A principios de octubre tuvo lugar en Nueva York una conferencia llamada Petrocollapse (colapso petrolero), probablemente la primera en torno a este tema. Los conferenciantes fueron Jan Lundberg, de Culture Change y Michael C. Ruppert, de la organización From The Wilderness. Aunque la conferencia tuvo un tono exclusivamente local -para el público estadounidense-, el asunto […]
A principios de octubre tuvo lugar en Nueva York una conferencia llamada Petrocollapse (colapso petrolero), probablemente la primera en torno a este tema. Los conferenciantes fueron Jan Lundberg, de Culture Change y Michael C. Ruppert, de la organización From The Wilderness.
Aunque la conferencia tuvo un tono exclusivamente local -para el público estadounidense-, el asunto tratado importa a todos los habitantes de la Tierra.
La mayoría de los que asistieron a esta conferencia, incluso quizás algunos de los conferenciantes, llegaron con un concepto seriamente equivocado.
Este concepto es que creen que hay una necesidad urgente de hacer entender a los líderes -que toman decisiones claves en Estados Unidos y en el mundo entero- las noticias sobre los problemas del cénit petrolero y del gas natural.
Michael Ruppert*
Nada más lejos de la verdad. Los líderes claves del mundo están al tanto y han estado planeando para la crisis desde años.
De hecho, si entendemos claramente que las élites políticas, económicas, e industriales han tenido conocimiento del cénit petrolero y sus implicaciones mortales, entonces veremos como acciones diseñadas a salvar vidas y minimizar los efectos del colapso solo pueden venir de iniciativas individuales, trabajando dentro y como parte de comunidades locales.
Hay documentación, demasiado amplia como para desglosarla aquí en su totalidad, que demuestra que el conocimiento oficial del cénit petrolero y sus implicaciones han formado parte del pensamiento político y económico de EEUU al menos desde 1977. Os daré unos cuantos ejemplos breves para explicar esto. Muchos de estos ejemplos están en mi libro Crossing the Rubicon: The Decline of the American Empire at the End of the Age of Oil** Si prestan atención a estos ejemplos entenderán que aunque el término «cénit petrolero» es raramente mencionado, es exactamente a lo que se refieren.
De igual forma , es una equivocación creer que cualquier acción gubernamental para el cénit petrolero será etiquetada como tal. La mayoría de las determinaciones para evitar el pánico o riesgo político han estado cuidadosamente camufladas entre otros documentos y legislación, como las leyes llamadas Patriot y Homeland Security. En mi presentación anterior, y durante el transcurso del día de hoy, debería quedarles claro que estas medidas oficiales para el cénit han estado implementadas desde hace tiempo. Y como he documentado en el libro, incluyen los ataques del 11 de Septiembre del 2001 y todas las iniciativas de política exterior desde entonces.
Aquí hay algunos ejemplos de la preocupación gubernamental y financiera sobre el cénit petrolero:
1977. La CIA
En marzo de 1977 la CIA produjo un documento secreto informativo con el título La inminente crisis petrolefera soviética. Es uno de los aproximadamente cinco informes que han estado desclasificados, en los cuales mencionan al cénit por su nombre y que llegaron a mis manos aproximadamente hace dos años. Mi boletín informativo From The Wilderness publicó un análisis del informe de la CIA escrito por el ensaayista profesor Richard Heinberg (www.museletter.com) en el que demuestra que la CIA tenía un claro conocimiento del cénit petrolero casi 30 años atrás.
El informe de la CIA dijo: La industria petrolera soviética está en dificultades. El petróleo soviético llegará pronto a su cénit, quizás tan pronto como el año que viene y definitivamente no más tarde que a principios de los 80.
Está claro que la producción soviética no alcanzó su cénit en los años 80. Los economistas del tipo «mundo plano» de hoy a veces utilizan este hecho para desmentir a los activistas del cénit petrolero y demostrarles que están equivocados. Pero lo que pasó no tenia nada que ver con la geología y sí con sucias tramas políticas.
A comienzos de los años 70, EEUU persuadió a las naciones de la OPEP en el Oriente Medio de que relajaran sus cuotas de producción, lo que solo se podría hacer si de alguna manera duplicaban, triplicaban o incluso cuadruplicaban sus reservas declaradas. Las cuotas de producción de la OPEP están ligadas a las reservas calculadas. Entonces, de un plumazo y de manera muy similar al anuncio de hace una semana de Arabia Saudita de que sus reservas por arte de magia se habían duplicado, cada productor del Golfo Pérsico anunció reservas prodigiosas, cayeron en picado los precios del barril en origen y forzaron a los soviéticos, que no podían producir el petróleo por precios tan bajos, a quedar fuera del mercado.
Es decir, todos los productores menos uno. Dubai dejó el número de sus reservas anunciadas como antes. Así que la maniobra fue expuesta como un mero truco de contabilidad. La producción de países OPEP creció y los precios bajaron hasta un nivel por debajo de lo cual los soviéticos no podrían competir. Las ventas soviéticas al comercio exterior cayeron en picado, la economía soviética se contrajo y la producción y la infraestructura soviética colapsó.
Para 1989 la Unión Soviética había terminado y su infraestructura petrolífera yacía en ruinas.
Desde los años 90 con los precios del petróleo en constante alza, Rusia ha llegado a ser el segundo exportador de petróleo después de Arabia Saudita. Pero hasta la prensa oficial en sus informes actuales confirma que la producción Rusa está aproximándose a un casi seguro segundo cénit final. Historias publicadas este año declaran que la producción Rusa entrará en declive irreversible entre 2006 y 2010 y que Rusia cesará de exportar petróleo.
foto Dieciocho de las mayores naciones o regiones exportadoras – incluyendo el Mar del Norte, México, Noruega e Indonesia están demostrando una caída en picado en los niveles de producción.
Seguidamente este mismo informe reconoció que la producción doméstica de EEUU había llegado a su cénit y un posterior e irreversible declive en el año 1970. Si la CIA sabía que era un problema para los EEUU y la Unión Soviética, sabía también que era un problema que acabaría teniendo que afrontar el mundo entero.
1999. Richard DICK- Cheney
En Noviembre de 1999 el director ejecutivo de Halliburton, Richard Cheney, en un discurso en el Instituto del Petróleo de Londres, dijo: «Nosotros, como industria, hemos tenido que sortear el problema irritante de que una vez que encuentras petróleo y lo bombeas de las entrañas de la tierra tienes que seguir buscando y encontrar más o te quedarás sin negocio (…) Cada año tienes que encontrar y desarrollar reservas iguales a la extracción para simplemente quedarte en pie, para poder mantener el equilibrio inversión-producción. Esto es verdad tanto como para las compañías en general, económicamente hablando, como para el mundo en general.
«Una compañía recientemente unida como Exxon-Mobil tendrá que asegurar más de un billón (mil millones) y medio de barriles de nueva producción cada año solo para poder reemplazar la producción existente (…)
«En todo el mundo, las compañías petroleras están obligadas a encontrar y desarrollar suficiente petróleo como para amortiguar nuestro declive de más de 71 millones de barriles al día -hoy está en 84 millones-, pero también para hacer frente a la nueva demanda».
Agregaba entonces Cheney que según algunas estimaciones habrá como media un incremento en la demanda anual de dos por ciento en los años venideros, unido a un estimado tres por ciento de declive en la producción de reservas existentes. Esto significa que para el año 2010 necesitaremos algo como 50 millones de barriles adicionales por día. ¿De donde vendrá este petróleo? Para la mayoría de las compañías los mayores beneficios vienen de los yacimientos más importantes (…) pero muchos de estos yacimientos están llegando a su final (…) mucho del petróleo que se extrae en la actualidad de los yacimientos nuevos tiene un costo muy alto para una baja rentabilidad (…)
«Las compañías más grandes tienden a tener niveles de crédito más altos y en consecuencia los niveles de préstamo más bajos, pero también tienden a tener los beneficios más altos en las bolsas. El precio de la prima de las acciones se vuelve valioso en operaciones de alza».
La energía es realmente fundamental en la economía mundial. La guerra del Golfo fue un reflejo de esta realidad (…) es el elemento básico, la piedra angular de la economía mundial (…) Beno, el fin de la era del petróleo no ha llegado aún, pero los cambios tienen efecto ya, y la industria tiene que estar preparada para adaptarse al nuevo siglo y las transformaciones que nos esperan.
2001, ABRIL. LA ASAMBLEA DE RELACIÓNES EXTERIORES
En Abril del 2001, justo un mes antes de que el Grupo Nacional de Desarrollo y Energía, liderado por Dick Cheney -que venía reuniéndose en secreto desde enero de ese año- publicara su propio informe, la Asamblea de Relaciones Exteriores, (CFR en sus siglas inglesas), probablemente el lugar de reunión de los más influyentes creadores de programas políticos e intereses económicos del mundo, hizo público su propio informe sobre la energía. Algunas de sus admisiones, incluso en comparación con las más dañinas del grupo NEPDG de Cheney, eran admisiones sin adornos de que la envergadura e importancia del cénit del petróleo estaban bien entendidas mucho antes de que apareciese cualquier signo público del mismo.
