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Wikileaks Iraq: ¿Necesitábamos una confesión firmada?

Fuentes: Ciudad Futura

La reciente filtración y publicación de documentos secretos del Pentágono (Ministerio de la Guerra de EEUU) por parte de la ONG Wikileaks no descubren nada que no supiéramos de antemano pero sí dejan al descubierto las miserias de unos medios de comunicación internacionales que llevan ya muchos años -demasiados- representando el papel de meros órganos […]

La reciente filtración y publicación de documentos secretos del Pentágono (Ministerio de la Guerra de EEUU) por parte de la ONG Wikileaks no descubren nada que no supiéramos de antemano pero sí dejan al descubierto las miserias de unos medios de comunicación internacionales que llevan ya muchos años -demasiados- representando el papel de meros órganos de propaganda de guerra que reproducen y transmiten las consignas de Washington y de Wall Street; los dos pilares sobre los que se asienta el Imperio global estadounidense y su régimen: respectivamente, un colosal aparato estatal-militar al servicio de las guerras emprendidas por las grandes corporaciones privadas para la rapiña de recursos económicos y humanos globales con más de la mitad de su presupuesto destinado al gasto militar, y la sede del capitalismo financiero desde la que se toman las grandes decisiones que luego aplican los gobiernos de turno de su partido único con dos versiones.

La Guerra y ocupación de Iraq ha sido -y es, no olvidemos que aún continúa- la demostración más cruda de por dónde van los tiros en el Nuevo Orden mundial surgido a principios de la década de 1990 tras la disolución de la URSS: el capitalismo absoluto y rampante. Precisamente la primera agresión bélica al martirizado país de los iraquíes -durante la presidencia de Bush I– por parte de EEUU y sus satélites fue posible gracias a la implosión de la superpotencia soviética. A partir de ahí siguió más de una década de sanciones económicas a Iraq que fueron la causa directa de más de 1,5 millones de muertos (en su mayoría niños), la mayor parte debidos a la carencia de productos médicos e infraestructura y maquinaria sanitaria a causa de ese bloqueo que finalizó con la invasión en 2003. Este embargo criminal ha sido denunciado a lo largo de más de 10 años por diversas organizaciones internacionalistas y solidarias, voces que clamaban en un vacío informativo desierto, como fue el caso de la meritoria y honorable Campaña por el Levantamiento de las Sanciones a Iraq, con sede en Madrid.

Después del 29 de septiembre de 2001, el nuevo jefe del régimen militar-corporativo estadounidense Bush II (hijo de Bush I) ordenó iniciar en su calidad de comandante en jefe de las tropas imperiales una nueva guerra en un país estratégico desde los puntos de vista militar y económico y a caballo entre Asia Central y Oriente Medio. Daba comienzo así la Guerra de Afganistán contra los talibán, fánáticos teocrático-feudales amigos y aliados de EEUU («luchadores de la libertad», según Reagan) que fueron armados, financiados y aupados finalmente al poder tras la retirada del Ejército soviético de Afganistán (una retirada que sí fue real y efectiva). Otro de sus «objetivos» declarados era capturar a un personaje tan fantasmal como etéreo denominado Bin Laden -señor de la guerra de la teocracia saudí y antiguo amigo de EEUU también-; aún están «trabajando en ello». A partir de ahí, este complejo militar-financiero de EEUU con destacados representantes con intereses económicos directos en la región dentro del mismo gobierno (vicepresidente y varios miembros del Gabinete de la Casa Blanca) se lanzó en 2003 a una nueva aventura bélica para conquistar una de las reservas de petróleo más importantes del mundo: la II Guerra de Iraq en la que aún estamos (el nuevo jefe Obama no ha retirado sus tropas a pesar de que lo prometió y aunque los medios convencionales hayan publicado sin rubor lo contrario este mismo año).

Ronald Reagan, presidente de EEUU en 1985, reunido en el despacho oval de la Casa Blanca con los líderes talibán que luchaban contra la ocupación soviética de Afganistán. En su presentación ante la prensa Reagan declaró: «These gentlemen are the moral equivalents of America’s founding fathers» [«Estos caballeros son moralmente equivalentes a los padres fundadores de la nación americana», en referencia a personajes históricos como George Washington y Thomas Jefferson]

Todos los que se preocupan de estar informados saben muy bien lo que ha pasado desde 2003 hasta ahora en Iraq; bien es verdad que esto ha sido así porque Internet, coincidiendo con la consolidación y expansión de su red global desde esas fechas hasta ahora, cubrió el enorme hueco informativo dejado atrás por los medios de comunicación convencionales.

