Cada tres años la Oficina Federal de Estadísticas repite su conteo de los que ganan más de un millón de euros al año. En el año 2001 este grupo obtuvo ingresos promedio de 2,7 millones de euros. Pero no se quedaron con todo, las manos del fisco retuvieron un promedio de 1,1 millones por millonario. […]
Cada tres años la Oficina Federal de Estadísticas repite su conteo de los que ganan más de un millón de euros al año. En el año 2001 este grupo obtuvo ingresos promedio de 2,7 millones de euros. Pero no se quedaron con todo, las manos del fisco retuvieron un promedio de 1,1 millones por millonario.
Aumenta el número de millonarios…
La estadística oficial indica que en 1998 había un total de 13.690 con ingresos promedio de 3,2 millones de euros por año. ¿Un descenso del número de ricos? La Oficina Federal de Estadísticas aclara que se debe a un efecto estadístico: el anuncio de cambios en las retenciones fiscales provocó una serie de ventas empresariales, lo que hizo crecer artificialmente el número de millonarios.
No obstante su número ha ido en aumento: en 1995 la su número era de 7182, con ingresos anuales de 2,8 millones de euros. No obstante, sería un error ver el aumento de millonarios como un indicador de la riqueza de los alemanes.
…y también las quiebras
Parece irónico, pero precisamente cuando se dan a conocer la cantidad de millonarios, también se publican los números de quiebras empresariales y particulares. Según datos oficiales, en la primera mitad de 2005 más de 29.000 personas se tuvieron que declarar como insolventes, un aumento de 33,5% respecto al mismo período del año pasado.
Las autoridades de Credireform advierten que existe un nexo importante entre las quiebras empresariales y las particulares: la pérdida del empleo conlleva con frecuencia a la asfixia económica particular.
Más de tres millones de hogares alemanes se ven incapaces de enfrentar sus deudas y cada mes hay 140.000 casos nuevos de quienes gastan más de lo que ingresan. Ante estas cifras se estima cerca de 30.000 millones de euros otorgados en forma de créditos de consumo podrían estar en peligro de ser amortizados. Aunque los bancos y sus agresivas estrategias de mercadeo se lleven parte de la responsabilidad, proponiendo dinero fácil, aunque a tasas de interés muy elevadas, los expertos también advierten que parte del problema radica en los consumidores: hace falta más ‘educación financiera’ entre la población.
La regla es sencilla: no gastar más de lo que se tiene.