Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
En la época de Internet, ¿qué sucede si el nombre de una persona poco conocida va a parar de repente al centro de la atención? Sencillamente sucede que todos -pero todos, todos- desde el ciudadano de a pie hasta el director de un periódico importante, se van a Wikipedia a buscar información sobre el personaje sobre el que se han encendido las luces de los focos de modo inesperado.
Los periodistas de las agencias, las televisiones, y sitios web siempre carecen de tiempo a su disposición. ¿Qué mejor que una enciclopedia on line reconocida y creíble para hacer acopio de documentación sobre la que uno pueda hacer una primera presentación, un primer comentario sobre dicho «personaje emergente»?
Este esquema de comportamiento se acaba de repetir hace unos días cuando John McCain dio a conocer al mundo el nombre de Sarah Palin nombrándola candidata por el Partido Republicano a la vicepresidencia en la carrera hacia la Casa Blanca.
¿Dónde está entonces la noticia? Pues obviamente en un «detalle». Todo se vuelve mucho más complicado si se considera un dato de importancia no marginal: que en las 24 horas anteriores al anuncio de McCain una mano anónima, oculta tras la sigla Young Trigg, había retocado y adecentado la biografía de Sarah en el sitio de Wikipedia.
Había añadido toda una serie de pormenores que mejoraban su imagen: que su índice de popularidad como Gobernadora de Alaska había mejorado constantemente, que solía mantener sus promesas y que, por ello, se había autoreducido su salario, que su apodo de «Sarah Barracuda» le venía dado por la garra que exhibía cuando jugaba al basket.
Al difundirse la noticia de esta «reescritura providencial», se ha abierto un debate de grandísimo interés. Está claro que las técnicas del marketing están evolucionando con una rapidez extrema.
Quien dispone de una noticia con antelación respecto a la opinión pública, puede permitirse reorganizar la información que se muestra en sitios independientes que todo el mundo considera dignos de crédito. Puede anticiparse y jugar con ventaja, pues, como ha escrito el New York Times, en la política actual una de las reglas es presentarse uno mismo antes que lo haga el adversario.
Que Wikipedia es un instrumento formidable lo prueba el hecho de que en el día de la «candidatura» la página dedicada a Sarah la abrieron más de dos millones de personas.
Sin embargo, la cuestión crucial ahora es la credibilidad de la enciclopedia online y de un sistema en el que todo viaja a enorme velocidad.
Cada vez resulta más valida la vieja regla: jamás confiar en una sola fuente, ni siquiera en la red. En pocas palabras: hay que estar siempre en guardia y pedir a todos los interlocutores, enciclopedias on line incluidas, esa total transparencia que hoy no existe.
Noticia original
http://www.megachip.info/modules.php?name=News&file=article&sid=6052