La deuda externa representa un 300% más de lo obtenido por petróleo en diez años y triplica el presupuesto destinado a programas para combatir la pobreza
Durante los últimos 10 años las restricciones presupuestales han reducido al nivel más bajo de la historia contemporánea el gasto del gobierno federal y la inversión en proyectos de infraestructura se ha desplomado, al mismo tiempo que las erogaciones para cubrir el servicio de la deuda externa pública alcanzaron 348 mil 838 millones de dólares, una cantidad que equivale a 4.5 veces el saldo que el endeudamiento con el exterior tenía en 1994, indican documentos oficiales.
Los fondos empleados para el servicio de la deuda externa del sector público triplican los recursos obtenidos por la exportación de petróleo crudo, que entre 1994 y el primer semestre de este año fueron de 116 mil 536 millones de dólares, de acuerdo con información del Banco de México.
Medido como proporción del producto interno bruto (PIB), el gasto programable del gobierno federal -es decir, el destinado a financiar las actividades y programas públicos y que no incluye el costo de la deuda- representa este año 16.7 por ciento, un nivel inferior al de hace una década, cuando equivalía a 17.5 por ciento del PIB y lejano al 21.1 por ciento del producto registrado en 1985, señalan reportes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y del Banco de México, contenidos en el anexo estadístico del cuarto Informe de gobierno.
Aun cuando han disminuido respecto de los años que siguieron a la crisis de la deuda externa en los años 80, las transferencias para financiar el costo de los pasivos contratados por el sector público limitan la canalización de recursos al área social.
En 2004, por ejemplo, el gobierno federal espera gastar 100 mil 848.6 millones de pesos, unos 8 mil 900 millones de dólares, en financiar los «programas y acciones para superar la pobreza», según detalla el anexo estadístico del cuarto informe.
Entre 2000 y 2004, el gasto federal para la superación de la pobreza habrá acumulado 381 mil 306 millones de pesos, una cantidad que equivale a unos 35 mil millones de dólares actuales.
Sólo en el primer semestre, el servicio de la deuda externa del sector público, que incluye las amortizaciones y el pago de intereses, alcanzó 16 mil 232.3 millones de dólares, unos 185 mil millones de pesos, cantidad que supera en 83 por ciento los recursos públicos que serán canalizados en todo 2004 a los «programas y acciones para superar la pobreza», de acuerdo con los datos contenidos en el documento.
Entre 2000 y el primer semestre de 2004, el servicio de la deuda externa a cargo del gobierno federal representó 143 mil millones de dólares, alrededor de 1.5 billones de pesos, 293 por ciento más que el presupuesto destinado en el mismo periodo a los programas públicos de combate a la pobreza.
Círculo vicioso
En 1994, cuando se había cumplido la primera década del inicio de las reformas de apertura económica y financiera, así como la reducción del Estado iniciada a comienzos de los años 80 -precisamente para enfrentar la crisis de la deuda externa- el saldo neto de los pasivos gubernamentales con el exterior era de 76 mil 889 millones de dólares.
Una década después, indican los datos de la Secretaría de Hacienda contenidos en el anexo estadístico del informe, sólo para cubrir el costo de los intereses de la deuda externa pública se han transferido al extranjero recursos por 71 mil 438.7 millones de dólares, una cantidad que equivale a 93 por ciento del saldo que ese pasivo tenía en 1994.
Pero, si se incluye el concepto más amplio del servicio -amortizaciones e intereses- de la deuda externa, la suma alcanza 348 mil 838 millones de dólares entre 1994 y el primer semestre de este año, según las cifras del anexo estadístico del informe.
Para los poco más de dos años que restan a la administración del presidente Vicente Fox Quesada, las amortizaciones de la deuda externa del gobierno federal suman 24 mil 244.9 millones de dólares, una cantidad que al tipo de cambio actual equivale a 276 mil 391.8 millones de pesos y que multiplica por 2.7 el presupuesto público asignado en 2004 a financiar los programas y acciones para superar la pobreza.