El lunes pasado Banco de Suecia entregó el galardón a Milgrom y Wilson, sus diseños fueron utilizados en operaciones que suman más de 100 mil millones de dólares. El jurado priorizó las ganancias a investigaciones sobre la pobreza o la desocupación.
El premio Nobel de economía fue otorgado a Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson por «mejorar la teoría de las subastas e inventar nuevos formatos de subasta», en «beneficio de los vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo», dijo el jurado de la Academia Sueca de Ciencias. El trabajo de los dos economistas, ambos profesores de la Universidad de Stanford en EEUU, se ha aplicado desde la venta de licencias de frecuencias de telecomunicaciones hasta la oferta de minerales o energía, en operaciones que suman más de 100 mil millones de dólares.
“Su trabajo contribuyó a diseñar mercados donde los mecanismos ordinarios que tenemos para asignar bienes no funcionan. Hay mercados que no funcionan bien automáticamente”, destacó Deborah Satz, decana de la universidad de Stanford. En otras palabras, una importante contribución a las ganancias de grandes empresas que sin los métodos desarrollados por los investigadores hubiesen vendido sus productos o servicios a menor precio.
Milgrom y Wilson estudiaron cómo los postores tienden a colocar ofertas por debajo de su mejor estimación, preocupados por el hecho de pagar demás y perder económicamente; esto se potencia cuando algunos participantes tienen más información que otros y, por lo tanto, se obtiene un precio final bajo. En base a estas conclusiones elaboraron métodos de subastas que permitieron a los vendedores obtener precios más altos y así aumentar sus beneficios.
En medio de una crisis mundial económica, social y sanitaria sin precedentes, premian a quienes favorecen el enriquecimiento de unos pocos, todo un reflejo de las prioridades de los bancos y las grandes empresas. La elección de este año no es una excepción, hasta ahora el de economía ha sido el Nobel donde el perfil del laureado se ha repetido más veces: un hombre blanco de más de 55 años, de nacionalidad estadounidense. En los últimos 20 años, tres cuartas partes de los ganadores encajan en esta descripción.
El premio, que empezó a otorgarse en 1969 y tuvo 52 ediciones, sólo fue concedido a dos mujeres. Entre los seleccionados uno de los exponentes más famosos es Milton Friedman, el padre del neoliberalismo.
El oficialmente llamado «Premio del Banco de Suecia en Economía en memoria de Alfred Nobel», aunque es la recompensa más prestigiosa para un investigador en economía, no tiene la misma categoría que las disciplinas elegidas por su inspirador (medicina, física, química, paz y literatura) y otorga más de un millón de dólares a su ganador (o ganadores). Bien podría tener un mejor destino en próximas ediciones, teniendo en cuenta que Alfred Nobel había dejado escrito en su testamento que se otorgue a “aquellos que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad”.
@HofMatias