El periodismo veraz no ha muerto porque vive en la Red

Desde 2003 hasta ahora no sólo Wikileaks, sino también un macrosistema autoorganizado compuesto por millones de células ciberespaciales (desde la prensa alternativa hasta el más humilde blog) han cubierto ese hueco. El periodismo veraz, una tradicionalmente poderosa arma dialéctica frente a los abusos del poder establecido, no ha muerto gracias a la Red, donde se hace ahora el verdadero periodismo, pero es un cadáver putrefacto desde hace ya muchos años en las redacciones de los mass media. A las decenas de millones de mujeres y hombres dignos de tal nombre que se movilizaron en las calles contra la guerra se unieron decenas de exclusivas de denuncia en forma de textos e imágenes sobre las guerras del Imperio en Oriente Medio y Asia Central que han sido posibles gracias a esa red alterinformativa global. Los medios convencionales no ha hecho otra cosa que, en el mejor de los casos, ir a remolque de lo que se publicaba en la Red rendidos ante la evidencia de su propia inanidad política y periodística o, en el peor de los casos, negar la mayor con inverosímiles argumentos propagandísticos vía fax desde los centros del poder o desde los consejos de administración, falsedades que, por más que se repitan, cada vez se sostienen menos y menos gente aún da crédito.

Un término medio entre esos dos extremos es la manipulación sutil de la realidad. Azotados por un descrédito y una crisis crecientes que algunos de sus prebostes califican como «tormenta perfecta», la mayoría de los medios convencionales prueban ahora a relativizar y manipular la realidad, no a negarla, ante la imposibilidad de seguir dándose de cabezazos contra el sólido muro formado por millones de adoquines en la Red. Así acabamos de ver cómo con motivo de la publicación del último informe de Wikileaks, que viene a ratificar en forma de confesión firmada por el propio Pentágono los crímenes de guerra en Iraq que ya conocíamos, medios del régimen como The New York Times o CNN se ven obligados a difundir los contenidos y a la vez manipulan la información que se desprende de ellos. La idea es la siguiente: «no podemos negar que el cielo es azul en un día sin nubes o que en Iraq ha habido -y hay- crímenes de guerra, pero sí podemos desviar el foco de atención de la opinión pública de los verdaderos ejecutores, promotores y responsables» (los que les pagan). Pero a la vez no han perdido la ocasión de difundir campañas de desprestigio y ataques personales contra Wikileaks que han llegado al extremo de fabricar acusaciones penales contra su portavoz.

Alguien ha matado a alguien’

Frente a la nitidez cristalina del Informe Wikileaks Iraq, una confesión firmada por los autores materiales de la barbarie iraquí, si damos un breve repaso a los titulares y contenidos de la prensa corporativa del día después a su publicación parecería que había una consigna que reproducir al unísono (si tenemos en cuenta que esta vez estaban sobre aviso de la inminente salida del dossier): «Sí, hay crímenes, pero en realidad lo que pasa es que los iraquíes se están matando entre ellos. Estados Unidos, en todo caso, cerró los ojos o no hizo nada para evitarlo»… Como si pasaran por ahí o reeditando una nueva versión bélica de la expresión del personaje detectivesco del gran humorista Gila: «Alguien ha matado a alguien».

En los casos más obvios de asesinatos directos de civiles a manos de EEUU se destaca el hecho de que en los propios informes del Pentágono se califican como «errores»… ¿qué querrían que dijeran ellos mismos de sí mismos?, ¿que lo hacían por gusto y sadismo -que obviamnete lo ha habido- o que se trata en realidad de unas prácticas y unas tácticas de terror sistemático copiadas de las ejecutadas por los nazis contra los civiles polacos o soviéticos en la Segunda Guerra Mundial? Por lo demás, nada se habla del Centro de Tortura de EEUU en Abu Ghraib ni de las campañas de asesinatos planificadas por las autoridades de ocupación estadounidenses junto con sus colaboracionistas locales y ejecutadas por escuadrones de la muerte, como hicieron en Centroamérica en los años 80. Por poner un ejemplo, desde la invasión estadounidense hasta ahora han sido asesinados por estos escuadrones paramilitares al servicio de EEUU y su gobierno en Iraq 307 profesores universitarios iraquíes, según viene denunciando la Campaña contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq en nuestro país desde mucho antes de que existiera Wikileaks. El último caso registrado es el del profesor Saad Abd al-Wahab, que fuera Decano de la Facultad de Ingeniería Computacional y Tecnología de la Información de la Universidad Tecnológica de Bagdad; asesinado mediante una bomba-lapa en su coche el pasado 14 de octubre de 2010, en plena era Obama en el país mesopotámico ocupado por las tropas del comandante en jefe y Nobel de la Paz.

Poco o nada se destaca en los mass media otro factor, no ya coadyuvante sino decisivo en la ejecución del régimen de terror implantado en Iraq por EEUU, sus colaboracionistas locales y sus países satélites: la privatización de la Guerra. Los efectivos de compañías de seguridad privadas y armadas hasta los dientes ya superan en número a las tropas regulares de ocupación angloamericanas y campan a sus anchas con absoluta impunidad a pesar de ser los ejecutores directos de un número significativo de asesinatos de hombres, mujeres y niños iraquíes a lo largo de los últimos años.

