En una declaración que no tiene desperdicios, Heladio Ramírez, el líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC), la organización más importante del sector agrario del PRI, volvió a denunciar el papel absolutamente negativo que ha traído para los hombres del campo mexicano el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (conocido como TLCAN o […]
En una declaración que no tiene desperdicios, Heladio Ramírez, el líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC), la organización más importante del sector agrario del PRI, volvió a denunciar el papel absolutamente negativo que ha traído para los hombres del campo mexicano el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (conocido como TLCAN o simplemente TLC), a una década de firmado el instrumento de comercio entre los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México.
Heladio Ramírez recibió el domingo 9, junto con otros dirigentes de la central campesina, a una delegación de Perú, encabezada por el ministro de Agricultura, Manuel Manrique Ugarte, quien acudió a esta cita para conocer de «viva voz» la experiencia de los campesinos mexicanos con el TLC. Heladio Ramírez, quien no estaba al frente de la organización cuando se firmó el TLC hace una década, pero que tampoco alzó su voz entonces como militante prominente de la CNC contra las reformas al artículo 27 constitucional que hicieron posible la liberalización de la propiedad rural, para que se pudiese firmar el TLC, ahora corrigió su inacción y se lanzó a fondo contra el TLC. Advirtió a los peruanos visitantes, que en 40 días firmarán un TLC con Estados Unidos, «mirar el espejo mexicano, ya que a una década del acuerdo comercial… lo único que nos ha dejado es miseria, desempleo y migración en el agro». La CNC es la base del llamado «voto verde» (rural) del entonces partido dominante, PRI, y sigue perteneciendo a este partido.
«Para nosotros, dijo Heladio Ramírez, el TLC ha sido malo: empobreció más al campo, desintegró estructuras, desapareció dependencias oficiales, languideció gravemente a la economía campesina y el gobierno no cumplió con la transición». En el acto también habló Diódoro Carrasco Altamirano, integrante del Consejo Técnico de la CNC, quien además de haber sido, igual que Heladio Ramírez, gobernador de Oaxaca, fue secretario de Gobernación bajo el neoliberal presidente Ernesto Zedillo. Ambos ex gobernadores de este estado, uno de los más pobres del país, junto con Guerrero y Chiapas, han estado enfrentados políticamente al actual gobernador de la entidad, Ulises Ruiz, madracista de hueso colorado. Carrasco dijo que a casi 12 años del TLC el «saldo es espantoso, ya que el gran sacrificado fue el sector agropecuario, al grado que el TLC se firmó a espaldas de los campesinos del país, que son el 25 por ciento de la población total».
Añadió Carrasco que mucho fue lo que se prometió con el TLC, pero lo cierto es que la economía rural se ha ido reduciendo, que no hay empleo en el campo mexicano ni ingreso ni crecimiento. «Lo mismo ha sucedido con la experiencia de los productores de trigo del estado de Sonora, reconocidos entre los mejores del mundo hace 10 años y que ahora están totalmente tronados».
Para abundamiento, Pablo Moreno Cota, líder cenecista en el estado de Sinaloa, considerado el «granero» del país, sostuvo que mientras las trasnacionales se han apoderado de agroindustrias y bodegas, los productores han visto disminuir 37% el precio del arroz, 34% el frijol, 43% el maíz, 35% el trigo, 79% el algodón, 53% la soya, 36% la carne de bovino y 32% la leche.
Ahí está, más vívidamente que cualquier proclama, el resultado del neoliberal esfuerzo del «mercado libre». Una población campesina desgarrada, desintegrada de su suelo, que emigra a las ciudades y a Estados Unidos en forma masiva, que convierte en «pueblos fantasma» a sus lugares de origen, como ocurre con las poblaciones mineras cuando se agotan las vetas del subsuelo, y que, entre otras cosas, entroniza en el país la casi absoluta dependencia hacia las importaciones de alimentos del exterior. Para que México siga haciéndole caso a las prédicas de Salinas, Zedillo y Fox, los grandes impulsores del «libre comercio» que iba a enriquecer a la población mexicana. Los resultados están a la vista.