En Brasil, el Partido de los Trabajadores pasó por elecciones internas este domingo, pero faltó a la cita partidaria el más ilustre de sus 820 mil afiliados: Luiz Inácio Lula da Silva. Pero no fue el único. El grado de abstencionismo fue grande dentro de las filas del PT, votaron menos de la mitad, y […]
En Brasil, el Partido de los Trabajadores pasó por elecciones internas este domingo, pero faltó a la cita partidaria el más ilustre de sus 820 mil afiliados: Luiz Inácio Lula da Silva. Pero no fue el único. El grado de abstencionismo fue grande dentro de las filas del PT, votaron menos de la mitad, y la corriente interna oficialista «Lulista» (Campo Mayoritario) por primera vez no ganó en primera vuelta y tendrá que enfrentar una segunda ronda.
Elecciones primarias del PT Habría sido una interna más, pero en medio de la crisis política desatada en los últimos meses, la elección de la nueva dirección del PT se transformó en un campo de batalla en donde se definirá qué estructura partidaria acompañará a Lula hasta el final de su gobierno.
El Campo Mayoritario domina el Partido desde 1995 y está íntimamente ligado al José Dirceu, el ex ministro y hombre fuerte del gobierno hasta que se vio obligado a renunciar cercado por el escándalo de pago de sobornos a diputados y por el manejo de fondos irregulares en campañas electorales.
Otras cinco corrientes internas se presentaron en estas elecciones, todas a la izquierda de la representada por Ricardo Berzoini, candidato del Campo Mayoritario, que llegó a arañar un poco más del 40 por ciento de los votos. Un desempeño extremamente pobre, teniendo en cuenta que en el 2001 se quedó con el 70 por ciento de los sufragios y que refleja el descontento de gran parte de la militancia con la conducción que dirige al partido desde 1995.
La ausencia del presidente Lula en la votación del partido que fundó cuando era operario metalúrgico allá por 1980, es un dato que los analistas entienden como un intento del primer mandatario de tomar distancia de una evidente reagrupación de fuerzas dentro del PT y hasta de una posible ruptura.
Es un momento sumamente crítico para el Partido de los Trabajadores, el mayor partido de izquierda de América Latina, que nació como producto de una inédita síntesis en Brasil de comunidades cristianas de base, sindicalismo clasista y movimientos sociales del campo y la ciudad.
Para el segundo candidato más votado, Valter Pomar, la segunda vuelta será una especie de plebiscito de la militancia contra el continuismo. Por su parte, el que quedó en tercer lugar, es un reconocido intelectual y fundador del PT, Plínio de Arruda Sampaio, que cuenta con el apoyo de un grupo de diputados que amenazaron con renunciar al partido si se impone Berzoini. Ambos critican la política económica de corte neoliberal adoptada por el Gobierno, y la falta de voluntad política para ir hasta el fondo en las investigaciones por los casos de corrupción.
El presidente Lula por primera vez no cuenta con el apoyo unánime de su partido. La falta de votantes y el «castigo» a la vieja conducción dejan de manifiesto la incertidumbre y el desencanto que reinan dentro del PT. El 9 de octubre será la segunda vuelta y muy posiblemente las corrientes de izquierda se unan para enfrentar al candidato del «Lulismo».