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Entrevista a Roland Denis sobre la situación política venezolana (II)

«El mismo Chávez se cansó de acusarnos de ‘anarquistas’, ‘antipoder’, etc., hasta que al final de su vida me parece que nos reconoció muchas razones»

Fuentes: Rebelión

Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana, Roland Denis es graduado en Filosofía en la UCV y fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En los años 80s militó en el Movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramérica /Movimiento 13 de Abril. Es autor de, entre otros, […]

Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana, Roland Denis es graduado en Filosofía en la UCV y fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En los años 80s militó en el Movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramérica /Movimiento 13 de Abril. Es autor de, entre otros, Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012). Actualmente participa en la organización de las «Asambleas de Militantes» centrada en el apoyo a la construcción de los territorios de «Gobierno Popular».

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Nos habíamos quedado en este punto. Decía usted. «De estar vivo vaya a saber que hubiese hecho Chávez después de aquel último discurso autocrítico y más radical y libertario que nunca, que llamó «golpe de timón». Hugo Chávez esencialmente fue un revolucionario bolivariano que fue asumiendo con cada vez mas profundidad los horizontes generales de un socialismo libertario». ¿A qué discurso hace referencia? Perdone mi desinformación. Una más: ¿habla usted de cosmovisión libertaria como licencia poética o está señalando al núcleo de la reorientación del pensamiento de Chávez con palabra ajustada?

Me refiero al discurso último que él dio públicamente por cadena nacional en un gabinete de ministros, donde llama a emprender un gran «Golpe de Timón», donde reconoce grandes fallas y, sobre todo, deja en claro la tontería de estar sustituyendo el verdadero espacio de autogobierno del pueblo por ministerios y burocracias. Habla al fin de la corrupción y del horizonte comunal de la revolución. Fue un discurso último extraordinario.

Y en cuanto a la cosmovisión libertaria no estoy utilizando artificios poéticos, aunque la palabra lo tenga. Toda la revolución bolivariana, con el reconcomio de todos los estatistas y el viejo estalinismo tan clavado en las viejas direcciones de izquierda, tuvo su inspiración en una cosmovisión, como tú dices, profundamente libertaria nacida en los años de rebelión popular. Es una visión muy ligada a dos conceptos primarios: el poder popular y el proceso popular constituyente. Es decir, el ejercicio de la decisión por fuera de las lógicas tradicionales del estado burgués y la posibilidad de ir apropiándose en efecto de la soberanía constituyente, a través de procesos que vayan fabricando instituciones, redes, orgánicas, de poder por fuera del estado, o en todo caso en una relación de equivalencia de poderes con él. Se trata entonces de una tesis que recoge el legado esencialmente libertario de las grandes corrientes revolucionarias, chupa de ellas y las recrea. No se trata de ortodoxias ideológicas en particular, eso es muy europeísta y ligado o al socialismo autoritario totalmente fracasado en el siglo XX o a anarquismos puros que no vienen al caso. Es la experiencia emancipadora de un pueblo en libertad, pensada y vivida desde nuestra humilde realidad.

De lo conseguido hasta el momento en la revolución bolivariana, ¿qué es lo que le parece más destacable, lo más esencial?

Lo esencial desde nuestro punto de vista de toda revolución desde que se iniciaron los movimientos obreros revolucionarios en el mundo con la Comuna de París, es la capacidad que tenga un pueblo de construir un mundo propio gobernado por sí mismo fuera de la lógica despótica del estado y el capital. En ese sentido la revolución bolivariana, cualquiera que sea su destino, si algo le ha aportado al movimiento de liberación mundial, son las experiencias importantes de autogobierno desde las comunidades y los trabajadores. Con todos los desastres generales y concretos que existen de todas formas una bella resistencia de base, por lo general inspirada en el legado de Chávez, se ha podido desarrollar. Es la «república autogobernante» que se ha ido fraguando, muy pequeña aún frente a los demonios de la burocracia, el capital y tanta mafia que nos ha penetrado, pero allí vamos, es el corazón vivo de la revolución.

¿Cómo ve usted en estos momentos la situación política venezolana? ¿La situación es tan grave como se nos cuenta en diarios como el global-imperial autollamado El País?

Claro que es muy grave, la derecha lo sabe muy bien y aprovecha el momento para debilitar todo mediáticamente. Pero por ser derecha no deja de sustentarse en datos ciertos. Hay por supuesto mucha manipulación, sobre todo con esto de los presos políticos y los DDHH, cuando el problema ciertamente existe pero no es por represión a los niños bonitos de la derecha sino a los movimientos de base que cuestionan y se levantan. La burocracia está muy aterrada que su base de captura política estos 15 años se le vaya a voltear y en ese sentido actúa de manera cada vez más agresiva contra la resistencia de base. Lo cierto es que si por «situación política» entendemos la capacidad o no de reproducirse en el poder una determinada dirección de gobierno, la situación para ellos es muy grave. Y si lo vemos mas allá del mero gobierno y lo ampliamos a la sociedad en su conjunto, como trabajadores nos empobrecemos todos los días más mientras que las castas burguesas y sus amigos gobernantes se enriquecen cada vez mas. Eso en cualquier momento se puede tornar en una situación explosiva. Y algo todavía mas grave, la crisis institucional que vive el estado producto de todo esto, ha creado una situación de violencia endógena, de mafias y economías mafiosas con importante control territorial que están creando una suerte de paraestado en muchos territorios y comunidades del país. Eso es lo que me parece mas grave de todo, y detrás de eso están muchos sectores de la derecha continental.

Represión, ha dicho, a los movimientos de base que cuestionan y se levantan. ¿Nos pueda dar algún ejemplo?

Por supuesto, la más emblemática ha sido la represión al pueblo indígena Yukpa y el asesinato del cacique Sabino, hecha por sicarios pero con plena colaboración de terratenientes y agentes de gobierno. Pero además tenemos a centenares de dirigentes campesinos y obreros asesinados en los últimos diez años, casi siempre con la colaboración de la estructura represiva del estado. Hoy hay presos políticos pero no de derecha sino dirigentes obreros y chavistas que no se han plegado a burócratas y corruptos. Hay dirigentes obreros asesinados, igualmente con la colaboración de agentes de Estado que han enfrentado transnacionales como la Toyota o la Misubishi.
Hoy en día la situación dentro de las empresas públicas de dirigentes que quieren expresar su malestar y se rebelan contra las direcciones impuestas por el estado, inmediatamente son silenciados por todos los medios de comunicación, públicos y privados, amenazados o asesinados como es el caso de dos dirigentes honestos de la construcción en Barinas. Tenemos el caso últimamente de la desaparición de Alcedo Mora, dirigente popular y viejo guerrillero de toda la vida en Mérida, quien desaparece, junto a dos campesinos, después de haber denunciado la corrupción de los funcionarios de PDVSA en esa zona, y el estado ni nadie de importancia en su seno quiere responder al respecto. A este nivel la situación represiva es muy complicada.

¿Es la oposición venezolana una oposición democrático-liberal o su tendencia al golpismo, directo o indirecto, es muy pero que muy marcada?

Toda derecha que se respete y mucho más en países como los nuestros utiliza como decimos en nuestro lenguaje «todas las formas de lucha». Ellos lograron en el año 2002 tumbar a Hugo Chávez con un golpe magníficamente perpetrado que luego no supieron manejar internamente. Para mi el golpismo de derecha quedó definitivamente derrotado allí, al menos que esto se deteriore a nivel social y económico tanto que renazca de nuevo, logrando apoyo en sectores importantes de las FFAA. Lo cierto es que desde entonces el conspirativismo se mueve mucho mas a nivel de calle, en una especie de protofascismo agitativo y desgastante de algunos grupos desesperados por acabar con el comunismo «castrochavista», y que el año pasado pusieron todo a prueba fracasando, Pero la tendencia que termina imponiéndose, lo cual también depende mucho de las políticas imperiales de los EEUU para América, es la línea liberal-democrática. Serían muy estúpidos si en este momento con la bandeja puesta sobre la mesa no se coman el manjar que les puede dar una victoria parlamentaria clave.

Tomo pie en un artículo reciente suyo: «Dado el curso en estos momentos de la devaluación continuada a que nos ha condenado este gobierno (posibilidad que este mes llegue la inflación al 50%), monetarizando totalmente la economía, estableciendo un esquema que solo le sirve a un grupito de burgueses y burócratas privilegiados que tienen acceso al dólar regalado, especulando luego hasta el delirio en los mercados negros de la moneda y el contrabando con esa riqueza entregada en las oficinas de gobierno, todo esto nos lleva al absoluto desastre». No habla usted muy bien del gobierno actual. ¿Incluye al presidente Maduro en su crítica? ¿Sirve a un pequeño grupito de burgueses y burócratas? ¿El qué les sirve?

Nicolás Maduro es el Presidente de la República y por supuesto que él es el primer responsable de servirle a ese grupito de riquitos (banqueros, empresarios, empresas transnacionales y monopólicas como La Polar, funcionarios que ya muchos se han hecho unos magnates) siendo además un régimen constitucional tremendamente presidencialista. Pero él no es el que ha generado esta situación, llevo más de doce años, junto con algunos compañer@s y movimientos, advirtiendo lo que desde hace mucho viene cocinándose política y económicamente, y por ello me han acusado de cualquier cosa, hasta de ser de la CIA. El mismo Chávez se cansó de acusarnos de «anarquistas», «antipoder», etc, hasta que al final de su vida me parece que nos reconoció muchas razones. Presumo en todo caso que Nicolás entiende en el meollo en que está metido y de lo grave de la situación, pero no se atreve a dar el paso. Cúpulas civiles y sobre todo militares poseen el mando sustancial. Y al final entendamos que él también creció políticamente al interno de esa cúpula cada vez más autocrática convirtiéndose en una víctima de su propio proceso personal, por tanto es muy difícil que se deslastre de ella y se convierta en un líder revolucionario auténtico.

No se atreve a dar el paso dice usted. ¿Qué paso? ¿Por qué no se atreve? ¿Cómo se podría convertir en un líder revolucionario auténtico?

Por qué no se atreve habría que preguntarle en último término a él. Allí operan muchos miedos y compromisos adquiridos dentro de los laberintos de gobierno, o a lo mejor tiene una estrategia secreta que no conozco mucho más inteligente, vaya a saber. Ahora, si quiere asumir un verdadero liderazgo revolucionario, entendiendo todo lo complicado de la situación, tiene que arriesgarse y lanzarse a romper estructuras creadas, buscando el apoyo popular que lo tendría sin duda alguna. El chantaje de la unidad interna, la unidad entendida como la compactación indivisible de esta cúpula corrupta, me imagino que le impide hacerlo. En todo caso, si todavía comprendemos la necesidad de los liderazgos personales dentro de los procesos revolucionarios, ellos, ellas, tienen que asumir el riesgo de lo indeterminado, de lo imprevisible, como única manera de romper con las estructuras de dominio. Con toda la cultura política que ha generado el chavismo en la base del pueblo, y las evidencias que todos sufrimos hoy en día, si Nicolás se atreviese, si fuese totalmente autocrítico, procedería a la ruptura, tendría millones apoyándolo y acompañándolo.
Ese es el líder revolucionario al cual me refiero.

«Absoluto desastre», es expresión suya. ¿No son palabras muy alarmistas?

Como quieras, pero en todo caso te invito a que nos demos una vuelta por algunos pueblos y ciudades venezolanas, a hablar con la gente en los barrios y las colas, en los espacios profesionales, y a lo mejor tú tienes palabras mejores, menos dolidas como es mi caso y lo acepto, pero estoy seguro que no estarán muy lejos de esta expresión.

Le vuelvo a citar: «Nuestros salarios ya no valen nada, la moneda nacional se convierte en papel de desecho, y en cualquier momento podría desatarse una corrida bancaria contra el bolívar, cosa que de alguna manera ya comenzó: el desatado valor del dólar negro, el único asequible a la población, lo confirma». ¿Tan grave es la situación económica? ¿Es la bajada del precio del petróleo la causa desencadenante de la situación?

El bolívar, producto del desfalco y la inflación descontrolada, todos los días vale menos. El gobierno por su lado, producto de la bajada del precio del petróleo, se va comiendo las reservas que le quedan, se endeuda cada vez más, el capital global además lo castiga poniéndolo a pagar sumas duplicadas por el servicio de la deuda. No le queda otra salida en este esquema criminal económicamente que ha sido el control de cambio (sobrevaloración nominal cada vez mas desproporcionada del valor de la moneda) que llenar el país de moneda inorgánica. Es una locura gansteril que no tiene nombre haciendo que los trabajadores paguemos con lo que nos queda de salario y alguna entrada lateral lo que estos riquitos se están robando todos los días (digo robando en el sentido literal, vean nada más cuantos miles de millones de dólares le han dado en estos tres últimos años a la industria farmacéutica, hasta hoy en la mañana, y lo que hay de medicinas en las farmacias y cuanto cuestan las pocas que hay, por solo tomar unos de los casos). El problema no es la baja del precio del petróleo en sí, la baja empeora una situación que viene evolucionando desde el año 2008 por lo menos.

De nuevo es usted quien habla: «Una población desesperada por adquirir dólares o lo que sea con tal que no pierda su valor, lo que a su vez desata una inflación especulativa totalmente loca. El curso de los hechos, si no alzamos el grito necesario lo más pronto y con la mayor contundencia podría llevarnos a otro tipo de desastre de orden institucional y político con consecuencias absolutamente inimaginables». ¿Qué consecuencias por ejemplo? Por lo demás, ¿no grita el pueblo, la ciudadanía venezolana?

Como decía si la situación no se enfrenta esto puede traer este año o el próximo, independientemente de elecciones y juegos institucionales, situaciones impredecibles y hasta el golpismo abierto podría regresar eso sería terrible. Por otro lado, el poco grito que hay, me refiero al 80% que es la clase trabajadora en todos sus estratos, son situaciones parciales, reivindicaciones que no se articulan con otras. La gente, muchos ligados al chavismo al menos los dirigentes, o prefieren el silencio por cualquier razón o no terminan de entender lo que está pasando. Esta coletilla de la «guerra económica» le ha sido muy efectiva al gobierno para neutralizar la protesta justa. Personalmente creo, conversado con muchos dirigentes sociales y sindicales, que el «grito del pueblo» tiende naturalmente hacia un horizonte de huelga general. Si esto sigue así, que podamos organizar núcleos por una huelga general donde se toque desde el salario hasta todo el problema legal y moral que ha significado el desfalco, podría ayudar a repolitizar hacia la izquierda, hacia una alternativa progresista y no regresiva, un brinco de conciencia fuera de la lógica del capital y estado que necesitamos.

Al gobierno, según usted, le quedan tres alternativas. Nos quedamos aquí por el momento. La última conversación, no abuso más de usted.

No abusa.

Nota:

[*] La primera parte de esta entrevista puede verse en Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.