El banco UBS, uno de los más grandes de Suiza junto con el Credit Suisse, da la espalda a los clientes de países que están en la mira de EE.UU., comenzando por Irán. La medida también afectaría, en parte, a Siria.
El mayor administrador de fondos del mundo comunicó que desde fines del año pasado comenzó a cortar sus relaciones con clientes en Irán. El portavoz del UBS, Serge Steiner, explicó que ello vale para todos los campos de negocios en que opera el banco. No quiso confirmar, en cambio, versiones de que el mismo procedimiento se estaba aplicando, en parte, a Siria.
Consideraciones empresariales
El instituto financiero afirma no actúa así por razones políticas, sino por consideraciones económicas. Opina, en definitiva, que las ganancias que prometen dichos negocios no bastan para cubrir sus altos costos. Éstos se derivan de la inseguridad imperante en cuanto al proceder que adoptarán los organismos de control y a cuestiones de seguridad. «No es una decisión política. Es una decisión puramente empresarial, en la que se sopesaron muchos factores», aseguró Steiner.
No obstante, esos factores obviamente están ligados a la situación internacional. Desde luego, no sorprende que el banco se mueva con cautela, en vista de sus fuertes intereses en Estados Unidos. En cambio, sí llama la atención que la medida se haya hecho pública, en vista de que la banca suiza suele considerar la discreción como uno de sus principales activos.
¿Mera coincidencia?
El banco explicó que era imposible mantener la decisión en secreto, dado que había que notificar por escrito a los clientes del cierre de sus cuentas. Pero probablemente no sea casual que la noticia se confirme justo después de que comenzaran a circular versiones sobre la intención iraní de transferir fondos de cuentas europeas.
A juicio de expertos, los grandes bancos suizos no quieren figurar en los titulares de la prensa ni ser vistos como posible refugio de dineros iraníes. Pero, sobre todo, no quieren tener problemas con Estados Unidos.