Se pensó que el microcrédito aumentaría la producción de miles de pequeños productores que no acceden al sistema bancario formal y que de esta manera se solucionarían parcialmente los problemas de pobreza de miles de unidades productivas. Sin embargo, esa estrategia planificada por agencias de cooperación internacional ha provocado graves desórdenes sociales, al punto que […]
Se pensó que el microcrédito aumentaría la producción de miles de pequeños productores que no acceden al sistema bancario formal y que de esta manera se solucionarían parcialmente los problemas de pobreza de miles de unidades productivas. Sin embargo, esa estrategia planificada por agencias de cooperación internacional ha provocado graves desórdenes sociales, al punto que los «beneficiarios» de esos créditos amenazan con dinamitar bancos y otras entidades financieras.
Un grupo de deudores ayuna con la finalidad de ejercer presión contra las autoridades de gobierno. El sector que está agrupado en la Asociación de Pequeñas Unidades Productivas de El Alto (APUP) demanda la reprogramación de los créditos mediante la conciliación con la rebaja de las tasas de interés del 43 al 7.5 por ciento anual; la adecuación de las cuotas a la capacidad de pago del prestatario; la condonación del pago de intereses y la creación del Banco de Micro crédito Familiar, una especie de «banco de los pobres».
Los pequeños prestatarios demostraron con documentos en mano que algunas entidades de intermediación financiera cometen abusos y algunos delitos, como la usura. El interés más bajo que cobraron las financieras en los últimos años fue 32 por ciento anual. Sin embargo, esas mismas financieras reciben dinero de la cooperación internacional a tasas del 0.5 o 3 por ciento anual. Eso indica que las entidades intermediarias lucraron a costa del sudor y las lágrimas de los pobres.
Los deudores se han dado cuenta de que «la rosca que conformó Gonzalo Sánchez de Lozada desde hace 18 años atrás», con la creación de un banco de segundo piso como en Fondesif, se acostumbró a captar recursos de la cooperación internacional para luego repartirlos entre entidades financieras y las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que ahora lucran con la pobreza de la gente.
La cooperación internacional no llegó a los interesados, no sirvió para elevar el nivel de vida de la gente que se endeudó. Al contrario, los pequeños prestatarios de pobres se han convertido en indigentes, aseguran los dirigentes de los pequeños deudores.
Los deudores exigen además la eliminación de nombres de la central de riesgos para resguardar los derechos fundamentales de las personas y un proyecto de Ley del Defensor del Consumidor para que haga cumplir los deberes y obligaciones de los prestatarios. Piden la rebaja de la tasa de interés, la revisión de las reprogramaciones, suspensión de remates y procesos judiciales y la readjudicación de los bienes rematados.
Dinamita en mano
Los pequeños prestatarios aseguraron que si hasta las próximas horas las autoridades del gobierno no atienden a sus peticiones, no dudarán en dinamitar entidades financieras que lucran con la pobreza de los bolivianos. Estarían dispuestos a inmolarse porque no podrán pagar la deuda pendiente que tienen con las entidades bancarias por los elevados intereses que cobran.
Los responsables del mencionado piquete anunciaron que en las próximas horas sostendrán una asamblea para decidir las fechas de ejecución de las medidas de presión más radicales que la huelga de hambre, los mitines y marchas. En El Alto más de 450 familias son deudoras.
El 3 de junio del 2003 el Congreso Nacional emitió la resolución CEN N° 001/02-03 en la que se conforma una Comisión Multipartidaria del Congreso de la República, en coordinación con el Poder Ejecutivo, para estudiar soluciones a sus problemas. La Comisión de «alto nivel» estaría compuesta por los ministros de Hacienda y Justicia, por representantes de las comisiones de Hacienda de Congreso, gremios de deudores, y el Defensor del Pueblo. La reunión se llevaría a cabo hoy en la tarde.
El secretario Ejecutivo de la institución, David Ticona, explicó que los pequeños prestatarios «no solo demandan si que no proponen una solución a este problema estructural creando el Banco del Pobre, una especie de réplica del Bank de Bangladesh».