La situación de la Reforma Agraria pasa por momentos complejos. La victoria electoral del gobierno Lula generó las expectativas a que el proceso de Reforma Agraria, o sea, de democratización de la propiedad de la tierra, avanzase más rápidamente y de acuerdo con las necesidades del pueblo pobre, que vive en el interior del país […]
La situación de la Reforma Agraria pasa por momentos complejos. La victoria electoral del gobierno Lula generó las expectativas a que el proceso de Reforma Agraria, o sea, de democratización de la propiedad de la tierra, avanzase más rápidamente y de acuerdo con las necesidades del pueblo pobre, que vive en el interior del país y que necesita tierra como forma de conseguir trabajo, futuro para su familia, dignidad, comida y educación para sus hijos.
Nació la esperanza entre las familias de trabajadores rurales Sin Tierra de que la tierra sería repartida, como ya está previsto por la propia Constitución Federal de Brasil y por el tan echado de menos Estatuto de la Tierra, que en noviembre cumplió 40 años de existencia sin que la Reforma Agraria haya salido del papel.
Durante todo el año 2003, los movimientos sociales del campo discutieron el Plan Nacional de Reforma Agraria – PNRA. El 21 de noviembre del año pasado, fue acordado entre TODOS los movimientos que actúan en el campo y el GOBIERNO que era necesario y viable asentar a 430 mil familias en los tres años que faltaban. Y que el proceso daría prioridad a las 200 mil familias acampadas en condiciones sumamente precarias.
El tiempo fue pasando y la lógica perversa del funcionamiento del estado, aliada a las directrices de una política económica claramente neoliberal, que prioriza altos tipos de interés, el superávit primario, el agro-negocio y las exportaciones, se quedaron con los recursos necesarios para la Reforma Agraria.
El gobierno está en deuda con los movimientos sociales. Antes de ser elegido, asumió el compromiso de honrar todos os contratos, inclusive el Plan Nacional de Reforma Agraria, ¡pero hasta ahora no cumplió! El pueblo brasileño está esperando. Así, como estamos a la espera del acuerdo de doblar el valor adquisitivo del salario mínimo.
Ante esa situación, el MST, los Movimientos de la Vía Campesina y otras fuerzas sociales, planean realizar una Marcha hacia Brasilia. Será una larga caminaya en el primer semestre de 2005. Una caminada para dialogar con la sociedad sobre la necesidad de la Reforma Agraria en el desarrollo del país, para llamar la atención de la sociedad y del gobierno sobre el hecho de que la Reforma Agraria todavía es el camino más rápido, menos costoso y más justo para garantizar trabajo, alimento, renta, escuela para los hijos y futuro digno a millones de brasileños y brasileñas que viven en la pobreza en el medio rural. Y también, la forma más barata de evitar que el éxodo rural sea aumentado, creciendo todavía más los problemas sociales en las ciudades.
Para realizar la Marcha, que costará el sacrificio de millares de hombres, mujeres y niños, necesitamos su solidaridad. Sin la solidaridad de la sociedad, de los que creen en la Reforma Agraria y en una sociedad más igualitaria, será imposible que realicemos esta gran epopeya.
Será un gran trabajo comunitario y para ello requerimos su apoyo. Contribuya con lo que pueda y como pueda. Algunas entidades amigas abrieron una cuenta especial para esta actividad y se comprometen, por Internet y por otros medios, a publicar el balance de todos los recursos que sean destinados.
La cuenta está a nombre de la Associação Grito dos Excluídos Continental/Marcha Deposite cualquier valor, en el Banco Itaú Agencia 0644, São Paulo Cuenta 54.328-2