«En realidad, el proceso electoral fue diseñado para legitimar la ocupación, y no para liberar de ella al país. Todo aquel que se vea capaz de realizar reformas políticas debería intentarlo si quiere, pero creo que los ocupantes no lo permitirán».Muqtada al-Sadr, clérigo shií Mientras shiíes y kurdos discutían durante tres meses antes de poder […]
Muqtada al-Sadr, clérigo shií
Mientras shiíes y kurdos discutían durante tres meses antes de poder organizar un gabinete iraquí, desde Bagdad comenzaba a surgir en la escena política un amplio frente compuesto de políticos, líderes religiosos y jefes tribales, básicamente sunní, pero con participación shií, con un objetivo claro: el final de la ocupación liderada por EEUU. Este frente incluye, entre otros, lo que se ha etiquetado como el elemento «Sinn Fein» de la resistencia, compuesto de la poderosa Asociación de Ulemas Musulmanes (AUM) y los Sadristas, que se negará a cualquier diálogo con el primer ministro Ibrahim Jaafari y su gobierno, a menos que se establezca un calendario definitivo para la completa retirada de las fuerzas de ocupación. Incluso la mayor autoridad de los Marines en Iraq, el General Stephen Johnson, ha admitido: «no habrá ningún progreso a menos que los insurgentes se impliquen en el proceso político» .
Pero la proliferación de lo que muchos sunníes y shiíes moderados sospechan son escuadrones de operaciones encubiertas , organizados por el Pentágono, está sumiendo en la confusión el nacimiento de este frente. Es obvio cuando Hariz al-Dari. líder de la AUM- acusa a las brigadas Badr brazo militar del Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Iraq , CSRII, miembro de calibre en el gobierno- de matar a dirigentes religiosos árabes sunníes.
Rompiendo Iraq
Diversos sitios web iraníes han informado ampliamente de un plan para dividir Iraq en tres mini-estados shiíes, dos mini-estados kurdos y un mini-estado sunní, siendo Bagdad la sede de un gobierno federal. Cada mini-estado se encargaría de la cuestión judicial y económica, mientras que Bagdad llevaría la política exterior y la coordinación militar. El plan se atribuye a David Philip, antiguo consejero de la Casa Blanca, en la actualidad trabajando para el Consejo Americano de Política Exterior (CAPE). El CAPE está financiado por la Fundación Lynde and Harry Bradley, quien ya fundara los «ultra-halcones» Proyecto para un Nuevo Siglo Americano y el Instituto Americano de Empresa.
El plan sería «vendido» bajo la consideración de que el gobierno dominado por los shiíes del recientemente electo Jaafari, es incapaz de controlar Iraq y sentar a las guerrillas árabes sunníes a la mesa de negociaciones. Más significativamente, el plan es una réplica exacta del plan de extrema derecha israelí para balcanizar Iraq, que resulta imprescindible para balcanizar todo Oriente Medio. Curiosamente, Henry Kissinger ya estaba ofreciendo la misma idea antes de la invasión de 2003.
Una vez más, el clásico «divide y vencerás»: el objetivo es perpetuar la desunión árabe. Llamémoslo Iraquización; lo que en realidad significa es una fiebre confesional y étnica que se traduce en guerra civil. La Operación Relámpago el tour de force contrainsurgente tan publicitado, con mas de 40.000 tropas shiíes acosando a árabes sunníes- puede ser interpretado como la prímera ráfaga de la guerra civil. El vicepresidente Dick Cheney lo asumió ante las cámaras de la CNN, prediciendo confiadamente que «la lucha terminaría antes que la administración Bush acabara su ejercicio».
Pero el destino que le espera a esta contraisurgencia podría verse mejor evaluado al contemplar el clásico del cine de 1966, de Gillo Pontecorvo, «La Batalla de Argel», uno de los filmes políticos más influyentes de la historia y una supuesta «tarea escolar» en el Pentágono. Los franceses, a principios de los sesenta, lograron acabar con la espina dorsal de la guerrilla, pero al final perdieron la guerra de Argelia. Hablemos de vietnamización paso previo a la Iraquización- ; la ofensiva del Tet en 1968 fue letal, pero la Operación Fénix contrainsurgente lo fue todavía más. Al final, sin embargo, los EEUU también perdieron la guerra.
No hay operación Féniz alguna en Iraq . Los EEUU disponen de pocos medios humanos de inteligencia, y se ven incapaces de penetrar en la compleja red tribal de la resistenci, y no por carencias culturales o lingüísticas. Incluso un barrio de Bagdad, como el de Adamiya es en esencia una república independiente de la guerrilla. Continuarán cotidianamente las horribles explosiones de coches bomba: el Pentágono no comparte con la policía irquí ninguna información de la que recoge, y la policía iraquí deja mucho que desear.
Los EEUU también andan escasos de tropas, así que han recurrido a la Iraquización, usando a los shiíes y kurdos para combatir a los sunníes. Y como remate, los EEUU están bloqueados en la esfera política, porque el trinufo sería convencer a los árabes sunníes de la legitimidad del proceso político: eso no va a ocurrir, con tan sólo 2 árabes sunníes en el comité de redacción de la nueva constitución, compuesto de 55 miembros, mientras los escuadrones de la muerte shiíes eliminan a árabes sunníes.
Un infierno de milicias
En el actual infierno de milicias iraquíes, unas son mas respetables que otras. Los 100.000 peshmerga kurdos no van a ser desarmados, porque son aliados de EEUU. El ejércikto del Mahdi de Sadr se considera una panda de matones, porque obedecen al díscolo Muqtada Al-Sadr, a quien el Pentágono todavía considera un enemigo. El ministerio de Interior está infestado por al menos seis milicias diferentes. Al menos la mitad de ellas obedecen a los socios del anterior primer ministro Allawi. El presidente actual de Iraq, el kurdo Jalal Talabani, se entretiene arengando a sus peshmerga. Abdul Salam al-Kubaysi, portavoz de la AUM no se reprime al afirmar que «Talabani está siguiendo las políticas estadounidenses para prolongar las lucha en Iraq y convertirlo en un conflicto entre Iraq e Irán». En otras palabras, desenmascara la iraquización.
Por su parte, las brigadas Badr ahora Organización Badr- son acusadas por la AUM de dar información a la famosa Brigada del Lobo, otra milicia (o eufemísticamente, una «unidad de comando de élite») que opera desde el ministerio de Interior, pero a las órdenes de un alto dirigente del CSRII.
Abdul Aziz al-Hakim, dirigente del CSRII, y el poder en la sombra detrás de Jafaari, ha defendido, vociferante, a las Badr. En una mezcla sin precio entre el bushismo y el nacionalismo árabe, Hakim advertía que «fuerzas del mal» están intentando «hundir la reputación de movimiento nacionalistas como la organización Badr, para conseguir sus propios objetivos, al margen de los del pueblo de Iraq».
Uno se pregunta si los grupos de operaciones encubiertas del Pentágono forman parte también de esas «fuerzas del mal». En octubre de 2002, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld creo un ejército secreto, uno de sus «proyectitos». De acuerdo con la Junta Científica de Defensa del Pentágono, la meta del ejército de Rumsfeld 100 miembros, 100 millones anuales de presupuesto, llamado Grupo de Operaciones Proactivas y Preventivas, GOPP- llevaría adelante operaciones secretas diseñadas para «estimular reacciones» entr los «grupos terroristas», que pasarían a convertirse en objetos de «contraataque» por parte del GOPP. El trabajo de este ejército de Rumsfeld son asesinatos, sabotajes, montajesvamos, todo el arsenal habitual de las operaciones encubiertas. Iraq es el laboratorio perfecto para eso. «Iraquización» viene a significar, de hecho, «Salvadorización». No es de extrañar que viejos rostros aparezcan de nuevo en juego: James Steele, jefe de las Fuerzas Especiales en El Salvador a principios de los ochenta, está en Iraq. Steve Casteel, antiguo alto cargo envuelto en las «guerras de la droga» en Bolivia, Colombia y Perú, también está en Iraq. Se trata de un antiguo consejero que opera ahora en el ministerio de Interior, al que se subordinan las milicias aliadas.
Guerrillas para siempre
Son ahora las guerrillas árabes sunníes las que en toda su complejidad y urdimbre de corrientes internas, están operando casi en un único frente. Su principal actividad es contra lo que denuncian como un gobierno títere controlado por los EEUU y sus «alidados externos»: exiliados, shiíes pro-iraníes, y lideres guerrilleros kurdos separatistas.. Son conscientes de la capacidad superior de los EEUU, que debe ser combatido con ideales puros del Islam: corage, piedad, abnegación y espíritu de sacrificio. La misma lucha es la victoria.
En esencia esto significa, para muchos, la ausencia de un proyecto político alternativo, la imposibilidad de que la guerrilla conforme un único frente político aglutinante de sunníes y shiíes. La estrategia miltar de la guerrilla es la prevención de cualquier posibilidad de normalización, o, en otras palabras, convencer a la población árabe sunní de que acepte su estrategia. Puede que a la resistencia le sea imposible conforman un movimiento nacionalista iraquí, pero el apoyarse en más de 5 millones de árabes sunníes podría servir de base para una larga y efectiva guerra de guerrillas. Sin duda disponen, si así lo quieren, de los medios para mantener desestabilizado el país durante décadas.
Desde un punto de vista ideológico, los líderes de la guerrilla deben analizar el grado de dependencia del gobierno de Jaafari, para concluir que los estadounidenses no se van a marchar. Y aunque los EEUU huibieran decidio irse, esto crearía un problema mayor, ya que eso llevaría a la desunión de muchos grupos de la guerrilla que mantienen distintos programas bajo el objetivo común de expulsar al ocupante.
