El Grupo Tortura Nunca Mas repudió las declaraciones del Ejército, en las que se afirma que la dictadura de la década del 60 fue «una legítima respuesta a quienes optaron por la ilegalidad», también criticaron el silencio oficial. Las sedes de San Pablo y Río de Janeiro del organismo de Derechos Humanos, publicaron un comunicado […]
El Grupo Tortura Nunca Mas repudió las declaraciones del Ejército, en las que se afirma que la dictadura de la década del 60 fue «una legítima respuesta a quienes optaron por la ilegalidad», también criticaron el silencio oficial.
Las sedes de San Pablo y Río de Janeiro del organismo de Derechos Humanos, publicaron un comunicado en el que además de rechazar las manifestaciones del Centro de Comunicación Social del Ejército, aseguran que «es inadmisible que el gobierno federal, continúe haciendo silencio en torno a tales cuestiones, en nombre de una gobernabilidad».
Por su parte el Jefe del Ejército brasileño, general Francisco Roberto de Albuquerque, difundió una nota oficial en la que se disculpa diciendo que el tratamiento dado al tema de la tortura y las muertes en la dictadura «no fue apropiado», aunque no implica un arrepentimiento.
Albuquerque, manifiesta que las declaraciones del Centro de Comunicación Social de esa entidad, realizadas el domingo, «no condicen con el momento histórico actual».
A su vez el Ministro de Defensa brasilero, José Viegas, confirmó que el gobierno considera el caso cerrado y que esta última nota del Jefe del Ejército «resuelve la cuestión».
Viegas también se refirió a los archivos de la represión, diciendo que «son para los historiadores» y asegurando que «no son parte de la preocupación inmediata del Ministerio de Defensa».
La historia comenzó la semana pasada cuando el diario Correio Brasiliense publicó fotos del periodista Vladimir Herzog, desnudo en la cárcel, con visibles huellas de tortura, antes de ser asesinado.
Herzog, que en esa época era Director de Periodismo de la TV Cultura de San Pablo, fue detenido en plena dictadura militar, en el Destacamento de Operaciones de Informaciones del Ejército, el 24 de octubre de 1975, donde había ido a responder por su actividad política.
Después de esta publicación, el Centro de Comunicación Social del Ejército brasilero, publicó un comunicado en el que afirma que «las medidas tomadas por las Fuerzas Legales fueron una legítima respuesta a la violencia de los que recusaron el diálogo, optaron por el radicalismo y por la ilegalidad».
También, el comunicado del ejército manifiesta que «no hay documentos históricos» que comprueben muertes acontecidas durante acciones del Ejército.