Los hombres y las leyes.

 

Claro, desde luego, tú no eres de esa clase de hombres… Y ya que te preocupas tanto por las mujeres y hoy es mi día, esto es lo que me gustaría sugerirte: Que nos intercambiemos los roles durante una semana.

Yo declaro hoy «La semana internacional de la independencia de las mujeres… de los hombres».

Y te invito a que experimentes de primera mano el modelo iraquí, el modelo que está aplicándose en el «nuevo Iraq».

A propósito, cualquier parecido con otros países es simplemente casual.

¿Qué dices, pues? ¿Quieres jugar?

Espera, espera un segundo, no me malinterpretes… Amo al sexo opuesto… en la justa medida…

 

Por eso, vamos allá. Durante una semana completa, a vosotros, hombres, se os va a decir todo esto:

No te aventurarás solo y sin permiso fuera del hogar.

Cocinarás, limpiarás, lavarás, cuidarás a los niños, administrarás un presupuesto exiguo, lo harás todo sin agua ni electricidad y, por favor, si tienes algún dolor físico, guárdatelo para ti mismo, no hay tiempo ni dinero para ir a ver al doctor…

Al final del día, aparecerás arreglado, fresco y luciendo una sonrisa encantadora y, por la noche, se espera que seas apasionadamente amoroso, sin reservas…

Y no, no quiero oír hablar de tus dolores de cabeza psicosomáticos, de los dolores de espalda ni de problemas de erección…

Si se te ocurre salir fuera, las condiciones son muy claras. Te cubres, y cuando digo que te cubras, quiero decir que te tapas totalmente, estilo ninja/tienda de campaña.

No me gustan esos velos de mierda. Y no, tus tropiezos con el chador me importan un comino… Sólo me preocupa tu protección, querido.

No deseo ver ningún pantalón ajustado, camisas de manga corta ni mechones de cabello…

No quiero que los vecinos piensen que tengo un hombre casquivano en casa… Mi honor debe estar siempre a salvo…

Ni que decir tiene, que ni te plantees juntarte con otros hombres y sentarte en los cafés sin mi permiso… ¿Qué dirá o pensará la gente de mi prestigio en la comunidad?

Y ya que tu no eres sino una extensión de mi inmenso, mimado e inflado ego, si no soportas mis leyes, te voy a imponer otro hombre.

Puede ser o un amante temporal concertado para un contrato de matrimonio transitorio (muy frecuente en el nuevo Iraq liberado) o, casualmente, otro marido, con quien tendrás que acostumbrarte a cohabitar…

Después de todo yo soy la mujer aquí y la que trae las cosas al hogar. Por eso, te callas y te aguantas.

Y ya que, por la autoridad que me ha sido conferida, soy la representante natural de Dios en la tierra, no sólo controlaré tu cuerpo y la forma en que te vistes…

¿No has oído lo que te he dicho? ¡Cubre esos mechones de pelo ahora mismo! ¡Qué hombre tan frívolo eres!

¿Por qué insistes en comportarte como un putillo? ¿No tienes vergüenza? ¿O tan sólo estás hecho de deseos terrenales y vanidosos?

Así es, sé bueno para que pueda darte siempre mi aprobación y esté contento contigo…

Siéntate erguido cuando te hable y no cruces las piernas y mantenlas bien juntas… y no me interrumpas…

Como te decía, ya que soy la representante de Dios sobre la tierra, también decreto que ya no tienes ningún derecho político, legal o económico… Sí, me has oído bien.

¿Para qué los necesitas? Yo te doy todo lo que necesitas, eres padre, tienes niños… y tu sitio natural…

 

¿Cuándo escuché todo eso? ¿En el régimen anterior? ¿Has dicho en el régimen anterior?

¿Tienes nostalgia del «dictador», eh? ¿Vas a tirar esta nueva y sofisticada democracia de estilo irano-estadounidense y añorar al «tirano»?

Llevárosle para interrogarle, torturarle, violarle y pasarle por el taladro y traerle de nuevo…

Bien, ¿qué dices ahora? ¿Estas aún añorando los viejos tiempos en los que tenías derechos?

Tómalo como un aviso, la próxima vez que te pille rebelándote de alguna forma, modo o manera, te colgaré por los huevos en público por obstrucción de la ley y orden público y por aterrorizar nuestra nueva y descubierta libertad.

No se permite disentir en nuestra nueva democracia… estilo Maliki, Al Hakim y Muqtada al Sadr…, una sofisticada democracia (1) impuesta por Teherán y Washington DC.

Y si por casualidad te pillamos luchando por tus tan cacareados derechos y reuniéndote en lugares públicos, haremos como tus vecinos iraníes (2), te encarcelaremos o, mejor, te flagelaremos.

¿Me has entendido con claridad?

Haz lo que te digo y deja de fruncir el ceño y de hacer muecas en mi cara, trae mala suerte.

¡Anímate!, te hemos liberado…, así, ¡buen chico!

Ahora canta y baila para mí y celebra tu virilidad en el nuevo Iraq. Después de todo, hoy es tu día.

¡Ale, hazlo ya! Sólo tienes unos cuantos días antes de que acabe la semana.

Y por favor, date prisa, antes de que una «sofisticada» fatwa iraní con sello iraquí -con la cara de Sistani, Hakim y del gordinflón de Muqtada (y sus chicos de la taladradora)- en ella, eche tierra sobre mi cabeza…

O, dime qué piensas, ¿debería empezar a considerar seriamente buscar asilo político en Siberia?

Ven y visítame allí, da lo mismo que sea el próximo año y podemos celebrarlo juntas, mujeres en el exilio… en el Día Internacional de las Mujeres.

Notas:

  1. Y (3)Véase el artículo «The Sadrist Movement in Iraq»

http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=AL-20070308&articleId=5004

  1. Véase el artículo «Iranian women struggle for equality«:

http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/6426087.stm

Texto original en inglés:

http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/03/womans-week-of-independence.html

Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate