La misión Barrio Adentro cumple 12 años este mes de abril, siendo ésta una obra genial de dos grandes forjadores de sueños: los comandantes Hugo Chávez Frías y Fidel Castro Ruz. El concepto «misional» de ésta creación no solo resalta el carácter solidario y amoroso de la cooperación médica cubana, sino en lo fundamental expresa […]
La misión Barrio Adentro cumple 12 años este mes de abril, siendo ésta una obra genial de dos grandes forjadores de sueños: los comandantes Hugo Chávez Frías y Fidel Castro Ruz. El concepto «misional» de ésta creación no solo resalta el carácter solidario y amoroso de la cooperación médica cubana, sino en lo fundamental expresa la «opción por los pobres» con que fue concebida y se ha desarrollado. El 16 de abril de 2003 se produce la llegada de los primeros 54 médicos cubanos. Esta fue una respuesta más a la agresión fascista del 11 de abril del 2002 con que el gobierno bolivariano responde al golpe de 47 horas duración, cuando el presidente Hugo Chávez fuera secuestrado y luego restituido por el pueblo y la fuerzas Armadas leales a la constitución bolivariana.
Los antecedentes de la misión fueron: la propia Constitución Bolivariana de 1999 convocada por el presidente Chávez y refrendado pueblo, que en materia de salud enArtículo 83 establece que la salud como parte del derecho a la vida y obligación del estado, en el artículo 84 la creación de un Sistema Público de Salud y en el articulo 85 en el que el estado garantiza el presupuesto de Salud. Se comenzaba a salir al cruce a la descentralización como camino a la privatización de la salud heredada de la cuarta republica. Luego, en diciembre del 99 se produciría la tragedia o deslave de Vargas, considerado el peor desastre natural ocurrido en el país después del terremoto de Caracas de 1812. La dimensión del desastre del 1999 ha sido difícil dimensionar, pero algunas versiones hablan de 30.000 muertos y daños materiales inmensurables. El comandante Chávez se colocó a la cabeza de la conducción de los hechos para enfrentar el desastre. Al igual que Simón Bolívar fue acusado por «los amos del valle» y la reacción clerical, de que el evento era un producto de la «ira de Dios». El apoyo mundial de aquella conmoción recordada como «el día que la montaña avanzó al mar», no se hizo esperar con ayuda solidaria de los gobiernos y los pueblos y cientos de médicos del mundo arribaron a estas costas, entre ellos los primeros cooperantes cubanos. Golpe de abril 2002, el paro de noviembre 2002 convocado por el colegio médico y el sector educativo y en diciembre del 2002, la oligarquía venezolana volvió a lanzar otro golpe, basándose esta vez en un paro patronal de las empresas privadas y el sabotaje petrolero de PDVSA. En Venezuela en el 2003 había 17.000.000 de excluidos de servicios de salud. Este era el escenario real que llevó a la creación heroica de la misión Barrio Adentro. Los lideres de Cuba y Venezuela acuerdan la formula de petróleo por salud, que a la luz de los 12 años de cooperación, la dimensión de la misión no tiene parangón en el mundo como gesta solidaria, ética y humanista.
Para diciembre de 2013 ya estaban en Venezuela 10 mil médicos cubanos. La reacción de la oligarquía y el colegio médico no se hizo esperar y desata una campaña atroz contra los médicos cubanos que la corporación consideraba «no médicos». Previamente, el presidente Chávez había convocado a los médicos venezolanos a subir a los cerros y adentrarse a los campos, y poco menos de 50 aceptaron el desafío. No había vueltas, había que armar una infraestructura para los cooperantes en las propias casas del pueblo, improvisar consultorios, infraestructura popular para alimentarlos. El choque cultural era grande. Aunque son pueblos parecidos, no era lo mismo comer el congrí cubano a la arepa venezolana. El ejército de batas blancas se mostraba dispuesto a todo, subir a los cerros de Caracas, adentrarse en canoa en el estado amazonas, o a instalarse en un pueblo de pescadores en Araya en estado Sucre. La campaña de la reacción no cesaba creando desconfianza en el pueblo con anticomunismo al peor estilo de la guerra fría, por puro afán de lucro, ya que se estaba empezando a golpear su propio negocio. La actitud concientizadora y pedagógica de los comandantes Chávez y Fidel era principal fuerza moral para dar cauce a la misión y la actitud amorosa, solidaria, ética de los cooperantes poco a poco logró el reconocimiento popular.
Instalada la primera red de barrio adentro con concepción preventiva se empieza a sentir la necesidad de darle mayores instrumentos técnicos y complejidad ante el difícil panorama de salud. Como dijera Fidel «era como estar en la guerra sin fusil». Había que planificar y desarrollar un «sistema de salud» que en principio fue concebido como el médico de familia barrio Adentro I, para avanzar en alrededor de 7 mil consultorios populares, nivel Barrio Adentro II, 600 Centros de Diagnostico Integrales (CDI) y 600 salas de Rehabilitación Integral (S RI) y los 35 Centros de Alta Tecnología (CAT), segunda etapa de barrio Adentro II. Toda ésta infraestructura debía construirse y equiparlos con tecnología de punta. Por inclusiva, estos centros no solo iban a los barrios populares, sino también al corazón del éste caraqueño, por ejemplo el CAT de Chuao «Dr. Salvador Allende». Luego vendrían la misión milagro (visión), misión sonrisa (salud bucal), misión José Gregorio Hernández (personas con discapacidad), misión de instructores de deportes para niños y adultos mayores (deporte adentro). Se debía contar con alrededor 850 núcleos académicos que fueron habilitados para la carrera de Medicina Integral Comunitaria, donde los miles estudiantes postulados por el poder popular de las comunidades donde vivían, y que luego de 6 años de formación reemplazarían a los médicos-docentes cubanos. También se abrían las puertas a estudiantes de todo el mundo, Gambia, Haití y Bolivia entre otros. Nuevo grito en el cielo de la corporación médica, ya que esos estudiantes del «régimen», «nunca verían un cadáver» en su necrológica versión de salud.
El pueblo empieza a entender la vieja consigna de «sembrar el petróleo». Se empieza palpar, a ver, a sentir como suyo una obra gigantesca. No fue fácil, a pesar que se estaba construyendo en paralelo otro sistema de salud, había que convivir con la red tradicional de salud: ambulatorios, grandes hospitales impregnados de burocracia y donde buena parte sus integrantes adversan la revolución y se resisten al cambio. La constitución, el plan de salud y plan de la Patria votado mayoritariamente por el pueblo con la última elección victoriosa del presidente Chávez, plan 2013-19, mandata seguir en la construcción socialista de salud. De lo contrario sería restaurar el modelo capitalista, donde el lucro es el objetivo. Por ello estamos avanzando a la construcción de los ASIC (aéreas de salud integral comunitarias) y transformar con los colectivos de dirección la red hospitalaria, tarea que estamos en pleno desarrollo. Buena parte de estos planes han venido cumpliendo, no sin problemas. Se puede ver en detalle los logros en la páginahttp://www.fmba.gob.ve/. A partir de abril del 2006 en el modelo se legaliza y se crea la Fundación Barrio Adentro. Por otra parte es mucho lo que nos falta resolver. Primero, los seguros médicos de los trabajadores públicos y privados siguen siendo la fuente principal de lucro de las clínicas privadas, un absurdo capitalista donde el estado financia la medicina capitalista. La producción y distribución de medicamentos e insumos aún permanecen en manos de las transnacionales. La guerra económica impuesta por la burguesía y el imperialismo no ha cesado en 16 años de revolución y se viene agravando con los nuevos planes «de la salida» al gobierno Chavista de Maduro. El presidente Nicolás Maduro ha continuado el legado de Chávez. Muestra de ello la promoción de miles de «bases de misiones», nuevos módulos en construcción que integran a barrio adentro, misión alimentación (mercal), y misiones educativas (Robinson y Rivas) destinado al 5% de la poblacion en extrema pobreza que aún persisten en el territorio nacional, que permitiría eliminarla en el año 2019. Todo ello a pesar que el precio del petróleo ha caído e 120 a 50 dólares.
Como médico del Hospital «Dr. Julio Rodríguez», viejo Sanatorio Antituberculosos de Oriente (SAO) en Cumaná, me tocó junto a mis compañeros presenciar en nuestro hospital la instalación del primer CAT del país, inaugurado en febrero del 2006 por el presidente Chávez. Con la convocatoria a la discusión del plan de la patria, iniciamos en el año 2012 un proceso de debate para transformar el SAO en hospital comunal y socioproductivo, recuperando la esencia de lo que fuera un hospital autogestionario de los años 50, donde los trabajadores y pacientes producían la tierra para proveer el comedor, la lencería, había taller de herrería y carpintería. Ahora, desde el colectivo de dirección y la asamblea donde se integran los trabajadores con el poder popular promovemos empresas de producción social (eps) en manos del poder popular para cultivar los predios del hospital y patios productivos saludables en las casas, recuperar los talleres y sastrería. Fortalecer el ASIC, siendo el hospital el eje integrador de una importante área de la ciudad de Cumaná con la idea construir comuna. Dentro de ese ASIC contamos con varios ambulatorios, consultorios populares, CDI y SRI y bases de misiones. La condición de sanatorio antituberculoso, ahora que prácticamente no se hospitalizan los pacientes con esta enfermedad, nos condena en la estructura formal del ministerio Popular para la Salud a escaso presupuesto y y por ende muchos problemas. Por ello planteamos transformarlo en hospital comunal y socioproductivo que junto al poder popular, los defensores de la salud, comités de salud, unidos trabajadores de la salud venezolanos y cubanos, estudiantes de medicina integral comunitaria, en una sola misión integradora. Construir Comuna. Poder Popular. Aportamos desde el territorio donde vivimos y trabajamos en ésta creación heroica de Barrio Adentro, que ya es una realidad tangible y cotidiana. Y como diría el Che Guevara, «cuando lo extraordinario se convierte en cotidiano, es que estamos en revolución».
* Rodolfo Carballo es médico
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