Hoy de prestado, para compartir con quienes empiezan a ver las luces al final del largo túnel del franquismo escénico imperante durante 40 años y tras bambalinas durante 40 siguientes. La frase del encabezamiento es una pincelada poética extraída de la prosa rebelde de Rosa de Luxemburgo en la misma línea que Henry David Thoreau, padre del […]
Hoy de prestado, para compartir con quienes empiezan a ver las luces al final del largo túnel del franquismo escénico imperante durante 40 años y tras bambalinas durante 40 siguientes.
La frase del encabezamiento es una pincelada poética extraída de la prosa rebelde de Rosa de Luxemburgo en la misma línea que Henry David Thoreau, padre del naturalismo y que también sufrió en lo mas íntimo de su ser la crueldad de la oligarquía dominante: «La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad; cerrando con Rosa: «Los obedientes son los esclavos»… arrastrando sus propias cadenas.
«La libertad, solo para los miembros del gobierno, solo para los miembros del Partido, aunque sea muy abundante, no es libertad del todo. La libertad es siempre la libertad de los disidentes. La esencia de la libertad política depende no de los fanáticos de la justicia, sino de los efectos vigorizantes y benéficos de los disidentes. Si «libertad» se convierte en «privilegio», la esencia de la libertad política se habrá roto.»
Así que, nada mas que añadir a este artículo extraído de la pagina Iniciativa Debate Público con el mismo titular, que otra cita de Robespierre indispensable para este nuevo tiempo de desobediencia obligada, dando cierre al mismo:
«¿Para qué puede servir explicar que la legalidad por sí misma no tiene valor sin legitimidad, o decir que son los pueblos los que confieren esa legitimidad y que el sentido de pueblo no lo marcan las leyes? ¿De qué serviría ahora recordar que si se ha llegado hasta aquí es porque no se ha querido escuchar durante años un clamor, no necesariamente independentista, pero sí exigiendo un derecho fundamental como el de decidir? ¿De qué, insistir en que si al final se ha decidido desobedecer con toda la dignidad, es porque ya no había otra salida, y porque no va a haberla ni el año que viene ni dentro de una década?
Todo esto no puede servir de nada, porque aquí no juega la razón sino los sentimientos largamente alimentados por la historia fascista de este país: esa que todavía hoy pervive en los medios de comunicación, en los políticos, en la justicia, en la oligarquía y en las gentes de todo pelaje y condición. El odio hacia el que ya se ha señalado como enemigo no va a desaparecer de hoy para mañana, y si acaso el despótico comportamiento de los partidos ‘constitucionalistas’ (totalitaristas) se va a jalear más que a censurar, porque el franquismo que permanecía latente se ha exacerbado orgulloso en los últimos días y parece tan contagioso como un virus.
Pese a toda esta sinrazón, los catalanes siguen queriendo votar, solo votar, únicamente quieren algo tan democrático como votar. Y eso ha sido suficiente como para que hasta las pocas caretas que aún daban el pego hayan saltado por los aires.
Hoy, en este país orgulloso de fomentar de nuevo la figura del preso político, a mí me avergüenza ser español más que nunca».
«La bondad o maldad de un sistema político no se mide por el método de elección de los gobernantes, sino por las consecuencias que conlleva para la población (Robespierre)… y como dijo Pedro Calderón de la Barca: «Vencer y perdonar es vencer dos veces»…a lo que ponen el contrapunto histórico los gobernantes de España: Vencer y no perdonar es perder dos veces…cada 40 años…Como consecuencia de repetición de hechos… hoy la segunda.
Así hoy, una parte de los pueblos de La Iberia, expresa el desafecto sincero hacia una España feudal y epicentro patriarcal trazado a sangre y fuego: «A partir de cierto punto en adelante no hay regreso. Es el punto que hay que alcanzar; escribía Franz Kafka…para pasar a convertirse hoy en un clamor mayoritario en la Catalunya anhelante de igualdad entre los pueblos ibéricos unidos: «Adiós España…adiós….hoy mas perdida que nunca»….pues: «ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza».
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