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­Jijos de J.P. Morgan

Fuentes: Rebelión

La intensificación de la conspiración contra PDVSA es, como siempre lo ha sido, contra la Revolución Bolivariano. Recordemos que los ataques a PDVSA estuvieron entre los principales detonantes del golpe de Estado de abril de 2002. Entonces quienes conspiraban contra Chávez y su Gobierno tomaron como pretexto -¡vaya paradoja!- la «politización» de PDVSA. Derrotado el […]

La intensificación de la conspiración contra PDVSA es, como siempre lo ha sido, contra la Revolución Bolivariano. Recordemos que los ataques a PDVSA estuvieron entre los principales detonantes del golpe de Estado de abril de 2002. Entonces quienes conspiraban contra Chávez y su Gobierno tomaron como pretexto -¡vaya paradoja!- la «politización» de PDVSA. Derrotado el golpe, la estatal petrolera continuó siendo el foco principal de la conspiración que le siguió, después de ser perdonados los altos gerentes de la empresa comprometidos con la subversión, y estalló en diciembre de ese mismo año el extenso sabotaje petrolero, aplastado por el pueblo con Chávez al frente.

No podemos olvidar la circunstancia del arbitraje iniciado por ExxonMobil en contra de PDVSA debido a la decisión soberana del Estado venezolano de nacionalizar la Faja Petrolífera del Orinoco en 2007. La ExxonMobil reclamaba el pago de 12 mil millones de dólares, más intereses desde 2007, y pretendía la congelación de los activos de PDVSA alrededor del mundo con una acción en la Alta Corte de Justicia en Londres, en enero de 2008. La derecha venezolana y su canalla mediática apoyaron abiertamente a la transnacional petrolera estadounidense y celebraron con bombos y platillos aquella demanda. Una vez que la decisión del tribunal arbitral CIADI fuera ampliamente favorable a PDVSA, esa derecha vendepatria y criminal jamás pidió disculpas al país por su conducta rastrera y traidora.

Los ataques contra PDVSA nunca han cesado. Se le quiere vincular a las ideas de ineficiencia, corrupción, impagos, intentado proyectar al país y al mundo la imagen de una empresa destruida, con su solvencia y su propia existencia en riesgo por culpa de la Revolución, a la cual no se le perdona haber abierto las puertas a una PDVSA soberana y comprometida con los intereses del pueblo.

En el caso que hoy nos ocupa, firmas de inversión y tenedores dijeron que PDVSA había postergado el pago de unos 404 millones de dólares de los cupones de sus bonos 2021, 2024 y 2035, de un total de 539 millones de dólares que tenía pendientes. En ese grupo la voz más destacada fue la de la agencia financiera J.P. Morgan, la cual difundió, citando datos de Clearstream y del agente de pagos -el estadounidense Citibank-, que hasta el lunes en la tarde la estatal sólo había cancelado 135 millones de dólares correspondientes al rendimiento de su papel 2026.

La respuesta de PDVSA fue inmediata, anunciando que pagó los intereses de sus bonos con vencimientos en 2021, 2024 y 2026, y agregando que activó un período de gracia que le permite postergar hasta por 30 días el pago de los rendimientos de su papel al 2035. De manera contundente, nuestro ministro de Energía y Petróleo y presidente de PDVSA, Eulogio Del Pino, afirmó que «Yo les diría a los tenedores que llamen al Citibank y le reclamen por qué les están retrasando el pago de un dinero que está en sus cuentas«. A través de su cuenta en la red social Twitter, Del Pino aseveró que «Una vez más las calificadoras de riesgo internacionales y sus títeres nacionales salen a propagar información falsa irresponsablemente«.

Debemos recordar que el agente de pagos mencionado, el banco estadounidense Citibank, renunció en julio pasado a ser el encargado de hacer los pagos de varios bonos de PDVSA. También dijo que dejaría de prestar servicios de corresponsalía a varias cuentas del Gobierno, lo que fue denunciado por el presidente Nicolás Maduro como un bloqueo financiero. Ahora el Presidente no ha sido menos claro: «Denuncio esta actitud del J.P. Morgan contra PDVSA y el país ¿No es criminal este tipo de anuncios contra un país entero? ¿No es criminal este tipo de emboscadas contra un país que lo que hace es trabajar?«, y añadió: «Venezuela ha venido pagando de manera estricta todos sus compromisos internacionales. En los últimos 20 meses hemos pagado 60 mil millones de dólares en capital de deuda, canjes de bonos y pago de intereses«.

Según el presidente Maduro, «No es J.P. Morgan solo, es una estrategia de grandes corporaciones con una dirección política en los Estados Unidos… la unidad de los países productores es la que nos permitirá salir de estas situaciones que genera el mundo capitalista, el mundo de esas grandes corporaciones que quieren imponer sus valores e intereses«.

No es casual que este ataque mediático-financiero contra PDVSA coincida con el acoso parlamentario al ex presidente de la empresa petrolera venezolana, Rafael Ramírez, encabezado por el presidente de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional, el fascista de Voluntad Popular Freddy Guevara.

Sería bueno explicarle al país, con pelos y señales, lo que representa J.P. Morgan. Esta corporación, con oficinas centrales en Nueva York, es líder en inversiones bancarias, servicios financieros, gestión de activos financieros e inversiones privadas. Con activos financieros de más de 2,4 billones de dólares, J.P. Morgan Chase es actualmente la primera institución bancaria de Estados Unidos, y detrás de ella, el Bank of America y el Citigroup (propietario de Citibank). Tiene fuertes conexiones con el grupo Rockefeller y con el gobierno de Estados Unidos. Hace pocos años se alió con la Reserva Federal de ese país para «auxiliar» a entidades financieras gringas, operación que le reportó ingentes beneficios. Su unidad de fondos de inversión libre (fondos buitres), una de las principales herramientas de especulación financiera, es la más grande de Estados Unidos, con inversiones de 34 mil millones de dólares en 2007.

En 2012, la Comisión del Mercado de Valores canadiense destapó una gran conspiración financiera en la que podrían estar implicados empleados de seis de las entidades financieras del mundo –Citigroup, Deutsche Bank, Royal Bank of Scotland, UBS y, adivine el lector, J.P. Morgan-, que habrían alterado el devenir del mercado de préstamos interbancarios en su propio beneficio, manejando a su antojo los índices Libor (Londres) y Tibor (Tokio), utilizados como referencia para la concesión de billones de euros en préstamos, de acuerdo con sus intereses.

Esta empresa especuladora, tramposa y depredadora, vinculada estrechamente a los círculos imperiales, internacionales y nacionales que conspiran contra Venezuela, es la gran hermana en los actuales ataques contra nuestra PDVSA.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.