Cerca de 84.000 niños trabajan en «horrendas condiciones» en campos de cultivo de semilla de algodón en el Estado indio de Andhra Pradesh (sureste), al servicio de empresas locales o de filiales de multinacionales como Monsanto, Bayer y Unilever, según denuncia el informe publicado por organizaciones no gubernamentales que trabajan en el país asiático.El informe […]
Cerca de 84.000 niños trabajan en «horrendas condiciones» en campos de cultivo de semilla de algodón en el Estado indio de Andhra Pradesh (sureste), al servicio de empresas locales o de filiales de multinacionales como Monsanto, Bayer y Unilever, según denuncia el informe publicado por organizaciones no gubernamentales que trabajan en el país asiático.
El informe ‘Trabajo infantil en la producción de algodón híbrido en Andhra Pradesh’ ha sido elaborado por el Comité Indio de Países Bajos (ICN) y la ONG estadounidense Fondo Internacional por los Derechos Laborales. Este documento se completa con una segunda investigación relativa a la situación en los Estados de Gujarat y Karnataka, donde unos 117.000 menores de quince años se encuentran en la misma situación.
En el caso concreto de Andhra Pradesh, estas ONG denuncian que 12.375 menores trabajan para las empresas Advanta (holandesa), Bayer (alemana), Emergent Genetics (estadounidense, participada por Unilever) y Monsanto (también norteamericana). Otros 70.000 menores trabajan para empresas indias en este mismo sector.
El informe ofrece datos concretos: en la temporada 2003-2004, 84.000 niños trabajaron en los campos de algodón de Andhra Pradesh, de los cuales 4.950 para Emergent Genetics (cuya filial Paras Extra Seeds Growth está participada también por Hindustan Lever, filial de Unilever), 4.400 para Monsanto, 1.650 para Proagro (Bayer) y 1.375 para Advanta. El resto están empleados por empresas indias.
Un 70 por ciento de los niños trabajan de hecho para cumplir deudas o adelantos de sus padres. Algunos son víctimas del tráfico de personas desde otras localidades, y viven en los propios campos de cultivo. Suelen trabajar nueve o diez horas al día en la temporada normal y entre once y trece en la alta, «expuestos a pesticidas y a condiciones meteorológicas extremas».
«Los niños trabajan largas jornadas, no van al colegio y a veces hasta son utilizados como pago por deudas de sus padres. Algunos han muerto o han contraído graves enfermedades por exposición a pesticidas. Las promesas realizadas el año pasado por estas empresas de que erradicarían el trabajo infantil en el sector no se han traducido en acciones sólidas», denuncian.
ALGUNAS MEJORAS, PERO POCAS
En efecto, en mayo de 2003 estas organizaciones hicieron público un primer informe en el que apuntaban que unos 53.500 menores estaban trabajando en las granjas al servicio de multinacionales, y otros 200.000 para compañías indias. Suponían cerca del 90% de la fuerza laboral del sector, tasa que se ha reducido al 60%.
Sin embargo, estas organizaciones consideran que la reducción del trabajo infantil en multinacionales –de 53.500 a 12.375– se debe esencialmente al declive del cultivo de semilla de algodón a consecuencia de la sequía que ha golpeado al Estado de Andhra Pradesh.
En septiembre de 2003, estas empresas, representadas por la Asociación de la Industria de la Semilla (ASI), anunciaron que adoptarían medidas para la erradicación del trabajo infantil en cooperación con ‘stakeholders’ como la Fundación MV (MVF), entidad india especializada en esta cuestión desde 1991.
Sin embargo, «hasta la fecha no han cumplido sus promesas», denuncia el informe, recordando por ejemplo que sólo tras la muerte de un niño por sobreexposición a pesticidas, el pasado julio, decidieron tres de estas compañías entregar a MVF una lista con las comunidades presuntamente afectadas.
La secretaria general de MVF, Shantha Sinha, apuntó que durante este periodo la organización ha podido «convencer y presionar» a numerosas pymes indias para que «liberen» a los niños que trabajan para ellas e incluso que financien su educación.
LAS EXTRANJERAS NO SE MUEVEN
Sin embargo, en el caso de las empresas indias más grandes y de las multinacionales y sus filiales, «desafortunadamente los niños están atrapados en una relación desigual bajo contratos con una industria poderosa».
«Una y otra vez –apuntan los investigadores–, se demuestra más allá de toda duda que las poderosas empresas globales que aseguran cumplir sus códigos de conducta y de responsabilidad social corporativa han despreciado las normas y valores de Derechos Humanos».
Las conclusiones y llamamientos de este informe cuentan con el respaldo, además de estas tres organizaciones, de la sección holandesa de Amnistía Internacional, Oxfam Países Bajos, Germanwatch, Coalición contra los Peligros de Bayer, Global March Alemania y German Agro-Action.
Exigen que las multinacionales implanten de inmediato un plan de acción para acabar con el trabajo infantil en India y garantizar «que todos los niños van al colegio», en proyectos que cuenten con la colaboración de organizaciones de la sociedad civil.
Reclaman además que paguen a sus proveedores locales precios justos que les permitan contratar a trabajadores adultos por salarios legales –que sean además iguales para hombres y mujeres–, que respeten las libertades de asociación y negociación colectiva, y que proporcionen la formación adecuada sobre el uso de pesticidas.