Los medios convencionales y su ‘interpretación creativa’ de la realidad

Para terminar daremos un breve repaso a los titulares de los medios -con especial atención a los que se editan en España- el día después de la publicación del dossier Wikileaks Iraq (el pasado 23 de octubre de 2010). Se trata de un resumen basado en los mensajes de un máximo de 140 caracteres que se iban insertando en nuestro Twitter a medida que iban siendo publicados los titulares en los medios digitales de la prensa convencional. Advertimos a aquellos que aún confían en la información que reproducen estos medios que ninguno de los citados se salva de nuestra particular trituradora de papel. Hemos obviado algunos medios de la extrema derecha (muy abundantes especialmente en España) porque su previsibilidad y falsedad argumental cotidianas, basadas en posiciones políticas totalitarias a priori que opacan cualquier atisbo de verosimilitud periodística, no aportaría nada al análisis de los titulares en este caso concreto…

The New York Times: NYT intenta darle la vuelta a la tortilla, incidiendo en [la responsabilidad de] los propios iraquíes. / «La mayoría de civiles iraquíes muertos, asesinados por otros iraquíes». El País: «Wikileaks desvela que EEUU permitió torturas sistemáticas», un ejemplo de manual de titular sutilmente manipulador a cargo de El País. Público: «EEUU cerró los ojos ante torturas sistemáticas en Irak». ¿Autor y responsable o el que «cerró los ojos»? Titular manipulador de Público. La Vanguardia: «Wikileaks desvela que EEUU permitió torturas a presos iraquíes». ¿Permitió?, ¿pasaban por ahí?. Un titular manipulador de La Vanguardia. Europa Press (agencia de prensa): «EEUU presuntamente conocía casos de tortura», dice EuropaPress. Otra «presunta» manipulación más. ¿Lo de Abu Ghraib fue «presuntamente»? ABC: «WikiLeaks desvela que EEUU permitió torturas en Irak»… ABC con el mismo titular que El País y La Vanguardia. El Periódico de Cataluña: «El Pentágono ocultó la práctica sistemática de torturas en Irak». ¿Ocultó o ejecutó y promovió? El Periódico se suma al «titular único». Gara: «Wikileaks revela que EEUU protegió torturas y ejecuciones en Irak». No «protegió»: ejecutó y promovió. No es lo mismo. Gara difunde el titular-tipo manipulador, pero además en el texto que sigue concluye: «Los documentos revelan situaciones lamentables en que las tropas estadounidenses, por error (…) mataron a civiles». [Se trata de un texto valorativo mientras que el informe de Wikileaks citado no lo es, pues se limita a reproducir documentos oficiales. Aquí, por eso nos extendemos en este caso, el diario nacionalista vasco nos muestra uno de los contenidos más dudosos entre los analizados, lo que dio pie a otro tuit:] «Para Gara son ‘situaciones lamentables’. Éstos rompen el molde del eufemismo mediático». 20minutos: «Documentos filtrados prueban crímenes de guerra». El [minimalista y escueto] titular de 20minutos es «Alguien ha matado a alguien» (Gila)… Luego el texto aclara autoría [y el escenario del crimen, al menos].

Y nuestro último tuit, en referencia a esos medios: Deberían vender jamón y ofrecen, sin excepción, mortadela caducada ‘Made in USA’… Los consumidores deberían demandarlos: a todos.

Conclusión

Los miles de asesinatos documentados fríamente en los informes del Pentágono revelados por Wikileaks y citados en los medios como «los muertos que ha habido en los últimos años» son sólo una pequeña parte de una cifra que sobrepasa el millón de muertos en Iraq desde 2003 -según diversas organizaciones humanitarias- como consecuencia directa de una invasión y ocupación estadounidenses que demolieron las estructuras básicas sanitarias y asistenciales del Estado iraquí sin que nada hicieran por reconstruirlas, obviando así uno de los deberes básicos de una potencia ocupante según el derecho internacional: asegurar el funcionamiento de las infraestructuras y la vida de la población civil del país ocupado. La desaparición de una enorme cifra de cientos de miles de millones de dólares -con la colaboración necesaria de las autoridades ocupantes- de los denominados «fondos de reconstrucción» de Iraq durante el «protectorado estadounidense» anterior al gobierno títere actual ha sido calificada por diversos analistas como «el mayor robo organizado de la historia humana» y por sus consecuencias, añadiremos, uno de los mayores genocidios constatables y documentados también. La legítima resistencia del pueblo iraquí es un derecho inalienable e incuestionable.

http://ciudad-futura.net/2010/10/26/wikileaks-iraq/