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Comités de Bases ¡YA!

Fuentes: Rebelión

En nota reciente citábamos puntos esenciales buscando la mayor suma de felicidad revolucionaria posible en el marco del proceso revolucionario comandado por Hugo Chávez: programa, pueblo, organización, expectativa; decíamos. A efectos de lo que entendemos es una prioridad política con miras al próximo 3 de diciembre electoral, en función de esos términos, vemos la necesidad […]

En nota reciente citábamos puntos esenciales buscando la mayor suma de felicidad revolucionaria posible en el marco del proceso revolucionario comandado por Hugo Chávez: programa, pueblo, organización, expectativa; decíamos. A efectos de lo que entendemos es una prioridad política con miras al próximo 3 de diciembre electoral, en función de esos términos, vemos la necesidad de constituir Comités de Bases del bloque del cambio con el fin de asegurar, fijar, la acumulación de fuerzas progresistas lograda hasta el momento casi exclusivamente por el líder presidente.

Esta implementación puede tener lugar a partir de la activación de los próximos Consejos Comunales de Participación, aprovechando el ámbito organizativo que con ellos tendrá lugar. No iremos muy lejos para sustentar esta necesidad de «afinar» la acumulación política lograda hasta el momento. Comparemos las cifras de votos en cada una de las fuerzas y partidos del llamado bloque del cambio, en la primera elección presidencial y en la última del 2004.

Luego, proyectemos desde allí una intención de votos con miras a las próximas elecciones presidenciales, contando con los Consejos Comunales y los Comités de Bases ya activados. Enfrentemos esa proyección numérica con la del conteo electoral del 98. O, si se quiere, las de aquella masa adherida a la inicial propuesta de cambios que representaba Hugo Chávez, con la que resulte de la proyección, contando con una concreta organización partidista de sus militantes ampliada hoy, por un gran número de beneficiarios directos de las muchas bondades del proceso en marcha.

Podría pasar -lo descontamos- que uno solo de los partidos integrantes tenga tantos o más votantes que los que tuvo todo aquél bloque inicial, que además contará con una multiplicidad de Comités de Base constituidos que podrán estabilizar esa fuerza, conjuntamente con la del bloque como tal, sustentando firmemente las expectativas de crecimiento. Por consiguiente, quedarán establecidas las bases para el desarrollo estratégico-ideológico hacia la estabilización definitiva del Proceso Revolucionario Bolivariano y de su Gobierno, pensando en ésta y las múltiples elecciones que de seguro vendrán. Serán bastantes y bien cargadas de positivismo revolucionario cuando organizadamente tengan lugar las Contralorías Sociales y se originen los referendos revocatorios de calibrados usurpadores, ineptos y corruptos.

En nuestro país -no pueden haber dudas- se ha producido una revolución social. La envergadura del cambio ya producido permite afirmarlo. Pero no debemos olvidar que las revoluciones también se frustran. Nada asegura que traspasado cierto umbral, una corriente inesperada nos regrese al otro lado. Ejemplos nacionales e internacionales, sobran para demostrar esta posibilidad y entonces solo nos queda estar alertas para detectar que lo que espera a la vuelta del umbral es un daño irreparable.

Una estrategia basada en la política de alianzas y por ende en un programa, ha sido promulgada por la historia y en especial, vertiginosamente, en nuestra Venezuela. De manera que la buena gestión encabezada por Hugo Chávez debe crear promover la conciencia ciudadana de que la estrategia dio sus frutos, de que un enorme cambio social se produjo y por lo tanto, ahora debemos proceder también, al cambio y la revolución en lo personal, en los adentros de nuestros cerebros. Si los cambios no los trasladamos a nuestras propias cabezas en nuestro diario accionar, iremos directamente hacia el fracaso. Honestamente así lo creemos.

Uno de los riesgos más comunes que corremos es el de no darnos cuenta de lo cerca que está esa declinación, ese terraplén hacia el fracaso. Porque no hay peor hábito, en especial malo, que el de las ideas sin la oportuna disposición a desarrollarlas. Alguien dijo que solamente los tontos y las ostras se adhieren sin pensarlo. Creemos firmemente que abandonar errores es más difícil que dejar de beber o de fumar. Como así también que despertar las neuronas y ponerlas a trabajar es más o menos como hacer trabajar a un burócrata o conversar con un mudo soviético. Sin embargo ambas cosas son posibles ante la urgencia de una profunda necesidad.

Casi nos hemos acostumbrado a celebrar a lo largo de una docena de triunfos electorales y re-afirmatorios. Ahora hay que ponerse a trabajar por el triunfo definitivo, que dará lugar a la consolidación del Proceso Revolucionario Bolivariano. Después vendrán los revocatorios con nuevos aires limpiadores de bacterias y otros muchos bichitos usurpadores.

Evidentemente hemos tenido pueblo con programa y por eso ese pueblo pudo ganar y podrá seguir ganando. Hay también organización porque de otro modo no pudiera haber ni pueblo ni programa. Pero hará falta más pueblo y mucho más organización para consolidar la cosecha de éxitos bolivarianos el próximo 3 de Diciembre.