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Y Ella habló de esta manera…

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Pintura del artista iraquí Dia Al Azzawi:

«Homenaje a Al Yawahiri» (*)

«Y al tercer día me levanté…

Algo en mi interior me empuja a escribir a pesar de todo.

Aunque ya no quede «tinta»

Algo, alguien, como una especie de vocecilla profunda que, desde dentro o desde fuera, me ordenara con gentileza… ESCRIBE

Y lucho y forcejeo… con las palabras.

Pero las palabras me esquivan, escurriéndoseme de entre los dedos como si fuera éter, como si fuera mercurio…

Me comprimo, me estrujo, me exprimo…

Me agito, como si sacudiera una botella para que caigan las últimas gotas en un intento por saciarme.

Y sigo luchando algo más pero ya no cae nada.

Muchas veces he exclamado: Oh, Dios, ¿por qué me has traicionado? ¿Por qué me has abandonado?

Y no escucho ninguna respuesta sino el silencio de mis gritos como un eco en una fosa común.

La miseria no termina nunca, el sufrimiento es infinito…

Quizá es demasiado grandioso para que pueda soportarlo sola, ¿por dónde debería empezar?

¿Muerte y tortura? ¿Vacío y hambre? ¿Enfermedades sin tratamiento y agonía? ¿Huérfanos y niños de la calle vagando sin rumbo? ¿Pobreza y hambre? ¿Exilio y refugiados? ¿Destrucción y parálisis? ¿Ruinas y escombros? ¿Dolor y resignación? ¿Violencia y ocupación? ¿Locura y pérdida de rumbo? ¿Desempleo y mendicidad? ¿Uranio empobrecido y tumores? ¿Viudas y soledad? ¿Raptos y secuestros? ¿Bombas y explosiones? ¿Interrogatorios y encarcelamientos? ¿Corrupción y ejecuciones? ¿Mercenarios y contratistas? ¿Derramamiento de sangre y ausencia de transfusiones? ¿Hospitales y carencia de medicamentos? ¿Milicias y taladradoras? ¿Petróleo y robo? ¿Nostalgias y tormentos?

Los enemigos ante mi puerta eran numerosos y mi Judas llevaba puestas muchas máscaras.

Cada máscara tenía un origen diferente, un color diferente, una mentira diferente y cada máscara escondía otra…

¿Por dónde quieren que comience?

Ayúdenme ahora…

Préstenme una de sus supuestas caritativas manos cristianas y díganme por dónde quieren que empiece…

Préstenme algo de su supuesta piedad musulmana y apóyenme, al menos durante un rato.

Préstenme algunas de sus supuestas lágrimas judías y hablen de los perseguidos, de los difamados…

Préstenme una de sus supuestas pomposas y orgullosas voces árabes y provóquenme.

Préstenme uno de sus supuestos escritos solidarios y multipliquen mi voz, multipliquen mis palabras ausentes…

Préstenme una de sus denominadas oraciones humanistas civilizadas y contengan mi sangre.

No me den más vinagre pretendiendo que es agua

No introduzcan más clavos en mi cuerpo pretendiendo que son bálsamos

No me coronen de espinas pretendiendo que son flores

Apóyenme, quédense conmigo…

Sigan conmigo mientras voy perdiendo terreno, sigan conmigo cuando me voy hundiendo, sigan conmigo cuando la tierra está siendo erosionada bajo mis pies.

Estoy cansada de agitarles como trato de agitar esta botella vacía.

Estoy cansada de explicarles, de intentar convencerles, de mostrarles, de contarles…

Estoy cansada de sus templos vacíos, de sus gritos vacíos, cansada de sus falsas estatuas y sus rezos sin fin a los ídolos.

Me siento espantosamente sola aquí… haciendo lo impensable… haciendo lo improbable… haciendo lo inconmensurable… haciendo lo milagroso.

Mis fieles y valientes hombres y mujeres siguen resistiéndoles y lo llevan haciendo durante años… en soledad.

Resistiendo vuestra tiranía, resistiendo vuestra dictadura, resistiendo vuestra violencia y brutalidad, resistiendo vuestro rencor, vuestro odio y vuestra codicia… en soledad.

Estoy harta de vuestras acusaciones, de vuestros comentarios despectivos, de vuestra desconfianza, de vuestras proyecciones, de vuestras calumnias, de vuestra ignorancia, de vuestra estupidez, de vuestra falta de voluntad…

Y aquí estoy, intentando encontrar palabras como si me hubiera puesto a gatear, intentando reunir las cuentas perdidas y desparramadas de un rosario…

Agáchense junto a mí y búsquenlas… Recuperen sus votos sagrados, redescubran su lenguaje. Les estoy dando esta oportunidad, les estoy ofreciendo este regalo, sobre mi cuerpo muerto, torturado y masacrado…

Me han clavado y crucificado y trato de resucitar una vez más.

No me dejen aislada, no me encierren…

No me dejen sola y recuperen las palabras conmigo.

Quizá encontremos un lenguaje común.

Quizá encontremos una oración común.

Quizá se alzarán de nuevo y saborearán la vida una vez más…

Pero si me abandonan en esta situación espantosa, me voy derecha al infierno y, recuerden que les arrastraré conmigo.

Porque no están solos ni son inmunes.

Si he podido hundir a la diosa Ishtar en las tinieblas, también puedo hundirles a Vds.

Si he podido afilar el hacha de Gilgamesh (**), seguramente también puedo alcanzarles.

Si he podido sobrevivir a mil invasiones de Babilonia a través de los siglos, desde los Mogoles hasta los hombres blancos y sus oscuros sirvientes, seguramente puedo también sobrevivirles a Vds.

Si mi útero dio a luz a cientos de profetas, seguramente también puedo alumbrarles a Vds.

No se equivoquen e interpreten mi llanto como impotencia…Tómenlo como si mi mano finalmente les salvara

Recuérdenme. Recuerden mi historia y recuerden quién soy, y no olviden nunca mi nombre. Soy Iraq.

He muerto miles de veces y he resucitado otras tantas. Y estoy muriendo de nuevo… pero resucitaré otra vez más.

Pero en esta ocasión será su final y mi eterno principio.»

Y así habló Ella, al tercer día, sobre la Cruz.

Felices Pascuas. Feliz Resurrección.

N. de T.:

(*) Famoso poeta iraquí contemporáneo ya fallecido

(**) Personaje legendario de la mitología sumeria

Enlace texto original en inglés:

http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/04/and-thus-she-spoke.html

Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate