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Tras tres años de trabajo, Hacktivistas ha propiciado la paralización de la ley Sinde. Incluso si se aprueba, tienen alternativas legales para esquivarla

«Ya tenemos un manual de cómo saltarse la ley Sinde»

Fuentes: Diagonal

DIAGONAL: ¿Cómo se consiguió la movilización que paralizó la ley Sinde en la Comisión del Congreso? ISAAC HACKSIMOV: La movilización no ha sido espontánea, la red ha sido incendiada después de dos o tres años de trabajo y de visibilización de este conflicto. Desde 2007, gracias a Wikileaks, sabíamos los planes del Departamento de Estado. […]

DIAGONAL: ¿Cómo se consiguió la movilización que paralizó la ley Sinde en la Comisión del Congreso?

ISAAC HACKSIMOV: La movilización no ha sido espontánea, la red ha sido incendiada después de dos o tres años de trabajo y de visibilización de este conflicto. Desde 2007, gracias a Wikileaks, sabíamos los planes del Departamento de Estado.

Después de tres años, cuando se iba a aprobar la ley, la gente estaba indignada y tenía una estrategia para cambiar la votación. Gracias a nuestro modelo de lucha, el activismo copyleft, desde el principio realizamos todas las actividades abiertas, así mucha gente se puede sumar y otras personas pueden utilizar nuestras campañas como suyas.

Mucha gente se ha sumado a las llamadas a medios, a diputados, a sedes de partidos y a sus propias bases. Incluso hemos incidido en las bases del PSOE: la blogosfera de Juventudes Socialistas se ha opuesto a la ley Sinde. Aunque ahora les exigen cerrar filas.

Hacktivistas promueve un nuevo modelo de comunicación que supera el modelo de acción, comunicación y participación de los movimientos sociales de los siglos XIX y XX, aunque nace a finales del XX. Por ejemplo, 10.000 personas se manifiestan y gritan contra un político, pero sólo se les escucha si es el mismo lema. Nuestro modelo permite que la comunicación, aún siendo en masa, sea individual y se pueda escuchar a cada una. Para defenderse, el sistema ha creado un muro antiparticipativo que bloquea el acceso de las personas a sus representantes.

Los profesionales de la política reciben a lobbys, pero no a la ciudadanía. Es muy difícil encontrar el teléfono de un diputado en las webs institucionales, pero gracias al sistema automatizado de envío de emails Xmailer te puedes poner en contacto con todos a la vez.

Este conflicto lo ha visibilizado Hacktivistas y, como consecuencia, ha llegado la reacción de los medios de comunicación. Al ver esta explosión, los medios acudieron rápidamente para contarlo. Está claro que la ciudadanía quiere participar y comunicarse, lo que no tiene son canales para ello.

D.: ¿Creéis que la ley Sinde será aprobada en los siguientes pasos?

I.H.: Para vergüenza suya es muy probable que los grupos que la tumbaron en el Congreso ahora la levanten. Por diferentes motivos, y por su oportunismo, PP y CiU frenaron su aprobación, pero no están en contra de ésta. Lo sabemos por los cables de Wikileaks.

El nuevo escenario es muy complejo. Además, ¿por qué hay que negociar con Álex de la Iglesia, el representante de la industria del cine? Él sabe que esta ley no va a funcionar, ya tenemos un manual para explicar como saltársela. Hay mil millones de alternativas dentro de esta reconversión industrial. Spotify ha planteado una, las descargas pagadas otra. El problema es una industria cultural que teme perder su monopolio.

Los hackers han desarrollado nodos libres donde compartir programas de código abierto o redes para compartir (p2p) sin un servidor central, o redes encriptadas. Ahora no se usan porque existe Megaupload, pero cuando lo cierren saldrán como setas. Si el Departamento de Estado o la Industria querían exportar esta ley a Europa, con la que se ha montado, cualquier sabrá como frenar este tipo de legislación.

D.: Y mientras tanto no se conoce el documento final del ACTA…

I.H.: El ACTA es un tratado internacional, y no se puede imponer sobre las legislaciones nacionales. Por eso, necesitan las leyes de Francia y España. Éstas son la excusa para demostrar a nivel mundial que estas legislaciones son necesarias y que ya se aplican en otros lugares.

D.: En esta lucha por una red libre y neutral, ¿que valor tiene Wikileaks?

I.H.: Habrá un antes y un después en internet, mientras que la ley Sinde es irrelevante, inútil e inaplicable. Wikileaks es mucho más de lo que parece, no son siete u ocho ‘frikis’. Es un plan precioso, montaron todos sus recursos en zonas grises; eligieron Visa, Mastercard, tener una cuenta en suiza, Amazon; querían testear los valores democráticos de nuestra sociedad. Y cuando sacaron la información a la luz, les atacaron con fuerza: secuestro de dominios, censura de PayPal, Visa, Amazon, etc. Las empresas se lanzaron a por ellos sin órdenes judiciales.

Es muy útil saber cómo Suiza permite cuentas bancarias de criminales y genocidas, pero no la de periodistas. Ha sido un gran ejemplo de cómo 10 personas han hecho temblar a las agencias de inteligencia y el control de las grandes corporaciones.