Las revelaciones de la Policía Federal y del Ministerio Público Federal son graves y contundentes. Estamos frente a una crisis grave, económica y social, sumada a una situación política en la que la corrupción y los intereses empresariales son la marca dominante de la política. La denuncia de Delcidio Amaral, ex presidente del grupo senatorial […]
Las revelaciones de la Policía Federal y del Ministerio Público Federal son graves y contundentes. Estamos frente a una crisis grave, económica y social, sumada a una situación política en la que la corrupción y los intereses empresariales son la marca dominante de la política.
La denuncia de Delcidio Amaral, ex presidente del grupo senatorial del PT, actualmente preso, [comprometiendo a Lula y Dilma en la trama de corrupción], no confirmada pero tampoco desmentida por él, si fuera real, a lo que hay que agregar las investigaciones de la Policía Federal (PF) y el Ministerio Público Federal (MPF), indican que es verdad lo que sospechábamos: la implicación y el compromiso pleno de Lula y Dilma Roussef con grandes constructoras como Odebretch y Camargo Correa entre otras. Muestran también lo que ya dijimos en el 2003: la cúpula del PT abandonó la izquierda hace años.
Es lamentable que un líder histórico como Lula haya dejado de ser del pueblo para aliarse con las elites, gobernar con ellas y recibir por eso mismo cuantiosas comisiones y regalos.
Lo lamento, porque el PT, cuando surgió, fue un proyecto necesario e independiente. Hay milles de petistas honestos que no se merecen esto. Y lamento también porque la actividad de la cúpula alrededor de Lula y Dilma constituyen un regalo para reaccionarios como Caiado (líder de los llamados Demócratas de derecha), Aécio (líder del PSDB de Fernando Henrique Cardozo), y otros de la misma calaña (también denunciados por corrupción en sus gobiernos como el de São Paulo, Minas Gerais y Goias), y las políticas neoliberales que impulsan contra el pueblo. Apoyados en los medios de comunicación vendidos a esos intereses, usan esos instrumentos para intentar desmoralizar a la izquierda y atacar al pueblo.
Sabemos que esta derecha, que siempre fue parte de los mismos esquemas que ahora fueron descubiertos por la PF y el MPF, quiere el poder para aumentar sus privilegios y aplicar el ajuste antipopular que Dilma ya comenzó. Quieren avanzar en las privatizaciones y en el desmantelamiento de los servicios públicos.
Por nuestra parte vemos que nuestra responsabilidad aumenta para construir una izquierda que no tiene miedo de llamarse así y no se alía con las elites para gobernar contra el pueblo. Estamos construyendo una alternativa que recupere la izquierda coherente, independiente de la burguesía, para que sea un instrumento de lucha para que el pueblo tenga una herramienta que haga frente a los ataques a sus condiciones de vida y a la corrupción de este sistema político podrido. Una izquierda que construya un campo que se convierta en una alternativa de poder que todavía no existe.
Luciana Genro es miembro de la Dirección Nacional del PSOL y fue candidata a presidente por el partido.