«El espíritu del 4 de febrero no nació para ser traicionado. La Revolución del 4 de febrero, sus mártires, y todo lo que ha acontecido como producto de ella, se presentó ante la historia venezolana para ser la primera revolución del siglo XXI, para abrir los caminos y para construir la Patria de Simón Bolívar», […]
«El espíritu del 4 de febrero no nació para ser traicionado. La Revolución del 4 de febrero, sus mártires, y todo lo que ha acontecido como producto de ella, se presentó ante la historia venezolana para ser la primera revolución del siglo XXI, para abrir los caminos y para construir la Patria de Simón Bolívar», expresó Chávez Frías.
Este lunes se conmemora 21 años de aquella célebre frase Por Ahora, en la que un grupo de militares liderada por el teniente coronel, Hugo Chávez Frías, conjuntamente con otros efectivos activos se alzaron el 4 de febrero contra el paquete de medidas económicas neoliberales del Fondo Monetario Internacional implementadas por el mandatario de turno, Carlos Andrés Pérez.
A través de la Operación Zamora, que estuvo conformada por más de dos mil hombres en armas, pertenecientes a las guarniciones militares de los estados Distrito Federal, Zulia, Miranda, Carabobo y Aragua, en un alzamiento que intentaba derrocar al Gobierno de la época.
La toma de la Caracas, estuvo bajo la responsabilidad de Hugo Chávez Frías, quien dirigió las acciones desde el Museo Histórico Militar de La Planicie, conjuntamente con el también teniente coronel Joel Acosta Chirinos, que comandó las operaciones en la base aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota, medida que se mantuvo en secreto por el Movimiento Bolivariano MBR-200, el cual constituyó el golpe militar que estalló entre los días 3 y 4 de febrero de 1992.
El escenario político de la segunda gestión de gobierno de Carlos Andrés Pérez originó, el descontento de los sectores medios y bajos de las Fuerzas Armadas por los hechos de corrupción verificados en los altos mandos militares, aunado a la subordinación ante un liderazgo político que consideraban incapaz, la utilización en particular del Ejército y la Guardia Nacional, en la represión del Caracazo, entre otros sirvió para la insurrección.
A pesar de no cumplir su objetivo la rebelión cívico-militar, marcó en el país la sentencia de expiración al modelo político de la Cuarta República, pues aquel día Chávez Frías en compañía de un grupo de militares asume públicamente ante los medios de televisión su responsabilidad, convirtiéndose en una figura emblemática que sembró una esperanza en el pueblo que pedía un cambio social. Posteriormente el grupo combatiente es encarcelado.
Luego, durante el Gobierno de Rafael Caldera, se les otorga amnistía a los militares presos y se levanta nuevamente el MBR- 200, con la Agenda Alternativa Bolivariana en mano para presentar un proyecto de país que buscaba sacar al pueblo de la crisis en la que estaba sumergido en ese entonces.
Con la intención de abandonar la lucha armada, el MBR-200 deviene en el Movimiento V República (MVR) en 1997 para poder participar en las elecciones presidenciales del 98, en la que resulta electo Hugo Chávez, quien inicia el proceso de transformación revolucionaria que está viviendo actualmente Venezuela.
4F es la primera revolución del siglo XXI
La fuerza que se desató el 4F «fue la que trajo al Palacio de Miraflores a Rafael Caldera y a este servidor», recordó en su oportunidad el presidente de la República, Hugo Chávez Frías. Aunado a ello, «el 4 de febrero traíamos el libro azul donde estaban planteadas las líneas estratégicas de la Nación, luego vino la Constituyente», por lo que subrayó que el país vive un proceso revolucionario de la mano con el pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
«El espíritu del 4 de febrero no nació para ser traicionado. La Revolución del 4 de febrero, sus mártires, y todo lo que ha acontecido como producto de ella, se presentó ante la historia venezolana para ser la primera revolución del siglo XXI, para abrir los caminos y para construir la Patria de Simón Bolívar», expresó Chávez Frías.
«El 4 de febrero le marcó la tumba histórica al Pacto de Punto Fijo. El 4 de febrero parió la Patria, parió un mundo nuevo. Por eso digo, cristiano como soy, creyente como soy, gracias Dios mío, parecía imposible, pero fue posible. Gracias a Dios, gracias al coraje de ustedes, aquél día me dirigí a mis soldados, diciéndoles entre otras cosas, agradezco su desprendimiento, su valentía, su sacrificio. El país debe dirigirse definitivamente a destinos superiores».
Mientras, el gobernador del estado Zulia, Francisco Arias Cárdenas, otro de los militares que participó recordó que a 21 años del 4F la reflexión se orienta al relanzamiento de los ideales, de los principios que concibieron aquella rebelión nacional. Según su perspectiva, la concreción de los ideales de independencia, soberanía, autodeterminación, atención a los más necesitados «eso se ha cumplido».
Tras la rebelión cívico-militar las garantías fueron suspendidas. El 6 de febrero de 1992 el diario El Nacional señaló: Con la suspensión de garantías llegan los excesos policiales. La parroquia 23 de Enero ya empezó a sufrir los embates de una policía envalentonada, amparada en un decreto que sólo servirá para revivir los desmanes cometidos en los días posteriores al 27 y 28 de febrero de 1989.
Por su parte, analistas manifestaron que la problemática económica y las carencias de la población estaban vigentes y según datos del Instituto Nacional de Estadística el porcentaje de hogares pobres por ingreso en los primeros semestres de los años noventa reflejó que para 1990 había un 49% de familias pobres y 21,1% de pobreza extrema. Esos y otros indicadores reflejaron las pocas posibilidades de desarrollo del país en aquellos años. La falta de garantías hacia los derechos más fundamentales fue la constante al iniciarse la década de los noventa, lo que generó una gran problemática social.
Ante ese descontento la fecha representó el despertar del pueblo venezolano hacia el surgimiento de la nueva etapa de transformación que marcó el rumbo de la Revolución Bolivariana, pues ese acontecimiento hizo que se diera a conocer un hombre aguerrido como es Hugo Chávez, quien se identificó con el Poder Popular al poner en primer lugar los intereses de un pueblo que necesitaba y pedía un cambio.
Finalmente, hoy a más de dos décadas de aquel hecho que marcó las páginas de la historia en Venezuela, el 4F es una fecha legitimada, que más tarde se legalizó a través de los votos, llevando al triunfo a un barinés que implementó un proceso de inclusión y participación con un alto contenido social y humanista para la población, y que recientemente quedó ratificado para un nuevo período presidencial para continuar ocupando la silla del Palacio de Miraflores.
* Lucía Berbeo es periodista, analista político en Venezuela y colaboradora para este medio de información.-
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