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Influencia social del cine

Michael Moore y la batalla contra Bush

Fuentes: Rebelión

El documental de Michael Moore, Fahrenheit 9/11, está conociendo un éxito sin precedentes en Estados Unidos. En el primer fin de semana de su exhibición recaudó casi 22 millones de dólares. El distribuidor Harvey Weinstein, de Miramax Films, ha pronosticado que estima que las entradas ascenderán a cien millones. La mayor parte de esas utilidades […]

El documental de Michael Moore, Fahrenheit 9/11, está conociendo un éxito sin precedentes en Estados Unidos. En el primer fin de semana de su exhibición recaudó casi 22 millones de dólares. El distribuidor Harvey Weinstein, de Miramax Films, ha pronosticado que estima que las entradas ascenderán a cien millones. La mayor parte de esas utilidades han sido donadas por Moore a organizaciones cívicas y políticas de oposición a la guerra o de beneficio social.  Este triunfo de la obra puede atribuirse a la conciencia cada vez mas extendida entre la ciudadanía estadounidense del inmenso daño que está haciendo Bush a su país al aislarlo del contexto internacional con su brutal agresividad.

Muchas salas de cine han proclamado ventas de boletos sin precedentes con la afluencia asombrosa de público. El documental sobrepasó, incluso, a dos comedias de reciente estreno que se exhiben en el triple de salas. Michael Moore ha declarado que las audiencias fueron excepcionales incluso en ciudades donde existen bases del ejército con numeroso personal. Ello contradice la extendida leyenda de que las fuerzas armadas apoyan a  Bush. En algunas localidades la presentación del filme concluyó con el público puesto de pie, ovacionando,  incluso en estados como Illinois y Carolina del Norte donde Bush tuvo mayoría en las últimas elecciones.  

A ello se unen los conciertos patrocinados por Barbra Streissand, para recaudar fondos a favor de Kerry que han colectado cinco millones de dólares en pocos días, con el apoyo casi unánime de los artistas de Hollywood. La flor y nata de la inteligencia del mundo cinematográfico acudió en masa al estreno de Fahrenheit 9/11 para respaldar con su presencia el rechazo generalizado a Bush, con la excepción, desde luego, del simio Schwartzeneger.  

Este hecho viene a confirmar algo que ya es sobradamente conocido: la influencia social del cine. Algunos atribuyen en gran medida la derrota del gobernante partido PRI, en las últimas elecciones presidenciales en México, al filme La ley de Herodes. Otras películas han tenido igual capacidad movilizadora de conciencias en la historia del cine como el Ciudadano Kane,  que alertó sobre el control de los grandes magnates, como Hearst, sobre la formación  de la opinión pública y la manipulación que los grandes consorcios hacen de la voluntad popular. Pero esa cinta le costó a Welles el saboteo de su exhibición y su destierro de los grandes circuitos de producción hollywoodenses por el resto de su vida.

El filme La gran ilusión, de Jean Renoir, fue en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, un llamado a la concordia entre los seres humanos y tuvo una inmensa repercusión en Europa, pero no pudo impedir el estallido del conflicto.  Fresa y Chocolate, del cubano Tomás Gutiérrez Alea, contribuyó a erosionar los sedimentos homofóbicos que algunos conservaban en la sociedad cubana. Las obras de Charles Chaplin fueron un himno al amor y la ternura ceñido en un manto de humor hilarante. Serguei Eisenstein contribuyó con sus filmes a denunciar la opresión y la desigualdad social, tal como hizo su contemporáneo Pudovkin.

En los años sombríos de la Gran Depresión apareció el optimismo de Roosevelt y el cineasta que mejor expresó ese momento histórico fue Frank Capra, quien ayudó a su pueblo a remontar la cuesta con obras como Vive como quieras. El universo desesperanzado y sombrío de la Italia de la posguerra apareció como una clarinada en Roma, ciudad abierta de Rosellini, seguida de cantos a la fraternidad universal como Ladrones de Bicicletas de Vittorio de Sica y Zavattini.

La influencia social del cine ha sido significativa en el proceso del desarrollo histórico. Muchos filmes han estremecido la conciencia ciudadana y han influido en las decisiones colectivas. Es probable que la obra de Michael Moore termine en las historias del cine señalando la época que marcó el inicio del fin del neofascismo en Estados Unidos.

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