Si algún movimiento de integración regional latinoamericana ha tenido éxito en los últimos años ese, innegablemente, ha sido la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) junto con su hijo mayor, PETROCARIBE. La XIV cumbre extraordinaria del ALBA se efectuó el pasado 5 de marzo en Venezuela con […]
Si algún movimiento de integración regional latinoamericana ha tenido éxito en los últimos años ese, innegablemente, ha sido la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) junto con su hijo mayor, PETROCARIBE.
La XIV cumbre extraordinaria del ALBA se efectuó el pasado 5 de marzo en Venezuela con especiales homenajes a sus fundadores, Hugo Chávez, a propósito del cuarto aniversario de su deceso y Fidel Castro, a cuatro meses de su desaparición física. En el cónclave se aprobó la Declaración final, «Defendamos la unión, la dignidad y la soberanía de Nuestra América».
En esta ocasión la Cumbre dedicó su sesión a unir fuerzas para combatir los numerosos programas de desestabilización económica y política que han lanzado las fuerzas de derecha, impulsadas desde Estados Unidos, para tratar de destruir los adelantos alcanzados en los últimos años por los gobiernos progresistas de la región.
En las palabras de bienvenida a las delegaciones asistentes, el presidente Nicolás Maduro destacó que la organización «tiene como tarea la creación y el desarrollo de un modelo económico productivo integrador e integral en función del bienestar de los pueblos».
Los participantes en la Cumbre dejaron bien claro que en un mundo marcado por la globalización neoliberal impuesta por un sistema capitalista en declive, pero agresivo, no se pueden llevar a cabo acciones económicas a favor de las grandes mayorías sin tener interés y valentía políticas.
En ese sentido, el Presidente cubano, Raúl Castro Ruz señaló: «estamos en una etapa crucial de nuestra historia, en la que un retroceso a escala regional tendría impactos muy negativos para nuestros pueblos. Fidel nos enseñó a recurrir siempre a la historia, a ser audaces y a la vez realistas, y que lo que parece imposible se puede alcanzar si nos lo proponemos con firmeza y actuamos de manera consecuente».
La declaración final del evento, esclarece la situación actual que viven los gobiernos progresistas de la región e indica que «en todos estos años y contra nuestra resistencia, el neoliberalismo no ha cejado en su empeño de extender su lógica financiera: no se trata de una teoría de desarrollo, es la doctrina del saqueo total a nuestros pueblos. Con el neoliberalismo, la economía mundial no ha crecido en términos reales y en cambio se ha multiplicado la inestabilidad, la especulación, la deuda externa, el intercambio desigual, las crisis financieras cada vez más frecuentes, la pobreza, la desigualdad, el desempleo y el abismo entre el Norte opulento y el Sur desposeído. Su retorno ha resucitado al peor conservadurismo, reactivó el fundamentalismo, la xenofobia, el racismo y el militarismo.
«La unidad y la integración regional de la América Latina y El Caribe es una necesidad impostergable, en este complejo entorno. El ALBA-TCP, junto con bloques como el MERCOSUR, la UNASUR, CARICOM, y otros que recobraron su protagonismo en la última década, deben continuar contribuyendo a la integración regional».
Y continúa, «la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), es nuestra obra más preciada. Es el mecanismo para fraguar la unidad en la diversidad a través de la concertación política. Debemos preservarla. Ratificamos nuestro compromiso para profundizar una agenda de trabajo social, económica y productiva que fortalezca la Alianza y facilite a nuestros pueblos las condiciones adecuadas para su desarrollo integral y complementario».
El ALBA ha tenido grandes avances desde su fundación y en su andar ha demostrado que con voluntad económica soberana se pueden erradicar los peliagudos problemas que viven millones de seres humanos en América Latina.
Los programas sociales han sido impulsados con fuerza sobre todo la atención médica de los habitantes, extensión de la educación, eliminación de poblados insalubres, servicios de agua potable y de alcantarillado y solución de los problemas alimentarios
Amplios programas de atención médica pública, coordinado entre sus miembros y en los que Cuba ha sido un puntal fundamental, han beneficiado a millones de pacientes en los pueblos del ALBA.
Datos proporcionados recientemente por el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Rogelio Sierra, indican que más de siete millones y medio de personas han recibido atención directa de la salud, que la mortalidad infantil se ha reducido en un 5,1 % desde el 2004 hasta la fecha, o que más de 21 mil jóvenes han sido formados como médicos comunitarios integrales.
Cerca de seis millones de personas han sido alfabetizadas a través de los esquemas del ALBA, con un programa de alfabetización promovido por Cuba, y han tenido continuidad de estudios de post-alfabetización. Al mismo tiempo, varios países de la región como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, se han declarado como territorios libres de analfabetismo.
La Operación Milagro, ha permitido que desde su aplicación hasta la fecha, fueran intervenidos quirúrgicamente más de 3 300 000 personas, y resueltas sus patologías oculares. Seis países del ALBA, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Cuba, pudieron realizar estudios clínicos genéticos de discapacidad e identificar a más de un 1 200 000 personas con distintas discapacidades para ser atendidas por programas posteriormente implementados por estos gobiernos.
En meses recientes se han creado empresas grannacionales en las áreas de educación, salud, energía, minería, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, y se promueve la ampliación del Tratado de Comercio de los Pueblos con intercambios justos y equilibrados.
El ALBA, desde su fundación en 2004, se ha convertido en un bloque de importancia geoestratégica que impulsa la eliminación de las injusticias, inequidades y pobrezas dejadas durante décadas en la región por el saqueo de gobiernos estadounidenses, las compañías transnacionales, el FMI y el BM.
Asimismo, auspiciado por el ALBA y por iniciativa del presidente Chávez, en 2005 surgió PETROCARIBE mediante el cual Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) financia parte de la factura a mediano y largo plazos a cerca de 20 miembros, e incluye la posibilidad de hacer pagos en bienes y servicios.
Si la voluntad solidaria de la Revolución Bolivariana con los países de la región no se hubiera puesto de manifiesto a través de PETROCARIBE, la situación económica de sus integrantes sería sumamente grave, debido al desmedido aumento en los precios de los hidrocarburos.
Ese convenio promueve el desarrollo en infraestructura de los Estados miembros e importantes programas sociales, todo lo cual apunta al fortalecimiento en la lucha por la independencia y por la soberanía de nuestros pueblos
No cabe la menor duda que el ALBA, creado en La Habana el 14 de diciembre de 2004, por los presidentes Hugo Chávez y Fidel Castro, se ha convertido en uno de los mecanismos de integración y desarrollo más importantes para la región.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.