Según informa la página web kurda Jebar.info, el pasado siete de abril, hasta 1000 hombres que profesan la fe Yazidi, asesinaron en Mosul a una adolescente por el «crimen» de casarse con un hombre sunita y convertirse a su religión. Durante los últimos cuatro meses de su vida un jeque sunita había dado refugio a […]
Según informa la página web kurda Jebar.info, el pasado siete de abril, hasta 1000 hombres que profesan la fe Yazidi, asesinaron en Mosul a una adolescente por el «crimen» de casarse con un hombre sunita y convertirse a su religión.
Durante los últimos cuatro meses de su vida un jeque sunita había dado refugio a la joven, pero una vez conocida la noticia, su propia familia le persuadió para que volviera a su casa, convenciéndola de que sus padres y parientes la habían perdonado.
En un vídeo tomado desde un teléfono móvil, se observa como la joven es sacada de un edificio bajo la atenta mirada y complacencia de la policía iraquí y asesinada posteriormente por un grupo de unos mil hombres, mediante golpes con piedras mientras ella pide ayuda, así como es desnudada por sus asesinos.
Según la fuente de la noticia, desde la ocupación este tipo de crímenes no son infrecuentes en algunas de las comunidades profundamente religiosas y tradicionales.
El Emir del Yazidis en Iraq y el mundo y la cabeza del consejo espiritual supremo de Yazidi, Tahsin Saeed Ali, en una declaración pública condenó el asesinato, manifestando que «Mataron de una forma brutal a una muchacha joven de Yazidi en la recuperación de ritos tribales anticuados.» Ali condenó el asesinato e invitó a musulmanes sunitas a no tomar represalias. Tras conocerse esta noticia, el 23 de abril, un grupo de hombres armados, presumiblemente suníes, pararon un autobús que tenía con destino la aldea de Beshika a 10 kilómetros de Mosul, sacaron del mismo a 23 hombres Yazidis y los asesinaron en represalia.
La sucesión de estos hechos en el Iraq ocupado ha motivado que el último informe trimestral de los Naciones Unidas sobre derechos humanos en Iraq, expresara una seria preocupación por el auge de «asesinatos de honor» a las mujeres acusadas de haber traicionado a sus familias en el Iraq kurdo.
«La matanza de Doaa es una gran tragedia para su familia y la comunidad kurda. Es un crimen y religioso, social e ideológico inaceptable,» ha declarado la la autoridad kurda dicha «Mientras que condenamos este crimen, exigimos que no se utilice para promover la división del pueblo Kurdo».
Los Yazidis (una comunidad formada por unas 500.000 personas en el norte de Iraq) hablan un un dialecto del kurdo pero profesan una religión propia y pre-Islámica, así como tienen sus propias tradiciones culturales. Esta comunidad ha convivido durante siglos con musulmanes y cristianos. Tras la ocupación de Iraq viven en un continuo conflicto con los musulmanes sunitas.
Esta matanza de mujeres y la guerra civil iraquí no puede entenderse sino dentro del contexto de la ocupación acordada en las islas Azores. La violencia cotidiana que sufren los ciudadanos de ese estado, el empeoramiento de sus condiciones de vida, y la nula esperanza en que mejore su situación, están en el haber de las autoridades que invadieron en Iraq, a pesar que los medios de propaganda masiva intenten desviar la atención de la opinión pública mundial achacando, únicamente, hechos como el descrito al modo de vivir «bárbaro» o a las creencias de los otros, las que, hay que recordar, subsistieron durante el gobierno de Saddam Hussein sin que se produjeran estos hechos totalmente inaceptables.