El informe, titulado Desafíos Estratégicos para el Programa de Energía en el Siglo 21: Informe del Cuerpo Independiente promovido por el Instituto James A. Baker III y el CFR, incluía las siguientes observaciones:
El fuerte crecimiento económico mundial y la nueva demanda global de energía se han traducido en el fin del superávit sostenido de capacidad de combustibles hidrocarburos y el principio de limitaciones en capacidad. De hecho, el mundo está ahora mismo peligrosamente cercano a la utilización de toda la producción mundialmente disponible, elevando las probabilidades de una crisis en el abastecimiento, con las consecuencias más sustanciales vistas en las últimas tres décadas.
Estas elecciones afectarán a otros objetivos políticos de los EEUU: de cara a Oriente Medio; la política de cara a la antigua Unión Soviética y China; la guerra contra el terrorismo internacional. Mientras tanto la infraestructura energética en gran parte del mundo desarrollado se está viendo seriamente desafiada a consecuencia del incremento en la demanda consumista de las clases medias, especialmente en la zonas asiáticas más populosas y de más acusado crecimiento económico.
Los precios crecieron en todo el espectro energético, tanto aquí como en el extranjero, cuando el crecimiento de la demanda chocó con los límites de la capacidad y abastecimiento al final del último siglo.
Señoras y señores, eso es una descripción prácticamente perfecta de lo que es el cénit petrolero y como se manifiesta en el escenario mundial. El informe del CFR también incluía una frase que viene siendo casi un rezo económico desde la segunda guerra mundial.Los picos en lo precios desde 1940 siempre han sido seguidos por una recesión.
Dado que hemos visto picos en los precios de los más altos en la historia durante los últimos cuatro años, incluyendo un salto de más de 100% en el precio del petróleo a pie de pozo en los últimos tres años, estaríamos razonablemente a punto de experimentar una recesión, ¿no? Hoy estamos a pocas semanas de un colapso económico -sobre todo después de los huracanes Katrina y Rita***- que probablemente sobrepasará la crisis que empezó con la bolsa en 1929 y del cual no habrá recuperación. Estos devastadores huracanes no están separados del Cénit Petrolero y tampoco lo desestiman. Están develando el Cénit Petrolero en todo su mortífero significado. Los huracanes son los catalizadores mortíferos que han empujado a EEUU y al resto del mundo al borde de un colapso de tal magnitud que será imposible recuperarse. No habrá suficiente energía disponible para reconstruir la infraestructura energética, ni mucho menos recuperar lo que se habrá perdido. No habrá retorno posible para la economía de EEUU, que desde hoy tiene más del 90% de su producción petrolera del Golfo y más del 65% de su producción de gas natural en el Golfo encerrada.
Los reportajes -convenientemente ignorados en las noticias de cada noche- han confirmado que, en lo que a infraestructura se refiere, Rita y Katrina son desastres sin parangón que en circunstancias normales requerirán una década y cientos de miles de millones de ya no existentes dólares para poder recuperarse. Antes de que las tormentas tocaran tierra, el mundo estaba produciendo petróleo a su máxima capacidad y no alcanzaba a satisfecaer la demanda global.
No ha habido ni un solo descubrimiento de un yacimiento de más de 500 millones de barriles desde hace dos años en un mundo que utiliza un mil millones de barriles cada 11 días y medio; los descubrimientos han caído en picado desde mediados de los 60.
2001, MAYO. GRUPO PARA EL DESARROLLO DE POLITICA ENERGÉTICA NACIONAL
Este grupo clandestino, (NEPDG en sus siglas Inglesas) que ha llevado sus archivos y deliberaciones hasta el Tribunal Supremo para mantenerlos en secreto, es para mi el sitio donde se hayan enterrados los secretos más sombríos sobre los ataques del 11 de Septiembre y el grado de conocimiento del gobierno sobre el cénit petrolero. Este cuerpo especial se reunió justo cuando los primeros 20 de los 25 pozos excavados en el Caspio dieron en seco.
En Crossing the Rubicón… hablo de las meras siete páginas que componen los archivos del NEPDG en manos públicas después de varios recursos legales que confirman la obsesión del grupo, no con el descubrimiento de petróleo, conservación (estancamiento económico) o sustitutos de energía, pero con saber dónde estaba el petróleo, quien tendría derecho sobre él y aparentemente, con quien habría que tratar para poder tener acceso al mismo.
El informe hecho público del NEPDG nos dijo, solo cuatro meses antes de los ataques del 11 de Septiembre:
En el año 2001 los Estados Unidos se enfrentan a la más seria escasez de energía desde los embargos de los años 70. Diversas estimaciones indican que en los próximos 20 años el consumo de petróleo de EEUU se incrementará un 33%, el de gas natural en más de un 50%, y la demanda de electricidad se incrementará en un 45%. Se espera que el consumo en EEUU se incremente en alrededor del 32% para el año 2020.
La Administración de Información Energética estima que la demanda de gas natural se incrementará en más de un 50% entre 2000 y 2020; sin embargo producimos un 39% menos de petróleo hoy del que producíamos en el año 1970, dejándonos cada vez más dependientes del abastecimiento del extranjero.
Siguiendo este camino dentro de 20 años los Estados Unidos importarán casi dos de cada tres barriles de petróleo -una situación que incrementa nuestra dependencia sobre poderes extranjeros que no siempre tienen en consideración nuestros mejores intereses.
2005, FEBRERO. INFORME SAIC DE ROBERT HIRSCH
La Corporación Internacional de Aplicaciones Científicas (SAIC en siglas Inglesas) es una de las compañías de tecnología militar e inteligencia en la cima de las elites del mundo. Controla una parte significativa de Internet y es una de las compañías claves en el campo de datos sobre tecnologías mineras utilizadas por el gobierno de EEUU para espiar a enemigos potenciales: es decir, nosotros.
En 2004 el gobierno de los EEUU encargó a la SAIC un estudio sobre el cénit del petróleo y recomendaciones y estrategias para afrontarlo. Este reportaje -publicado el pasado verano (del Hemisferio norte)- reveló en gran medida que el colapso es inminente. Aunque rehusó posicionarse sobre cuando ocurrirá, el informe El cénit de producción de petróleo mundial: consecuencias, mitigaciones y control de riesgos- dejó el panorama bastante claro:
Esperar hasta que la producción mundial llegue a su cénit antes de tomar drásticas medidas de acción, deja al mundo con un significativo déficit del combustible liquido durante más de dos décadas (…) Si las medidas fueran escasas o llegaran demasiado tarde, el balance de la oferta/demanda mundial se llevaría a cabo mediante la destrucción masiva de la demanda (escasez), lo que significaría graves penurias económicas…
Señoras y señores, hay un plan para afrontar el cénit del petróleo. Se ha formulado desde hace ya tiempo y se lleva a cabo ahora mismo y delante de nuestros ojos. No contiene ninguno de los aspectos que nos gustaría, es irreversible, y no hay nada que lo pueda detener. Aunque me he reunido con el senador Roscoe Bartlett de Maryland (Cf.) y aunque aplaudo sus esfuerzos singulares y sinceros en esta materia, no tengo ningún optimismo en que tuviera influencia alguna en la política pública. Es realmente un hombre bueno, creo yo. Pero un senador que no encabeza ningún comité relacionado con esto y que no cuenta con el apoyo ni de su partido ni de la Casa Blanca, poco puede hacer que no sea educar y avisar al público.
Ahora veamos la respuedsa del gobierno al cénit anunciado: previamente aclaré que la respuesta incluirá solo medidas que protegen a las elites financieras y a las corporaciones más grandes. Estás medidas incluyen:
1. Racionamiento. 2. Más carbón y energía nuclear -énfasis en la conversión Fischer-Tropsch de carbón a líquido-. 3. Suspensión de las medidas de restricción sobre perforación y medio ambiente. 4. Protección de infraestructura crítica . 5. Refuerzo de operaciones militares domesticas y suspensión de Posse Comitatus. 6. Suspensión y relajación de leyes sobre trabajo y salario mínimo. 7. Cambiar y reforzar las leyes sobre bancarrota para permitir a un menor número de consumidores que puedan cancelar sus deudas. 8. Facilitar y permitir la reducción de población a través de hambrunas y enfermedades. 9. Reforzar y conceder más poder al FEMA. 10. Destruir demanda a través del colapso económico y la ubicación de los recursos escasos -por la fuerza si es necesario- para proteger los intereses de las comunidades más ricas y los del país.
LAS CINCO REGLAS
De acuerdo con esto he desarrollado cinco reglas que se podrían utilizar como guía para todos los que entienden el cénit petrolero y quienes aprecian tanto su inminencia y significado y que quieren hacer algo para incrementar sus posibilidades de sobrevivir mientras nuestra larga emergencia empieza:
1. No hay combinación alguna de energías alternativas que permitirán la continuación del consumismo y crecimiento actual.
2. Aunque las haya, tardaría 30 años y mucha inversión de capital cambiar una infraestructura energética. El cénit del petróleo está aquí ahora. La infraestructura actual no será reconstruida ni bien mantenida. Las ganancias derivadas de esta inversión para las elites financieras son inciertas y no gastarán más de lo mínimamente necesario en «soluciones de tirita» hasta que el colapso sea evidente.
3. No hay gobierno ni elite (ni federal ni a nivel de estado) que haga (ni que sea capaz de hacer) algo para solucionar el cénit petrolero y la escasez de energías El sistema político esta completa e irremediablemente roto.
4. Hasta que no se cambie como funciona el dinero, no se cambiará nada. Será más beneficioso dejar que el declive, la hambruna, la guerra y la enfermedad ocurran de lo que sería prevenirlos (capitalismo del desastre).
5. Todas las soluciones habrá que buscarlas a nivel local, donde se origina el problema, independientemente del gobierno. Lo que nos salvará -a ti y a tu familia- vendrá determinado por el qué y el quién está en tu barrio y qué tipo de cooperación se haya logrado allí.
Estas son palabra desnudas y duras, lo sé. Pero durante muchos años con From the Wilderness tenemos un record curioso: alrededor del 80% de precisión en nuestras predicciones sobre los futuros acontecimientos y tendencias.
Hoy estamos a unas solas semanas de una de las mayores caídas económicas jamás experimentadas por los Estados Unidos. Es una caída que en realidad ha sido alentada durante un tiempo por una política fiscal temeraria: el déficit en alza tanto en Wáshington como en nuestra balanza de pagos, la inexcusable inflación a rienda suelta y la burbuja inmobiliaria, la expansión de crédito al consumidor y los ahorros netos negativos, por nombrar algunas causas.
Es así cómo se alcanzará la destrucción de la demanda masiva para mantener un grado de estabilidad global mientras el cénit empieza a cobrar víctimas, como ha sucedido en Zimbabwe e Indonesia. Con la población de EEUU constituyendo el cinco por ciento de la población mundial y con el consumo del 25% de la producción global de energía, ha estado claro desde hace tiempo que Estados Unidos era el único comprador que contaba y que tenía que ajustarse antes de que medidas globales más amplias y desesperadas pudieran ser implementadas.
Con toda la sinceridad y fervor de que dispongo; con cada onza de credibilidad que he conseguido en estos largos años de activismo y cuidadosa y documentada investigación, les imploro tomen en serio estas advertencias y adoptenmedidas ya. Las únicas opciones productivas que tenemos están en mirar hacía nuestras propias vidas y comunidades y empezar a tomar las medidas que mejoren nuestras opciones y aumenten su base de apoyo allí.
Porque les aseguro que no hay nadie en Wáshington dispuesto y nadie en Wall Street con el más mínimo interés en cómo saldremos de esto. Mantener un paradigma económico requiere crecimiento infinito y el sacrificio de todo lo que es humano y bueno para lograrlo, hasta la vida humana en sí. Incluso con el poquito tiempo que queda antes de que la realidad nos golpee, hay medidas que se pueden adoptar y ustedes mismos pueden determinar cómo sobrevivir a esto. Pero la única forma de empezar ese proceso está en entender que nadie, excepto quizá tus vecinos y familia, va a hacer algo para ayudarte, -y esto ha sido el plan real desde hace muchos, muchos años-.
Gracias.
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* Investigador estadounidense, ex integrante de las fuerzas de seguridad de California. La versión en castellano de la conferencia mencionada se publicó en el portal Crísis Energética (www.crisisenergetica.org/article.php?story=2005101123442585). Los textos completos en inglés pueden accederse en la organización Powerswitch: www.panda.org/powerswitch
** En castellano: Cruzando el Rubicón, la declinación del imperio americano y el final de la edad del petróleo, New Society, 2004. No está traducido.
*** A los que debe sumarse Wilma, que se califica como el peor -de más poder devastador- de los tres.