La española Repsol se dice dispuesta a dialogar y afirma que respeta la voluntad popular
El Banco Mundial está dispuesto a ayudar al futuro gobierno de Bolivia a fin de que sus recursos naturales sean una «bendición» para la población, dijo este martes el presidente de la institución, Paul Wolfowitz. «Deseo reunirme con el presidente (Evo) Morales», ganador de las elecciones bolivianas del domingo, dijo Wolfowitz a la prensa durante una visita a Brasil.
«Es bueno estar en América Latina en una época en la que los gobiernos son elegidos», dijo. «Recuerdo cuando no era el caso», añadió. Interrogado sobre la explotación de gas y petróleo que Morales prometió nacionalizar en campaña, Wolfowitz dijo que esos recursos «pueden ser una maldición o una bendición».
«Hay que asegurarse de explotar y administrar esa riqueza de modo que sea una bendición para el pueblo», dijo. El Banco Mundial «puede ayudar con mecanismos que aseguren inversiones transparentes, responsables e inteligentes», añadió.
En Madrid, el presidente de la empresa petrolera española Repsol YPF, Antonio Brufau, declaró hoy que su compañía está dispuesta a dialogar con el futuro gobierno boliviano y expresó su respeto a la «voluntad popular» que dio la victoria al líder indígena socialista Evo Morales en las elecciones del domingo.
«Bolivia ha tomado una decisión, que es escoger a un equipo de gobierno con sus ideas y con sus propios planteamientos», dijo Brafau, cuya empresa tiene fuertes inversiones en la industria de los hidrocarburos en Bolivia.
Sin embargo, en declaraciones formuladas en el País Vasco, el empresario se negó a comentar los planes del futuro presidente de Bolivia, quien anunció en su campaña su intención de nacionalizar los recursos naturales de su país, en una decisión que afectaría las compañías petroleras extranjeras, entre ellas Repsol.
«Hoy es muy prematuro poder decir otra cosa que no sea nuestra voluntad de diálogo y nuestro respeto por las decisiones populares que tomó el pueblo de Bolivia», subrayó.
«Nosotros lo que vamos a hacer es hablar con ellos para intentar encontrar las vías de comunicación que hagan que el proyecto de Bolivia como país sea mejor, y que, evidentemente, los agentes que allí estamos trabajando aportemos valor para Bolivia y al mismo tiempo podamos desarrollar nuestro trabajo», agregó.
La victoria en Bolivia del dirigente socialista indígena Evo Morales inquieta a las petroleras extranjeras que explotan los ricos yacimientos gasíferos, poniendo al país andino en una encrucijada política, económica y social.
Para dar seguridad a esas compañías, el jefe del Movimiento al Socialismo (MAS, izquierda), Morales, afirmó el lunes en Cochabamba (450 kilómetros al este de la capital, La Paz) que su gobierno «no expropiará ni confiscará los bienes» pertenecientes a las empresas petroleras extranjeras.
Tres días antes, el mismo «Evo» clamaba en plena campaña electoral por la «nacionalización» del gas y pedía que esa riqueza fuera devuelta a los bolivianos.
Morales empleó siempre un doble discurso respecto al tema del gas. El líder del MAS les dio seguridad a los diplomáticos y a los empresarios petroleros. Pero no dudó en ufanarse y reclamar la nacionalización cuando el contexto era aun mitin político.
Su electorado es muy sensible a la idea de la propiedad de la tierra, vital para los campesinos andinos, que le dan además un carácter místico.
Los especialistas del MAS querrían renegociar todos los contratos con las compañías petroleras y transformarlos en contratos de explotación o de prestación de servicios, explicó un experto en temas petroleros.
Conforme al viraje a la izquierda del país, el futuro gobierno tendría la intención de negociar directamente con los Estados en caso de bloqueo de las negociaciones con las empresas, indicaron fuentes próximas al MAS.