Como en cualquier democracia, la oposición tiene en Venezuela la posibilidad de conseguir la mayoría en las elecciones legislativas del próximo mes de setiembre. Como en ninguna otra democracia, la misma oposición tiene también la posibilidad de que se convoque un referéndum revocatorio contra el presidente Maduro. Mientras tanto, esa oposición debe renunciar a sus […]
Como en cualquier democracia, la oposición tiene en Venezuela la posibilidad de conseguir la mayoría en las elecciones legislativas del próximo mes de setiembre. Como en ninguna otra democracia, la misma oposición tiene también la posibilidad de que se convoque un referéndum revocatorio contra el presidente Maduro.
Mientras tanto, esa oposición debe renunciar a sus intentos de desestabilizar al país mediante conspiraciones ilegales en complicidad con los planes para la injerencia externa del gobierno de Estados Unidos.
El presidente Obama, en coherencia con su declaración en la reciente Cumbre de las Américas, cuando reconoció que el gobierno de Caracas no es una amenaza para la seguridad nacional estadounidense, debe derogar su decreto contra Venezuela. Y además tiene que demostrar con los hechos su segunda declaración en la misma cumbre, cuando aseguró que Estados Unidos no es una amenaza para la seguridad nacional venezolana. Sus operaciones clandestinas y el hostigamiento diplomático, político, informativo y económico contra Venezuela van en contra de la decisión de todos los gobiernos de UNASUR y de la CELAC de proteger a la democracia venezolana y garantizar las elecciones de setiembre en el que ha sido considerado, incluso en Estados Unidos, como el mejor sistema electoral del mundo.
El gobierno de España debería respetar la actitud unánime de América Latina y colaborar con la democracia de Venezuela en vez de contribuir al hostigamiento de Estados Unidos.
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