«Como la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es natural. Es obra del hombre y puede ser superada y erradicada por la acción de los seres humanos. Superar la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia. Es la protección de un derecho fundamental del ser humano, el derecho a […]
«Como la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es natural. Es obra del hombre y puede ser superada y erradicada por la acción de los seres humanos. Superar la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia. Es la protección de un derecho fundamental del ser humano, el derecho a la dignidad y a una vida decente. Mientras haya pobreza no habrá verdadera libertad» Nelson Mandela
Nelson Mandela pronunció estas palabras en un discurso que tuvo lugar en Londres, en Trafalgar Square, un día antes que los ministros de finanzas del G7 se reunieran en la capital británica para discutir sobre la estabilidad de los tipos de cambio, la debilidad del dólar, el crecimiento económico, la financiación del desarrollo y la Deuda externa. Gordon Brown, el ministro británico de economía, lleva meses anunciando a bombo y platillo que la presidencia británica del G7 tiene como prioridad absoluta la lucha contra la Pobreza y el alivio de la Deuda Externa de los países más pobres del planeta, en especial los africanos. No sabemos si su empeño, a pesar de los reveses que va recibiendo a medida que pasan los meses, se debe a una cuestión electoral (no hay que menospreciar la fuerza que en el Reino Unido están cogiendo las campañas alrededor de la Llamada Global contra la Pobreza y la cercanía de las elecciones generales) o a profundas creencias personales. Lo que si sabemos es que Brown deberá esperar y presionar bastante más si quiere salirse con la suya.
La reunión del G7 del 4 y 5 de febrero acabó como es costumbre: con titulares demasiado optimistas y declaraciones finales nada concretas ni concluyentes. Reconocen que en cuanto al alivio de la deuda «se necesita hacer más», hablan de un análisis caso por caso de los 27 países HIPC más endeudados con las instituciones financieras internacionales, y de «hasta un 100% de alivio de la deuda multilateral» (lo que puede incluir del 0% al 100%), pero dejan la decisión para más adelante, a la luz de lo que concluyan el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en sus reuniones de Primavera.
¿En qué términos se está negociando?
En la reunión del G7 se discutían principalmente dos propuestas que el gobierno británico, y más concretamente su ministro de economía Gordon Brown, habían puesto sobre la mesa: lo que han llamado «cancelación del 100% de la deuda multilateral» de hasta una veintena de países HIPC, y la propuesta de creación de una Facilidad Financiera Internacional (conocida como IFF por International Finance Facility).
La propuesta de cancelación de deuda parece, sin embargo, bastante engañosa. Lo que ellos llaman «cancelación» resulta ser un simple alivio del servicio de la deuda durante un período limitado de 10 años. La propuesta británica no incluye una cancelación real del stock de la deuda. Se refiere además a un grupo muy limitado de países (alrededor de 20) y dicho alivio no dejaría de estar condicionado a la adopción de ciertas políticas económicas dictadas por los acreedores. Finalmente, el Reino Unido propone que este alivio sea financiado en parte con una revalorización o venta fuera de mercado de las reservas de oro del Fondo Monetario Internacional, lo que podría liberar hasta 35.000 millones de dólares. El resto de recursos necesarios para financiar el alivio lo deberían aportar los países donantes, a lo que ya se han comprometido el Reino Unido y Canadá. También Francia, Alemania e Italia se mostraron en la reunión del G7 dispuestos a apoyar esta iniciativa, pero añaden la p osibilidad de financiar las aportaciones necesarias con un impuesto sobre los billetes aéreos. Durante dicha reunión la propuesta recibió la tajante oposición de EEUU. «No creemos que funcione. Es más, no lo necesitamos y no podemos apoyarlo», aseguró John Taylor, subsecretario del Tesoro norteamericano. Puede decirlo más alto, pero no más claro. Así pues, se pusieron de acuerdo en que hay que hacer más, pero no saben muy bien cuanto más ni cómo hacerlo.
La segunda propuesta de Gordon Brown al G7, la creación de la IFF, fue incluso peor recibida que la primera. Esta consiste en crear un fondo internacional de unos 100 mil millones de dólares a través de la venta de bonos de los estados ricos en los mercados mundiales de capitales. Este fondo se destinaría principalmente a financiar el desarrollo en los países africanos más empobrecidos, por lo que ha recibido el título oficioso de «Plan Marshall para África». La IFF no ha sido nunca apoyada por el gobierno de EEUU, que nuevamente la ha rechazado en esta reunión. Según el Reino Unido, Alemania, Francia e Italia apoyan la iniciativa, pero Alemania se ha apresurado a puntualizar que simplemente apoyaría una versión piloto de la misma, siempre y cuando los bonos no supongan un incremento de los presupuestos oficiales de ayuda. Es decir, están dispuestos a «ayudar» siempre y cuando no les cueste más dinero.
Y esta parece ser la tónica. Todo va bien hasta que les toca discutir de dónde sacan los recursos. ¿Qué tal las rentas acumuladas de la expoliación que durante siglos los países del G8 y sus vecinos del norte venimos haciendo de los países empobrecidos?
http://www.observatoriodeuda.org
Iolanda Fresnillo. Observatorio de la Deuda en la Globalización. 8 de febrero de 2005