La pérdida sucedida hace tres años del líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez Frías fue un duro golpe para el movimiento obrero en Venezuela y en el mundo, porque moría un referente de las luchas contra la barbarie capitalista y la catástrofe que la economía de mercado ha causado a los más desposeídos del […]
La pérdida sucedida hace tres años del líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez Frías fue un duro golpe para el movimiento obrero en Venezuela y en el mundo, porque moría un referente de las luchas contra la barbarie capitalista y la catástrofe que la economía de mercado ha causado a los más desposeídos del planeta.
Luego de que Chávez hiciera reformas a leyes como la de tierra, pesca e hidrocarburos los defensores del neoliberalismo iniciaron sus ataques perpetuando el golpe de estado de 2002, el paro petrolero de 2003 y posteriormente las guarimbas de 2004, hasta la guerra económica a pequeña escala en semejanza con la actualidad, que en cierta manera para aquel entonces la revolución pudo aplastar, derrotando así aquellas ansiosas aspiraciones contrarrevolucionarias de retornar al poder político perdido en las elecciones de diciembre de 1998.
Tras más de dos décadas después de la caída de la URSS, en el 2005, Chávez se atrevió hablar nuevamente de Socialismo, de ahí las miradas del mundo y de todo el movimiento obrero en general fueron fijadas en Venezuela, para muchos dicha proclama fue una esperanza, para las clases dominantes una simple amenaza.
Luego del 05 de marzo de 2013 hasta la actualidad la corriente del río ha arrastrado a las masas hasta una bifurcación, la crisis vigente de la revolución es producto de la propia dirección ante desaciertos económicos, políticos y sociales que afectan ferozmente a la mayoría social; como decía León Trotsky: «La situación política mundial del momento, se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado».
No se puede tapar el sol con un dedo, el problema actual se agudiza cada vez más sin ninguna respuesta concreta por parte de la dirección del partido, el gobierno y sus instituciones, poseedores de un programa político asentado en los posibles fracasos de la derecha para realizar la pauta del día, en vez de completar, de volver ininterrumpida la revolución, para transformar la sociedad por completo, para acabar con los antagonismos de clases, de seguir con el legado de Chávez; ejemplo claro la victoria del bloque reaccionario en las pasadas elecciones parlamentarias del 06 de diciembre.
Al parecer la revolución perdió su carácter clasista, los reformistas y oportunistas han maquillado el discurso socialista que venía llevando Chávez desde el 2005 con la excusa de la baja desenfrenada del precio del petróleo, pretendiendo hacer pagar la crisis al pueblo con el aumento de la gasolina, de los productos, los impuestos y la supuesta cooperación con los pequeños capitalista para generar una «economía productiva» a través de la reciente activación de los motores económicos y las baja de recursos a los mismos, que al final, como siempre, son medidas que no pueden funcionar porque están limitadas al capitalismo. Trotsky decía que: «los reformistas son incapaces de aprender ni siquiera de las más trágicas derrotas de la historia»
Las masas de trabajadores están contra la pared acentuando el reflujo que se ha venido llevando a cabo a raíz de la interminable guerra económica convertida en una masacre en sentido figurado; con soluciones a medias del gobierno para intentar resolver tan situación que cada vez se les escapa de las manos y en donde la derecha aprovecha para desprestigiar todo el proceso de cambio social que se ha venido llevando desde 1999 tras la promulgación de la nueva carta magna.
Es fundamental que la dirigencia revolucionaria aprenda de Hugo Chávez. Chávez, quien entendió que no se puede llevar una tercera vía, que no se podía humanizar el capitalismo, porque al final apuñaleaban y traicionaban, como ocurrió en el golpe de estado que le perpetuaron en abril de 2002; de ahí él evolucionó a un gobierno antiimperialista, hasta que en el 2005 en el Foro de Sao Pablo, proclamó que el socialismo era la única vía posible para salvar a la especie humana de la polución del sistema. En el Programa de Transición de Trotsky, éste mencionaba: «la burocracia, al convertirse cada vez más en un instrumento de la burguesía mundial en el Estado Obrero, terminará con las nuevas formas de propiedad y entregará de nuevo al país al capitalismo, o bien la clase obrera derrotará a la burocracia y despejará el camino hacia el socialismo», aunque en Venezuela no existe un estado obrero, también aplica, porque la burocracia juega el mismo papel, en este caso, es un gobierno revolucionario que no ha trascendido los límites del capitalismo.
Es hora que las masas tomen las riendas de la revolución en este momento crítico, es importante completar el legado de Chávez, que es la transformación de la sociedad para acabar con los antagonismos de clases y así aplastar al capitalismo por completo.
Por el legado de Chávez – El Socialismo
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