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Educación, sanidad y mejoras económicas avanzan en este país silenciadas por los grandes medios

Lo que no se dice de Venezuela

Fuentes: Rebelión

Desde hace meses Venezuela ha perdido presencia en los medios de comunicación. Se diría que la desmovilización de la oposición es tal que no da ni para protagonizar noticias en esos grandes informativos que le servían de plataforma mediática para lograr transmitir la falsa imagen de gran poder de convocatoria. Un año después del intento […]

Desde hace meses Venezuela ha perdido presencia en los medios de comunicación. Se diría que la desmovilización de la oposición es tal que no da ni para protagonizar noticias en esos grandes informativos que le servían de plataforma mediática para lograr transmitir la falsa imagen de gran poder de convocatoria. Un año después del intento de golpe de Estado, en abril del año 2003, Fredy Bernal, el alcalde del municipio Libertador de Caracas, recordaba en el Encuentro de Solidaridad con su país que la revolución bolivariana había tenido que dedicar el 80 % de sus esfuerzos para defenderse y sólo un 20 % a mejorar las condiciones de vida de los venezolanos. Iba siendo el momento de invertir esos porcentajes. Poco después se ponían en marcha dos de los grandes proyectos que serían los buques insignia del desvelo de Chávez por reflejar en la sociedad venezolana su mejora social, la Misión Robinson de alfabetización y la Misión Barrio Adentro de sanidad.

La primera fase de la Misión Robinson concluirá el próximo 28 de octubre y ya en los primeros días de julio se hizo público que Venezuela se declaraba «técnicamente» libre de analfabetismo debido a que sólo el uno por ciento de su población quedaba sin saber leer ni escribir. La UNESCO establece en el 4 % el límite de analfabetismo irreductible. Quedan por delante, tal y como avanzó Chávez el pasado 3 de julio desde el emblemático barrio popular 23 de Enero, la Misión Robinson II para alcanzar el sexto grado, la Misión Ribas para el bachillerato y el Sucre para el nivel universitario. Todos ellos llegarían a dos millones de venezolanos.

En cuanto a la sanidad, la primera fase de la Misión Barrio Adentro, con el indiscutible protagonismo de los médicos cubanos, lograba llevar el primer nivel de atención sanitaria 24 horas al día en consultorios y ambulatorios a lugares donde nunca habían conocido un médico. El pasado mes de junio se inauguraban los primeros 30 Centros de Diagnóstico Integral (CDI) con sus respectivas Salas de Rehabilitación (SRI) en lo que será la Misión Barrio Adentro II. El objetivo es terminar el año con 600 CID y 32 centros de alta especialidad de acceso gratuito y universal, es decir, el segundo y tercer nivel de atención médica integral del Sistema Público de Salud. El sistema hospitalario se potenciará con la Misión Barrio Adentro III. En los primeros momentos de la revolución esta última fase se abordó mediante la incorporación de todos los ciudadanos a la asistencia hospitalaria en los centros militares, hasta entonces de uso exclusivo castrense.

Respecto a la política económica, el gobierno bolivariano ha logrado convertir los 14.000 millones de dólares de pérdidas que fueron a Estados Unidos de su filial petrolera en Norteamérica Citgo desde que fue creada en 1980, en 445 millones de ingresos en el primer semestre del año. Ya en su visita a España, Chávez denunció que Venezuela, a través de esa empresa, estaba subvencionando el petróleo para el país más rico del mundo. Esos nuevos fondos fueron destinados a la segunda etapa de Barrio Adentro y Mercal, el programa que distribuye con la colaboración de los militares, productos de primera necesidad en los barrios más humildes.

Todo ello está teniendo su reflejo en las economías más humildes. La Comisión Económica para América Latina ha emitido un informe este mismo mes de julio donde afirma que Venezuela es uno de los países que más contribuyó a bajar los índices de desempleo en la región y donde se registra una de las menores brechas en la distribución de los ingresos. Asimismo, prevé un crecimiento económico para este país del 6 % en el año 2005, cuando la media de América Latina se espera que sea del 4’5 %.

En mayo comenzó a trabajarse en el nuevo régimen de pensiones que garantizará para los jubilados una pensión entre un sesenta y un cien por ciento de su anterior salario y establecerá la edad de jubilación en los sesenta años.

Las encuestas también reflejan esa mejora. La empresa de sondeos Datos, que opera en Venezuela desde 1980, ha revelado este mes de junio que, desde 2004, el ingreso promedio mensual de los sectores pobres ha subido un 33 % en términos reales, al tiempo que el poder adquisitivo de la clase media no ha sido afectado en los seis años del gobierno chavista.

La lucha contra la corrupción, una histórica lacra en este país, está siendo abordado en las últimas semanas por el ejecutivo y legislativo venezolano. El proyecto de Ley Orgánica Penal contra la corrupción, ya en estudio en la Asamblea Nacional, establece penas de hasta treinta años de prisión e inhabilitación política de quince años más a quienes incurran en delitos contra el patrimonio público. Presentado a iniciativa del gubernamental Movimiento V República, el proyecto establece que «los delitos contra el patrimonio público son de lesa patria y no prescriben y quienes resultaren sancionados conforme a la presente ley no gozarán de privilegios u otras medidas tendientes a modificar, disminuir o sustituir la pena de presidio impuesta». Pero las intervenciones contra la corrupción no están a la espera del cambio de legislación. El pasado mayo dieciséis jueces fueron suspendidos ante la sospecha de estar implicados en diferentes situaciones irregulares y hechos de corrupción relacionados con la posible liberación de un narcotraficante.

En cuanto a la oposición, sus palancas de intervención cada vez están siendo derribadas por la iniciativa ciudadana. El mes de junio el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) decidía la exclusión de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). Esta supuesta organización sindical formaba parte del corrupto entramado político del anterior sistema político venezolano y, arrogándose la representación de los trabajadores, se unió a las organizaciones empresariales golpistas en el intento de abril de 2002 y en el sabotaje petrolero de ese mismo año. Indignados los sectores obreros del país, crearon el 15 de abril del año 2003 la Unión Nacional de Trabajadores. Hoy cuenta con un millón de afiliados y sustituirá a CTV ante el órgano consultor de las Naciones Unidas.

A todo estos datos, hay que añadir numerosas iniciativas del gobierno venezolano. Desde la puesta en marcha de TeleSur el pasado mes de mayo, en colaboración con Brasil, Argentina, Cuba, Uruguay y Chile, hasta el avance imparable de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), un modelo de integración económica regional fundamentada en la cooperación de los pueblos y el desarrollo regional.

Son muchas razones como para que muchos, y poderosos, estén interesados en ocultar la evolución de Venezuela.

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