Este domingo (15) fue marcado por protestas masivas en las capitales de todos los estados de Brasil. La gran prensa infló los números, aunque por lo menos 1 millón de personas salieron a las calles en todo el país. La mayor presencia fue registrada en el acto realizado en San Pablo, que contó […]
Este domingo (15) fue marcado por protestas masivas en las capitales de todos los estados de Brasil. La gran prensa infló los números, aunque por lo menos 1 millón de personas salieron a las calles en todo el país.
La mayor presencia fue registrada en el acto realizado en San Pablo, que contó con la participación de 1 millón de personas, de acuerdo con la PM (Policía Militar), número cuestionado por el instituto de investigación Datafolha que informó de tener 210 mil personas. De todas maneras, la multitud tomó la avenida de punta a punta.
El tono de los actos del domingo, en su mayoría, fue contra la corrupción y el PT. Las banderas por el «Fuera Dilma», «Contra la corrupción» constituyeron el perfil de las manifestaciones en las diversas capitales. En una proporción mucho menor había quienes pedían la intervención militar.
Las manifestaciones del domingo tuvieron por detrás de su organización a por lo menos tres grupos: identificados con el mundo empresarial y financiero, la cúpula del movimiento «Ven para la Calle» es considerado el más moderado de los tres, no llegan a pedir el impeachment de la presidenta, pero contaron con celebridades para convocar a las manifestaciones, entre ellas, el ex jugador Ronaldo, la cantante Wanessa Camargo y actores y actrices globales. Ese grupo es formado por simpatizantes del PSDB.
El «Movimiento Brasil Libre» (MBL), que se consolida como uno de los principales impulsores de las protestas anti-Dilma desde el año pasado, es compuesto por jóvenes liberales y conservadores que defienden la privatización de los servicios básicos, como la educación, la salud, y la disminución del peso del Estado en la sociedad.
Finalmente, el tercer grupo, «Rebelados On Line», cuenta con la coordinación de cerca de 20 personas y fue formado por las redes sociales. Ellos se dicen contrarios a la corrupción y piden el impeachment de la presidenta y en sus convocatorias dicen querer «castigar el petismo y el bolivarismo en el país». Ese es el grupo que vendió los kits anti-Dilma, con una camiseta polo negra con la frase «Dios, Familia y Propiedad».
La prensa tradicional también fue un refuerzo importante en la convocatoria de los actos del día 15, con reportajes especiales, entrevistas y hasta llamadas durante la cobertura, haciendo una verdadera convocatoria.
O sea, nada permita afirmar que fue un acto simplemente espontáneo, convocado en las redes sociales. Hubo dirección y de las más conservadoras.
A pesar de los convocantes y del perfil de las manifestaciones, no quiere decir que apenas un sector conservador se movilizó este domingo. «Hay un descontento general con el gobierno Dilma. Tanto es así que las movilizaciones pro-gobierno del viernes (13), además de pedir la reforma política, tuvieron que integrar reivindicaciones que se enfrentan con la política económica y de ajustes del gobierno como forma de dialogar con el descontento de la clase trabajadora», resalta Carlos, Cacau, de la Secretaría Ejecutiva Nacional de la CSP-Conlutas.
Según el dirigente, las movilizaciones que ocurrieron el 6 de marzo, convocadas por la CSP-Conlutas, también muestran que hay un descontento en la clase trabajadora con el gobierno. «Están insatisfechos con el aumento de las tarifas, la falta de calidad en la educación, la salud, en el transporte público, así como quedó indignada con las medidas que limitan el seguro de desempleo y los beneficios previsionales, y los despidos que ocurren en diferentes sectores».
Luego de los actos, al final de la tarde, el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, y el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Miguel Rossetto, hablaron a la prensa. Ambos anunciaron medidas ya presentadas como el paquete anti-corrupción y la reforma política, cuya propuesta es rechazada por la CSP-Conlutas. Miguel Rossetto reafirmó todavía la necesidad de reajuste fiscal en la política económica que atacará, directamente, a los trabajadores.
Actos pro-Dilma no convencen
Los actos a favor del gobierno, realizados el viernes 13, por la Central Única de los Trabajadores (CUT), Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), Unión Nacional de Estudiantes (UNE), y la Consulta Popular; que fueron a las calles para defender la reforma política y a Petrobras, con el objetivo de proteger al gobierno, quedaron lejos de lo que tanto la CUT como el PT imaginaban, justamente por no romper con la agenda gubernamental. «Incluso el acto de San Pablo, que reunió al contingente más expresivo de personas, tuvo como base social a la militancia de los sindicatos de ómnibus organizados por los alcaldías del PT», analiza Cacau.
Hora de que la clase trabajadora decida los rumbos de la lucha
En la evaluación del dirigente de la CSP-Conlutas, no son solamente las elites que están desconformes con el gobierno, como afirman la CUT y el PT. «También dentro de las fábricas, las canteras, las obras, en las escuelas, reparticiones públicas, bancos, en los lugares de trabajo en general, la desaprobación al gobierno es muy grande, sea por situación general del país, el aumento de precios, el problema del agua, por el pesado ajuste fiscal y el retiro de derechos que está ocurriendo».
De acuerdo con Cacau, la rabia de los trabajadores también es muy grande. «Es esa base social que está luchando para revertir los despidos en las fábricas y derrotar el ajuste fiscal en los estados, todavía no entró en lucha de manera organizada y unificada». Por eso, para la CSP-Conlutas continúa en el orden del día la construcción de un campo de clase de los trabajadores.
La Secretaria Ejecutiva Nacional de la CSP-Conlutas va a reunirse el jueves 19 de marzo para aprobar las orientaciones de la organización por ese tema. Y el viernes 20 tendremos la reunión del Espacio de Unidad de Acción en San Pablo. Esta instancia gana más importancia todavía, para ubicarnos en el cuadro político del país. Ya está asegurada la presencia del movimiento sindical y estudiantil combativo, además de la izquierda socialista.
Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa