Algunos puntos claves: 1. Los colores de las protestas. En Ecuador están en las calles indígenas, campesinos, representantes de sindicatos y, claro, mestizos. En Brasil, las protestas favorables al impeachment, o peor, a favor de la «Intervención Constitucional Militar» son conducidas mayoritariamente por gente blanca. Son personas que no reconocen la importancia de los alcances […]
Algunos puntos claves:
1. Los colores de las protestas. En Ecuador están en las calles indígenas, campesinos, representantes de sindicatos y, claro, mestizos. En Brasil, las protestas favorables al impeachment, o peor, a favor de la «Intervención Constitucional Militar» son conducidas mayoritariamente por gente blanca. Son personas que no reconocen la importancia de los alcances sociales como del Programa «Bolsa Familia», por ejemplo (aporte financiero del Estado a las familias pobres brasileñas); creen en la meritocracia (la gente tiene que luchar sin la ayuda de nadie, sin apoyo, para lograr el ingreso a la Universidad, otro ejemplo), ese mito que oculta el hecho de que en Latinoamérica las oportunidades todavía dependen del color de la piel.
2. Acerca de la «Intervención Constitucional Militar» que proponen en Brasil: si es Militar no hay como ser Constitucional. La última vez que los militares fueron ‘invitados’ a ‘salvar’ la democracia brasileña, hubo muertes, desapariciones, torturas… Hasta hoy (2015) intentamos librarnos de las herencias de este período de 21(¡!) años (http://www.cnv.gov.br/), desde 1964 hasta 1985. Una de las peores herencias es la policía «militar» brasileña, que sigue siendo responsable por una supuesta justicia, sangrienta y selectiva en contra de los negros y pobres, o sea, los más vulnerables, que no tienen acceso a un Estado de Derecho(s). De este modo, pedir la «Intervención Militar» en Brasil es desconocer la historia de su propio país y caminar en contra de la historia de las conquistas democráticas que nos tomaron tantas décadas para (re)construir. https://anistia.org.br/…/Voce-matou-meu-filho_Anistia-Inter…
3. Al contrario de la gente indígena, afro y mestiza que camina y lucha en las calles de Ecuador, lo que se puede ver en incontables videos de las Marchas «verdes y amarillas» en las calles de Brasil son demonstraciones de racismo y total intolerancia a las diferencias (de color, orientación sexual, de clase, ideológicas, religiosas, etc.).
Personas siendo agredidas por manifestantes «verde amarillos»:
Ver: https://www.youtube.com/watch?v=M7tzvQMSMKk
Ver también: https://www.youtube.com/watch?v=ywWjvs8197E
4. Sobre la corrupción. Uno: No hay evidencia de conducta criminal por la Presidenta, que sería la condición jurídica para privarla de poder. Dos: al contrario de lo que hacen creer periódicos e indignados de última hora, los casos de corrupción no son privilegio del Partido de los Trabajadores. Hay diversos casos en donde otros partidos y políticos de oposición al gobierno están involucrados en serias denuncias. Si vamos a buscar cambios estructurales, reales, y no una hipócrita puesta en escena, hay que tocar aspectos importantes, como la lógica de la financiación de las campañas electorales, dónde los que tienen más recursos ($, tiempo de televisión…), tienen sus votos garantizados. Y esto no se va lograr con una ruptura democrática, aún menos con los militares- ¿o no hubo corrupción durante los gobiernos militares?- Sí hubo, y los que denunciaban eran callados y/o muertos’.
5. Las marchas «verde amarillas» en Brasil toman los colores de la bandera brasileña como oposición al rojo del Partido de los Trabajadores. Hablan unánimemente en contra de «los comunistas» del gobierno, cuando bien sabemos que los gobiernos del Partido de los Trabajadores son cualquier cosa menos comunistas. Preguntemos a los dueños de los bancos si les molestan los gobiernos petistas… Imaginen a Guillermo Lasso hablando en contra del gobierno «comunista» de Correa. Suena raro, ¿no? Ni siquiera se puede decir que son gobiernos socialistas… Sigue el viejo «capitalismo de Estado», en donde el Estado crea las condiciones para la reproducción (y concentración) del capital, aunque con niveles mayores de (re)distribución y alcances sociales más grandes que los de gobiernos neoliberales de los 90.
La cuestión es: Ecuador y Brasil viven momentos de protestas… pero hay que ver de qué lado parten las críticas a los respectivos gobiernos. En el caso de las protestas «verde amarillas» de Brasil hacen falta muchísimos colores para comparar con las diversas y plurales voces que tomaron las calles de todo el Ecuador la última semana… El «Verde y amarillo» de las protestas que piden la «Intervención Militar» en Brasil no tienen nada que ver con el arco iris de colores de la Whipala, que representa las voces de los pueblos y nacionalidades del Ecuador y de Abya Yala.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.