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¿Resucita McCarthy?

Fuentes: Rebelión

¿Resucita McCarthy? Al Secretario de Comercio de los EEUU le debe de faltar algún tornillo en su cabeza y por ello se le está recalentando peligrosamente. Nuevamente se demuestra la verdad que encierran los refranes, en este caso el que dice: «No hay peor cuña, que la de la misma madera»; y este es el […]

¿Resucita McCarthy?

Al Secretario de Comercio de los EEUU le debe de faltar algún tornillo en su cabeza y por ello se le está recalentando peligrosamente. Nuevamente se demuestra la verdad que encierran los refranes, en este caso el que dice: «No hay peor cuña, que la de la misma madera»; y este es el caso del «hispano» Sr. Carlos Gutiérrez, pues su nombre no me suena a anglosajón. Ahora resulta que los opositores al TLC son comunistas, así de fácil y de simple y añade: » Estamos luchando contra las distorsiones, la desinformación y la demagogia pero la verdad está de nuestro lado «. Es curioso que la verdad siempre está del lado de los Carlos Gutiérrez, que son infalibles, y nunca del lado de los demás… ¡que siempre estamos equivocados!. El Sr. Secretario no se ha enterado que los opositores son muchos y pertenecen a un variopinto grupo de tendencias y, sobre todo, no se ha enterado que la oposición también está dentro de los EEUU. Me imagino que sus «compatriotas», los que se oponen, congresistas, senadores, sindicalistas, etc. son también comunistas; comunistas tan hábiles que han sabido infiltrase en el Congreso y el Senado. ¡Pobre Sr. Carlos «McCarthy» Gutiérrez!. Yo me opongo al TLC basado en lo que creo de lógica y no capricho.
 El Tratado de Libre Comercio sólo implica LIBRE COMERCIO en una dirección; poniendo un símil boxístico, no se puede enfrentar a un peso mosca (Centroamérica) con un peso pesado (EEUU) pues el resultado ya se sabe de antemano que será absolutamente funesto y devastador para el primero. Con el TLC sólo ganan algunas empresas norteamericanas, que podrán dar salida a su producción y sus aliados en la región centroamericana (maquila). Ni siquiera ganan todos los norteamericanos que ya están viendo que la avaricia de sus empresas las hace menos «patriotas» y más deslocalizadas. Pierde el 90% de los que producen algo en C.A., que evidentemente no pueden competir ni en calidad ni en economía de escala, y con ello se aumentará el desempleo y la pobreza. La maquila, que es la piedra filosofal que los defensores del TLC citan como el gran beneficio, y que ha sido la base sobre la que han girado las negociaciones, no puede absorber toda la mano de obra desocupada y mucho menos si hablamos de toda Centroamérica; peor si observamos, además, la competencia de China que ya ha hecho estragos en Méjico, que no olvidemos es un país más rico y preparado que los centroamericanos y en donde los «enormes beneficios» que se iban a producir y que se traducirían en una mejor vida para los mejicanos han sido un colosal fiasco.
Yo estoy a favor de ese otro refrán que dice: «La unión hace la fuerza»; sin embargo, la globalización que en principio representa a esa unión, y que está en la base de los tratados comerciales, está siendo mal construida y manipulada por los que la controlan que son grupos de presión económicos, más que políticos, que sólo velan por sus intereses. Mi compatriota Joaquín Estefanía escribe: » La globalización realmente existente es un proceso social por el que las políticas nacionales, es decir, aquellas que están más cerca de los ciudadanos, tienen cada vez menos importancia, y las políticas internacionales, las que se deciden en lugares más alejados y son representativas sólo en segunda o tercera instancia y no en elecciones directas, cada vez más.
Por ello, el primer efecto de esta globalización es más político que económico, más finalista que instrumental, y se vincula a la esencia del sistema en el que aspiramos a vivir: la sociedad de las libertades políticas, económicas y sociales. Independientemente de los beneficios económicos del proceso globalizador (que los hay, y muy significativos), existe al mismo tiempo un alejamiento de los ciudadanos respecto a las principales decisiones que se toman en su nombre, lo que implica debilidad de la democracia, falta de calidad de la misma. Los ciudadanos no siempre se sient en representados por quienes toman las decisiones últimas». Esta es la verdadera cuestión de fondo. Lo anterior y la evidente asimetría que existe en el TLC Centroamérica-USA es lo que me hace estar en su contra y no otras razones Sr. Gutiérrez. Yo no soy comunista y nunca lo he sido (mi vida es un libro abierto que cualquiera puede consultar, hasta los servicios de inteligencia de su país), pero si vamos a las comparaciones simplistas que tanto le gustan, habría que decir que si los que se oponen al TLC son comunistas Usted es nazi.

Miguel de Arriba