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Unión Europea: Dejemos a las naciones quebrar

Fuentes: Sin permiso

En un artículo invitado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, catorce economistas franceses y alemanes valoraban una serie de propuestas para profundizar en la reforma de la Unión Monetaria Europea -la cual se había decidido unas semanas antes en Meseberg, en la cumbre Franco-alemana-. Saludan con entusiamos al acuerdo de Meseberg pero aun así piden más […]

En un artículo invitado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, catorce economistas franceses y alemanes valoraban una serie de propuestas para profundizar en la reforma de la Unión Monetaria Europea -la cual se había decidido unas semanas antes en Meseberg, en la cumbre Franco-alemana-. Saludan con entusiamos al acuerdo de Meseberg pero aun así piden más reformas (aquí el artículo en el FAZ, firmado por Marcel Fratzscher y Clemen Fuest entre otros). Estos economistas recomiendan que se rompan ciertos tabús para fortalecer a la eurozona, en concreto:

«para que se permita una quiebra ordenada de los estados y de los acreedores privados -sin automatismos-.»

Es simplemente maniática la actual extrema fijación con rebajar la deuda de los estados. Muestra que o se dejan llevar por ideologías radicales o, peor, que son gente que se consideran expertos pero que en realidad no tienen ni idea de lo que están hablando. Eso sin tener en cuenta lo que harían si sus recomendaciones fuesen aceptadas.

«Rompiendo el círculo vicioso entre bancos y gobiernos»

Estos economistas puntualizan sus peticiones como sigue:

«…tres elementos esencial son necesarios para elaborar un significativo programa de reformas. Primero, los políticos deben completar la unión bancaria y terminar con el círculo vicioso entre bancos y gobiernos nacionales. Para ello, deben romper con otro importante tabú, conocido como la limitación a la concentración de bonos públicos en los balances de los bancos. Esto puede llevarse a cabo introduciendo mayores requerimientos de capital en los casos de alta concentración de bonos públicos.»

El «círculo viciosos entre bancos y gobiernos» supuestamente significa que los bancos están dispuestos a financiar la deuda pública ya que creen que está completamente libre de riesgo. Y con esta afirmación, debe ser apuntado, los bancos tienen toda la razón. No es ninguna coincidencia que los bonos públicos hayan estado durante un largo tiempo exentos de requerimientos de capital porque todo el mundo sabe que los bonos de un estado nunca caerán siempre y cuando controle su propia moneda. Este saber del mercado y la regulación, desarrollado durante décadas, se está ahora perdiendo, tal y como demuestra la cita anterior.

No hay ninguna crisis del euro

En el pasado, sin duda, han habido quiebras de deuda pública denominada en moneda extranjera -conllevando pérdidas para los bancos y demás inversores. Argentina es el clásico ejemplo más reciente. Ha habido muchas crisis monetarias que han acabado con una devaluación de la moneda nacional y por ende con pérdida para los que invirtieron en esa moneda, incluyendo bonos públicos. Pero esto son los riesgos que aceptan los inversores que compran los bonos públicos denominados en moneda extranjera. Estos riesgos pueden traer mayores tipos de interés (que se refleja en un mayor rendimiento de la inversión), pero en un premium en el riesgo de impago. Hemos visto repetidamente rápidos incrementos en los tipos de interés de los bonos públicos cuando los inversores se retiran de su inversión en un país determinado (la famosa ‘parada repentina’) ya que esperaban una devaluación de la moneda en la que los bonos habían sido emitidos.

Sin embargo, si un banco opera principalmente en una zona monetaria determinada y tiene bonos públicos de esa zona monetaria, no corre ningún riesgo. En este caso los bonos públicos no tienen ningún riesgo porque el estado siempre tiene la soberanía sobre el sistema monetario y puede garantizar que sus bonos serán pagados con nuevas emisiones de dinero. Por ello la concentración de bonos públicos en la propia moneda de los bancos no conlleva ningún riesgo y está totalmente justificada.

Esto es particularmente evidente en cualquier zona monetaria económicamente fuerte y grande, ya que no se considera un riesgo la devaluación de su moneda, ni siquiera para los bancos que operan internacionalmente. ¿Alguien creería que el Tesoro de los EEUU pueda ser insolvente debido a un dólar devaluado? Solo si quisiera hacer el ridículo.

¿Tienen los estados miembros de la eurozona su propia moneda?

Aunque todos los países en la zona euro tienen una moneda, el caso parece ser distinto para Europa. Pero a ningún país -siguiendo las ideas de estos economistas- se le permite tener su propia moneda. Todos se comportan como si funcionasen con una moneda extranjera. Esto sería como si el sistema monetario de desnacionalizase en la zona euro. Los países tendrían que funcionar como empresas supervisadas por una enorme burocracia llamada Banco Central Europeo (o Fondo Monetario Europeo), que cercioraría que la democracia está permanentemente vetada ya que todos estarían sujetos para siempre a la condicionalidad de medidas de ajuste neoliberal, sin importar lo que eligiesen en sus elecciones democráticas.

Dadas las extrañas ideas de estos economistas, tenemos que preguntar a todos los países miembros de la zona euro si realmente querían entrar en un sistema en el que tuviesen que renunciar no solo a su propia moneda sino también a tener una moneda propia pero común. Ya que todos los países contestarían que con la entrada a la Unión Monetaria Europea lo único que querían era sustituir su propia moneda por «su» moneda europea, deberíamos concluir que su decisión ocurrió en un estado de «error objetivo» o error de hecho, como lo llaman los abogados. La firma de los tratados europeos serían inválidos desde el comienzo.

«Lo que haga falta»

Muchos interpondrán que Grecia era un caso en el que el Estado estaba ya en banca rota cuando tenía su propia moneda. Eso es cierto. Pero solo es cierto porque, incluso entonces, aquellos responsable en Europa, y especialmente en Berlín, no se enteraron de lo que significaba una fusión de gobiernos nacionales bajo una misma moneda. En ese caso, la ideología se impuso a la razón (incluso en amplios sectores de la izquierda, que no tenían nada mejor que hacer que apoyar una banca rota nacional).

Tras el desastre de Grecia, el Banco Central Europeo al menos pareció entender lo que el banco central de una zona monetaria debe hacer (incluso aunque ahora haya habido de nuevo bastante confusión con el caso de Italia).

Déjenme ser meridianamente claro: ningún país de la eurozona debería volver a cancelar o hacer ninguna estupidez similar con su deuda pública que dé la impresión de que ese país no tiene su propia moneda. El Banco Central Europeo debe eliminar las diferencias entre los tipos de interés de los bonos públicos de los diferentes países tan pronto como aparezcan. Sin embargo, los críticos en Alemania dirán que esto solo es posible si todos acatan siempre las normas. Eso es verdad, pero solo concierne a las normas más delicadas. Y primero de todo concierne a Alemania, quien es responsable, más que nadie y aunque se niega a hablar de ello, de las mayores violaciones de las normas. 

Heiner Flassbec fue jefe de el departamento de macroeconomía del Instituto de Investigación Economíca alemán (DIW) y Secretario de Estado del Ministerio de Finanzas bajo la dirección de Oskar Lafontaine entre 1998 y 1999. Durante 2003 y 2012 trabajó en la UNCTAD como director de la División de Globalización y Estrategias de Desarrollo. Dirige www.flassbeck-economics.de

Texto original en inglés

Traducción: Ayoze Alfageme 

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/union-europea-dejemos-a-las-naciones-quebrar