Ramas rivales del partido Baaz ahora llevan la voz cantante de la resistencia, aunque no la controlan. A pesar de las discusiones internas de los pro-sirios a los proclives a amoldarse a la situación- ahora se encuentran unidos por un mismo objetivo. Disponen de dinero, reservado antes de la caída de Saddam Hussein; disponen de muchísimos guardias republicanos y oficiales de las Mujabarat (inteligencia), mandos..La guerrilla cuenta con al menos 40.000 miembros activos, más 80.000 en la reserva; al menos dispone de 250.000 toneladas de armamento y pueden disponer de un flujo constante de financiación desde Arabia Saudí y el Golfo también podría contar con el crucial apoyo táctico de algunos cientos de voluntarios árabes.
¿Quien tiene el petróleo?
Los árabes sunníes y los kurdos se encuentran literalmente al borde de la guerra civil en el norte de Iraq; la situación cotidiana en Kirkuk y Mosul es explosiva: emboscadas, asesinatos, coches bomba pero apenas si se filtra información alguna al sur de Bagdad y al mundo exterior. Kirkuk está nominalmente bajo control kurdo. Pero lo que los kurdos quieren sobre todo es controlar Northern Oil parte de la compañía Iraqi National Oil- a cargo de los campos petroleros al oeste de Kirkuk. Los árabes sunníes afiman que «sobre nuestros cadáveres». Que a nadie asombre pues que la batalla clave en la zona se encuentre en el oleoducto que atraviesa la provincia de Kirkuk: fue volado, de nuevo, el pasado miércoles.
Mosul, una gran ciudad de casi 1,8 millones de habitantes en la rivera del Tigris, todavía está controlada por un 70% de la población compuesto por árabes sunníes, y sigue siendo el epicentro del nacionalismo árabe y una gran base para la guerrilla. Los kurdos mantienen allí un perfil muy bajo. Tanto la guerrilla como la policía vienen de la poderosa tribu sunní de los Shammar. El Pentágono favorece a los kurdos; de hecho, son los únicos aliados de los EEUU. La inteligencia de EEUU en Mosul depende de los kurdos, lo que significa un ingrediente más para la guerra civil. Como si esto no fuera suficiente, la mayoría de shiíes del país, en torno al 60%, piensa que se enfrenta a un maquiavélico plan de los EEUU, de los kurdos, de los árabes sunníes o de todos ellos para acabar con el poder político de los shiíes.
El frente de liberación nacional
Los principales grupos de la resistencia iraquí no están a favor de considerar objetivos a civiles inocentes iraquíes. Muchos de los grupos tienen lazos políticos externos con los que intentan hacer llegar a los medios las razones por las que luchan. Considerando que los medios corporativos de EEUU se limitan exclusivamente a reproducir la línea del Pentágono, existe la extendida sospecha en Oriente Medio, Europa, Latinoamérica, partes de Asia de que son parte cómplice en la ocupación, su incompetencia y racismo.
El antídoto al infierno de las milicias iraquíes debería ser un frente único sunní-shií. El antiguo ministro de Electricidad, Ayham al-Samaria declaró a Associated Press que al menos dos grupos de la guerrilla (el Ejército Islámico de Iraq y el Ejército de Muyahidines) estaban dispuestos a conversar con el gobierno de Jaafari y unirse al proceso político. La condición previa era clara: un calendario para la retirada de EEUU.
Contra todo pronóstico, está emergiendo un frente de liberación nacional en Iraq. Los halcones de Washington lo ven venir, pero no lo desean. Muchos grupos de este frente ya se han reunido en Argel. El frente se opone a la ocupación americana y la presencia de bases permanentes del Pentágono; a las privatizaciones y al saqueo transnacional de la economía iraquí; a la federación de Iraq, la balcanización. Los miembros del frente han visto claramente el plan de alimentar el sectarismo para provocar una atmósfera de guerra civil que legitime la presencia de EEUU. La administración Bush está obsesionada con imponer la visión de que los iraquíes o «fuerzas anti-iraquíes» o «militantes extranjeros» están intentando comenzar una guerra civil en el flanco este de la nación árabe, lo que resulta tan ridículo como el mito que también pretende impulsar sobre la Resistencia en tanto que un hatajo de lunáticos ex -baazistas y wahabbíes.
La administración Bush no está limitándose en nada a la hora de proceder a la Iraquización. Es una caja de Pandora: dentro podemos encontrar la batalla de Argel, Vietnam, El Salvador, Colombia, Todo apunta a un mismo lugar: la guerra civil. Esta mortífera letanía podría durar hasta 1920, cuando en un nuevo mundo en el que China emerja como líder económico, los árabes sunníes puedan convencerse de las bondades de, en pacto con shiíes y kurdos, vender millones de barriles de crudo a las empresas petrolíferas chinas. Siempre y cuando, claro está, que para entonces quede algo de Iraq.
Traducción de Natalia Litvina para CSCAweb