Uno intuye, sabe, que las encuestas mienten, tergiversan, tratan de crear imaginarios, pero las abismales diferencias que muestran los primeros sondeos sobre intención de voto de cara a las elecciones presidenciales del 20 de mayo en Venezuela, no solo justifican las dudas y reservas sino que revelan una nueva campaña sucia. Por ejemplo, Datanálisis, ubica […]
Uno intuye, sabe, que las encuestas mienten, tergiversan, tratan de crear imaginarios, pero las abismales diferencias que muestran los primeros sondeos sobre intención de voto de cara a las elecciones presidenciales del 20 de mayo en Venezuela, no solo justifican las dudas y reservas sino que revelan una nueva campaña sucia.
Por ejemplo, Datanálisis, ubica al opositor Henri Falcón punteando con 41,4%, contra 34,3% de Nicolás Maduro; Consultores 30-11 muestra a Maduro a la cabeza con 34,7%, mientras Falcón tiene 18,5%; e Hinterlate sitúa al actual presidente con 60%, seguido de Falcón con 18% y en franco ascenso al evangélico Javier Bertucci (14%).
Las diferencias pueden explicarse por la fechas de su realización, los criterios para aplicar la metodología, por errores en las muestras. O, simplemente, por la deliberada adulteración de resultados para favorecer a algún candidato, con intención de manipular a la ciudadanía. Y quizá justificar una posterior denuncia de fraude.
Sólo hay una coincidencia en los muestreos: Maduro no baja del 34%. En el caso de Falcón parece evidente que está ganando la batalla contra la abstención, enfrentado a quienes en la otra oposición llaman a no votar, que estará recibiendo presiones incluso desde el norte poderoso que los financia. Sería importante conocer cuál fue es evaluación que hacen tanto el comando de Henri Falcón, como los dirigentes de la otra oposición, la abstencionista, sobre estos resultados.
Una lectura desde el exterior indicaría que la grave situación económica, las privaciones de la gente, la ineficiencia gubernamental, los efectos del bloqueo financiero y económico internacional que puede agravarse con un bloqueo petrolero, todo esto inclinaría la balanza hacia la oposición.
Pero del otro lado, y al mismo tiempo, la pérdida de confianza de sus seguidores en la dirigencia partidista, la reticencia a participar en las elecciones y las divisiones le obstruyen las puertas del éxito de la oposición. Y siempre, una consulta electoral encierra la potencialidad de un cambio.
Eduardo Fernández, excandidato presidencial y referente demócratacristiano, muestra su perplejidad ante los derroteros de la oposición y señala que las encuestas (¿propias?) dicen que alrededor de 80% de los venezolanos quieren salir del gobierno y el 70% está dispuesto a votar. Sin embargo, la dirección política de la oposición decide renunciar a la vía electoral.
Para derrotar al gobierno la oposición no ha conseguido siquiera unirse, desarrollar una organización eficiente, ni ofrecer a la ciudadanía una oferta electoral seria y consensuada ni un candidato de unidad nacional. La estrategia del gobierno está muy clara: confrontar y dividir. La estrategia de la oposición debería ser una amplia convocatoria a la unidad nacional, abandonando el lenguaje del odio y sustituyéndolo por un mensaje de cambio, esperanza de justicia y de paz, añade.
El politólogo Leopoldo Puchi señala que en un cuadro como este debe pensarse el futuro tanto desde la probabilidad de que gane el gobierno como la oposición, y el elemento común es la dimensión de las tareas del programa de recuperación que tendrá que emprenderse, dada la profundidad y extensión de una crisis con 40% de caída del PIB. Por ende, la negociación se hace ineludible: ninguna de las dos grandes fuerzas políticas y sociales desaparecerá al día siguiente de las votaciones.
Gane oposición o Gobierno, también sería necesario integrar en el diálogo al gobierno de Estados Unidos, puesto que un plan de recuperación de la economía estaría limitado por las sanciones y las tensiones geopolíticas existentes. Un entendimiento de cohabitación en lo interno y un acuerdo de cooperación internacional sentarían las bases para el relanzamiento de Venezuela, dice Puchi.
Amenazas de embargo petrolero
En una nueva escalada de presión el influyente senador demócrata de EEUU, Dick Durbin, miembro del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, advirtió en Caracas al presidente Maduro, que las elecciones del 20 de mayo serán consideradas «ilegítimas si no cumplen con los estándares internacionales establecidos», y no descartó posible embargo petrolero de EEUU a Venezuela.
Durbin, quien también se reunió con miembros de la oposición, los ministros de Salud y Nutrición, líderes empresariales, grupos de la sociedad civil, médicos y organizaciones humanitarias, y presionó para la liberación del misionero mormón Josh Holt, un ciudadano estadounidense encarcelado en Caracas desde hace casi dos años por su vinculación con actividades terroristas.
Durbin, quien recientemente presentó una resolución en el Senado condenando las acciones «represivas y antidemocráticas» del gobierno venezolano, aseguró que la administración de Donald Trump seguirá aplicando más sanciones y posiblemente un embargo petrolero si el Gobierno de Nicolás Maduro realiza las elecciones presidenciales.
Álvaro Renzi Rangel: Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la )
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