Información económica Según datos de Agora Financial, uno de los socios de Agora Publicaciones en Estados Unidos, desde la gran crisis financiera de 2008, las tasas de interés e mínimos históricos llevaron a que los bonos corporativos altamente especulativos, también llamados «bonos basura», crecieran en un 58% Se trataría de un máximo histórico y un […]
Según datos de Agora Financial, uno de los socios de Agora Publicaciones en Estados Unidos, desde la gran crisis financiera de 2008, las tasas de interés e mínimos históricos llevaron a que los bonos corporativos altamente especulativos, también llamados «bonos basura», crecieran en un 58% Se trataría de un máximo histórico y un nivel que ha provocado que, como resultado, muchos negocios se apalancaran enormemente. «En este momento existen unos US$3,7 billones en bonos por pagar», se lee en un informe. Lo siguiente es un extracto de un reporte escrito por Maria Rosa Verde, un alto funcionario de crédito de la calificadora de riesgo Moody’s:
«Este largo período de condiciones benignas ha ayudado a muchas compañías frágiles y altamente apalancadas a evitar un default… Ahora estamos frente a emisores sumamente débiles que sólo están aplazando lo inevitable. Por tanto, estas condiciones positivas se mantienen… Estas compañías están posicionadas para caer en default una vez que las condiciones de crédito eventualmente se hagan más y más difíciles… una cantidad récord de firmas altamente apalancadas ha dado las condiciones para una ola particularmente colosal de defaults una vez que el próximo lapso de dificultad económica arribe a nuestra economía.»
Mientras tanto, la Fed está subiendo las tasas de interés, haciendo cada vez más caro tomar deuda. Por ahora en Estados Unidos no se lee el impacto, pero sí hemos visto los efectos de este cambio en los mercados emergentes, sobre todo en países con problemas previos, como es el caso de Argentina.
Así pues, todo está claro como oculto.
Estamos en la etapa dos de la crisis: falta una.
Guerra de divisas, guerra comercial, guerra a secas.
En lo que se refiere a Venezuela, la guerra ha empezado en todos los frentes.
La guerra económica es la primera de ellas. En realidad, tal guerra genocida lleva ya años destruyendo, sistemáticamente, las bases de la resistencia popular, de su apoyo a la revolución de Chávez y -fundamentalmente-, de Maduro.
Los Estados Unidos han introducido a Venezuela, como antes a Cuba, a Irak, Corea, Ucrania. Siria , Afganistán, Irán, China, Rusia, etc. en un circuito infernal que comienza con la guerra económica. El hambre masiva, genocida por tanto, la miseria y la escasez de los productos básicos para la vida, son sus instrumentos esenciales.
La guerra económica, principalmente el acaparamiento de alimentos, fármacos y productos de primera necesidad, incluida la tecnología, la producción industrial, transporte público, piezas de recambio, maquinaria agrícola, posibilidad de acceso al crédito internacional en todas las instituciones tales como el FMI.
La guerra económica ha tenido como recurso fundamental el dollar today , es decir el tipo de cambio manipulado que genera artificialmente una enorme inflación.
El Gobierno de Maduro ha respondido con el lanzamiento de su propio bitcoin , una moneda símbolo, virtual (como el propio dólar) vinculado esta vez a una cesta de productos de enorme valor: barriles de petróleo, oro, diamantes, aluminio, hierro, y otros metales raros como el coltan que alimentan las empresas de telecomunicaciones. El bitcoin tiene la característica esencial de que utiliza una compleja cadena de bloques para realizar intercambios de bienes. Sin duda sustituirá al dólar y, fundamentalmente, al dólar por otra moneda respaldada por productos de valor real muy escasos en la naturaleza. El bitcoin que, en otras emisiones puede convertirse en sendas burbujas financieras que terminarán desplomándose, está garantizado en el caso venezolano.
En Venezuela como antes en Irán, Yugoslavia, Irak, Afganistán, y después en Libia, Siria, Paraguay, Honduras, Argentina, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y los países vinculados a su revolución continental bolivariana, han sufrido como primera medida disuasoria y preventiva la guerra económica y los primeros anuncios de guerra psicológica vinculada a ella. También, una vez producido el ablandamiento que supone la guerra económica, los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, han comenzado con la guerra mediática y con las primeras acciones de guerra militar con uso de mercenarios, pequeñas unidades militares desertadas de su obligación de defender al pueblo para la destrucción de infraestructuras básicas.
En la propia Venezuela es imprescindible la nacionalización del sistema bancario y crediticio, así como los seguros, fondos hipotecarios etc.
El gobierno tiene la necesidad imperiosa de nacionalizar las industrias más importantes así como los grandes centros de distribución de alimentos, ropas, comunicaciones, grandes supermercados, franquicias.
Es fundamental la construcción de viviendas públicas y la incautación de las viviendas de los contrarrevolucionarios.
Es totalmente imprescindible asegurar al pueblo contra los ataques contrarrevolucionarios, que han «marcado» los objetivos a destruir o privatizar para desmontar los enormes logros sociales en los servicios de salud, educación: bombardeos mercenarios de escuelas, guarderías, centros de salud.
Las guarimbas han marcado también los objetivos mercenarios en ataques armados que han acompañado a los cierres patronales. Venezuela ha mitigado el contrabando desde las Guayanas de productos básicos y de lujo que ha alimentado de productos de todo tipo a la alta burguesía, y ha permitido la alineación de esta con la gran oligarquía. Los acaparadores tienen que ser encarcelados y sus viviendas de lujo ser entregadas al pueblo.
Los tenedores de dólares deben pagar por su delito de hambrear a los trabajadores y las clases populares. Los que se han enriquecido con los dólares entregados por el estado para la importación de productos básicos como alimentos, inputs industriales, maquinaria agraria e industrial, vehículos de transporte de mercancías o pasajeros: camiones, neumáticos, autobuses, trenes, aviones; o mercancías para mantener sus recambios deben ser encarcelados.
Debe asegurarse la seguridad, dotación de créditos de las comunidades y comunas agrarias. El pueblo bolivariano debe ser armado y dotado de instrumentos eficaces de autoprotección con pequeñas unidades de combate.
Los grandes medios de comunicación privados -prensa, radio y TV (Falsimedia)-, deben ser nacionalizados o entregados a las comunidades y las organizaciones barriales populares, o a las cadenas internacionales con licencias (como RT en español), deben potenciarse los medios en la red como Tele Sur y otros que orienten la cultura y la información hacia la construcción del socialismo.
Antonio Maira. Foro contra la Guerra Imperialista y la OTAN. Publica asiduamente en Rebelión.org
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