En 2016 la Amazonía tuvo la mayor tasa de deforestación de los últimos siete años
Entre agosto de 2015 y julio de 2016, la Amazonía perdió 7.989 kilómetros cuadrados de selva, la mayor tasa de deforestación desde 2008, según los datos oficiales divulgados por el Sistema de Monitoreo de Deforestación de la Región Amazonía (PRODES), del Gobierno Federal. Los datos además demuestran que entre 2004 y 2008 la tasa de deforestación se redujo.
Un programa de control, contención, combate y represión de la tala ilegal, especialmente en la Región Amazónica de Brasil, hace parte de las medidas del eje de defensa del medio ambiente del Plan Popular de Emregencia, creado por el Frente Brasil Popular (FBP) -compuesto por más de 80 organizaciones de izquierda- con el objetivo de construir metas para restablecer la democracia y los derechos sociales en Brasil, además de enfrentar la crisis económica.
Para Luiz Zarreff, coordinador en el Estado de Goiás, en el Centro-Oeste de Brasil, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), una de las organizaciones que componen el Frente Brasil Popular, es necesario retomar el modelo de contención de la deforestación adoptado entre 2003 y 2010. «[El modelo] tuvo un efecto muy importante en el combate al grilagem [método ilegal que utiliza documentos falsos para forjar la titularidad y reivindicar la tenencia sobre la propiedad] y en la vida de las comunidades tradicionales que dependen del manejo de productos forestales para sobrevivir. En los últimos años, hemos visto que la tasa de deforestación volvió a crecer», afirmó.
Según Marilene Rodrigues Rocha, integrante del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras Rurales de Santarém, municipio de la región Oeste de Pará y coordinadora de la Casa Familiar Rural, el aumento en la deforestación en los últimos años perjudicó los agricultores de la región. Para ella, la actual crisis institucional del país también contribuye a la situación.
«Aquí en la región de Baixo Amazonas (región compuesta por quince municipios), en este período de cambio de gobierno, de cambio en el escenario político y ambiental, somos muy atacados. La deforestación aumentó y nuestras tierras son un gran foco, estamos perjudicados por la tala de árboles y por el uso de agroquímicos», afirmó.
Medidas provisionales
Proyectos defendidos por el gobierno golpista de Michel Temer (PMDB), para la agricultora, amenazarán aun más la región. La medida provisional número 759, por ejemplo, fue aprobada por el Senado el 31 de mayo y responde exclusivamente a los intereses de la «Bancada Ruralista»(compuesta por parlamentarios que defienden los intereses de los grandes propietarios de tierra) en el Congreso brasileño, al discurrir sobre la regularización de tierras en el país.
El texto inaugura una nueva modalidad de control de tierras públicas, que al revés de ser una concesión que proponga el cumplimiento de la función social – ofrecida a los agricultores en los programas de reforma agraria, por ejemplo – como ocurre actualmente, hace con que el gobierno empiece a ofrecer una titulación que permite la venta de tierras a terceros. Además, la medida garantiza la amnistía a deforestadores y a personas que favorecen la apropiación ilegal de tierras con documentos forjados.
Según Sara da Costa Pereira, educadora popular de la Federación de Órganos para Asistencia Social y Educacional (FASE), también del municipio de Santarém, la medida provisional puede aumentar la tala de árboles. ˜En realidad, [la medida] libera áreas que antes estaban protegidas, como las unidades de conservación, para el agro negocio, y pone esas áreas en situación de vulnerabilidad, ampliando las posibilidades de devastación por parte de las empresas del agronegocio», argumenta.
La educadora afirma que los ataques a los derechos territoriales son cotidianos y que la extracción ilegal de madera y la deforestación para cultivo de soja son los principales motivos de la devastación ambiental en la región amazónica del Oeste de Pará.
˜Las políticas gubernamentales favorecen a ese grupo de empresarios del sector del agronegocio, de extracción de madera y de cultivo de soja, y esa clase de negocio destruye la selva y perjudica a la población de la región, a los trabajadores rurales, comunidades negras e indígenas», denuncia.
Otras medidas provisionales, como la 756 y la 758, también son denunciadas por los activistas ambientales por estimular la deforestación en la región. Las medidas fueron enviadas al Congreso en diciembre de 2016 y aprobadas ese mes por el Senado y destinan casi 588 hectáreas de selva preservadas en Pará a la explotación económica, al convertir miles de hectáreas de Parques Nacionales en Áreas de Preservación Ambiental (APA), que poseen un grado menor de restricciones ambientales y permiten la compra y venta de tierras privadas. Conforme los datos del Instituto Socioambiental (ISA), la extensión de tierras desprotegidas es mayor que el área del Distrito Federal (5.802 km²).
Resistencia
Ante tal contexto, Marilene cuenta que los movimientos populares de la zona rural empiezan a articularse para impedir el avance conservador. ˜Las medidas provisionales del Gobierno Federal están en contra del pequeño agricultor. Los movimientos se están articulando para combatir esas medidas.»
En este sentido, el Plan Popular de Emergencia es una de las principales medidas para frenar la deforestación del medio ambiente. «El modelo en que vivimos no nos sirve. Quien debe decidir el desarrollo de la región son las personas que aquí viven, y ese tipo de proyecto excluye nuestra opinión. Iniciativas como el Plan Popular de Emergencia son fundamentales para el avance de fuerzas [progresistas]», afirma.
Según Zarreff, las propuestas del Plan para el medio ambiente contemplan tres grandes ejes: la deforestación, la recuperación de los recursos hídricos y acciones que contemplan la periferia de las grandes ciudades. «Son medidas de emergencia para este momento de golpe en Brasil, que más allá de la cuestión institucional del Gobierno Federal, tiene consecuencias directas en los territorios.»
Durante el discurso realizado el último 5 de junio, en que se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, Michel Temer resaltó que su gobierno logró «hacer muchas cosas en apenas un año». «Asumimos metas ambiciosas y factibles, nada irreales. El país ofrecerá su contribución. Elegimos el camino del desarrollo y de la sostenibilidad», afirmó.
Contactado por email, el Ministerio de Medio Ambiente no envió un posicionamiento sobre el tema hasta la publicación del reportaje.
Traducción: Luiza Mançano