¡Esto es el acabose! La primera reacción de la oposición en las redes sociales es de euforia, tras el anuncio hecho por Tibisay Lucena, presidenta del CNE, de que las elecciones parlamentarias serán el 6 de diciembre próximo. Atribuirse una victoria por un hecho tan natural como la lluvia (la convocatoria a unas elecciones constitucionalmente […]
¡Esto es el acabose! La primera reacción de la oposición en las redes sociales es de euforia, tras el anuncio hecho por Tibisay Lucena, presidenta del CNE, de que las elecciones parlamentarias serán el 6 de diciembre próximo. Atribuirse una victoria por un hecho tan natural como la lluvia (la convocatoria a unas elecciones constitucionalmente previstas para este año), no hace sino revelar el nivel de estupidez de la patética base social del fascismo, tan ignorante, tan mediocre, tan inclinada a la maldad. El símil no es aventurado: es como si a estas alturas una persona ensayara una danza para provocar un aguacero en un día nublado, y después de llover atribuyera el hecho a su conjuro.
El mecanismo utilizado para enloquecer de esa manera a un sector idiotizado de la sociedad es singular. Primero han pasado años tratando de demostrar que el chavismo no es democrático y que por lo tanto en todo lo que tiene que ver con cualquier elección, es inevitable que haga trampas. Para ello han inventado todo tipo de argumentos, que después desechan, en la seguridad de que los imbéciles que ha formado la canalla mediática se creerán cualquier cuento, por descabellado que sea, mientras implique, de alguna manera, un ataque contra el chavismo.
Alguna vez despotricaron de las máquinas de Smartmatic, supuestamente susceptibles de ser manipuladas por el chavismo para aumentar su cantidad de votos. Una vez caída esa patraña, la agarraron con el registro electoral «abultado» con chavistas, incluso con los muertos. Después les tocaría a las captahuellas, satanizadas igualmente. En algún momento el tema fue la tinta indeleble, que según ellos podía ser borrada, ignoramos con qué sustancia. Que todo esto fuera científicamente refutado no tiene para ellos importancia, nunca han sido dados a reconocer sus barrabasadas o a dar ningún tipo de explicación por sus desaguisados. Pero con estas falacias han ido preparando para todo a su montón de orates fascistas.
En esta oportunidad se dedicaron a establecer que el chavismo (Maduro, señaladamente) pensaba suspender las elecciones parlamentarias, y sus huestes fanatizadas se lo creyeron, por supuesto. Dentro del plan del show de la «huelga de hambre» introdujeron el petitorio de que se fijara la fecha de las elecciones, con toda la intención de que ese anuncio eminente les fuera útil para cantar victoria, que es lo que ahora hacen, aunque como dijo Tibisay Lucena ayer, «Nunca se dio señales de que no hubiese un proceso electoral este año«.
La «huelga de hambre», ya derrotada, puede ahora cerrarse con «honor». Es este el efecto deseado que encierra la frase de Tomás Guanipa: «¡Venezuela lo logramos! Después de más de un año de presión y de sostener la ruta electoral como vía para el cambio tenemos fecha ya«. Es decir, este infeliz usurpa un nuevo éxito de la democracia bolivariana y revolucionaria, que le cumple al pueblo una vez más a pesar de los malos augurios interesados de la derecha, y trata de engañar a la gente como si fuera un triunfo de esa caterva de incapaces que conforman la dirigencia opositora. Por supuesto que lo logra, si se trata del conjunto de tontos útiles especialmente formados para estas circunstancias.
Otro ejemplo de la insania lo da el secretario general de la MUD, Chuo Torrealba, cuando asegura que » La mejor prueba de que no estamos en una democracia es lo que acaba de ocurrir con el tema de la fecha de las elecciones. En un país como éste, que está en un proceso totalitario, el pueblo tuvo que arrancarle la fecha de las elecciones al Gobierno a través de múltiples presiones » (¡!).
Esta otra «Salida», la salida de la «huelga de hambre» por la puerta de atrás, mientras se encienden fuegos fatuos por la puerta delantera, se viene preparando desde hace días, con «peticiones» de voceros políticos, religiosos y mediáticos a Leopoldo López y compañía para que suspendan la huelga. Hace algunos días se sumo a la performance el propio padre de Leopoldo López en persona, pidiendo a su «sufrido» hijito que deje ya la «huelga». En ensayado tono melodramático espetó que «Tu sacrificio dio suficientes frutos, otro centenar de jóvenes se manifestaron en similar sacrificio. El mundo volteó la mirada a Venezuela y se conmovió con nuestra realidad «.
Luego, Leopoldo López Gil, el padre del monstruo de Ramo Verde, completó un nuevo acto de la farsa al anunciar el fin de la «huelga» de su hijo en un plazo de 24 a 48 horas ¿será que preparan el escenario para que este catirote burgués acabe su comedia de mal gusto el 24 de junio, como para competir con el Negro Primero, que ese día llega al Panteón Nacional de la mano de la Revolución? ¡Misterios de la ciencia!
De todas maneras, la derecha no se va a quitar al CNE de la mira, y preparan ya nuevas artimañas para desacreditar al árbitro y proyectarse para una derrota que no pueden descartar a pesar del triunfalismo que le inspiran algunas encuestas. Como siempre, si ganan, ganan, y si pierden… ¡también, solo que el Gobierno y el CNE siempre hacen trampas, como quedó dicho!
No otra cosa puede inferirse de unas declaraciones de unos supuestos «técnicos electorales» de la oposición donde señalan hasta 12 asuntos concernientes a las actividades del CNE, que la oposición debe plantear al organismo, a saber: la observación internacional debe ser «calificada»; prohibición de uso de recursos del estado para la campaña; que se suba el «umbral de exigencia» de las captahuellas; definir el papel del testigo opositor ante el voto asistido; solicitar las incidencias del sistema de captahuellas; que se discutan los protocolos de actuación en cada auditoría; d efinir los parámetros para la contratación de las firmas externas que participan en las auditorías al sistema electoral; que el CNE defina si regulará el porcentaje de postulación de candidaturas por género; que haya celeridad a la hora de anunciar los resultados electorales; perfeccionar la elaboración, el uso y la auditoría de la tinta indeleble; que luego de auditar las aplicaciones de las máquinas de votación se informe a cada estado del país qué máquinas le corresponden; que se realice una auditoría al archivo de venezolanos cedulados. En fin, se trata de complicarle la vida al CNE al máximo e incrementar las razones útiles para cuestionar el evento electoral y el sistema electoral todo. Esto es, por supuesto, parte del plan conspirador que tiene múltiples tentáculos.
El 6 de diciembre de 2015 se cumplen 17 años de la primera gran victoria electoral de Hugo Chávez, que transformó a Venezuela ¡Qué gran homenaje para nuestro líder histórico sería asestarle una nueva derrota a las fuerzas de la oscuridad!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.