En un reciente número de Diagonal leíamos una reseña de la «novela gráfica» (comic de calidad, para entendernos) de Alan Moore y David Lloyd titulada «V de Vendetta». Lo que páso por alto el autor de aquella reseña fue que estaba al llegar el estreno de la adaptación hollywodesca y matrixiana de la historia. No […]
En un reciente número de Diagonal leíamos una reseña de la «novela gráfica» (comic de calidad, para entendernos) de Alan Moore y David Lloyd titulada «V de Vendetta». Lo que páso por alto el autor de aquella reseña fue que estaba al llegar el estreno de la adaptación hollywodesca y matrixiana de la historia. No podría ser más matrixiana puesto que detrás están los hermanos Wachowski, creadores de la sobrevalorada trilogía Matrix. Y no podría ser más hollywoodesca, porque fiel a su carácter de Nuevos Misioneros del Imperialismo Cultural (cumplen el papel de los curas que acompañaban a los españoles en la conquista y adoctrinamiento de los indígenas americanos), las megacorporaciones del cine comercial estadounidense no podían dejar de rebajar una historia profundamente revolucionaria, que contrapone anarquismo a fascismo y cuyo protagonista originalmente hace explícito el mensaje de destrucción del Estado, hasta dejarla en una efectista e inofensiva lucha de progres contra neocons.
Tal es la traición a la obra original (reconocida unánimemente como una de las obras cumbres de la Novena Arte), y no sólo desde el punto de vista ideológico, que el propio creador de la misma, Alan Moore, ha tachado el guión del filme de «basura» e «imbecilidad». Así no es de extrañar que esté en el primer puesto en la lista de películas más taquilleras en los EE.UU.
Pero hay mucho más en torno a este estreno que una simple cuestión de fidelidad cinematrográfica a un obra literario-tebeística. Algunos grupos libertarios (en EE.UU. y también en el estado español) han aprovechado la que consideran una oportunidad histórica para recuperar el mensaje anarquista original y han puesto en marcha campañas que tratan de trasmitir un interés por conocer la auténtica ideología que se esconde tras la máscara del héroe de «V de Vendetta». El comunicado de lanzamiento de AforAnarchy.com comenzaba con un lúcido entusiasmo: «Anarquistas: este mes supone el comienzo de la oportunidad más importante en décadas para comunicar a millones de personas la posibilidad de un mundo sin capitalismo ni coerción.» ¿Eran conscientes los Wachowski de que por mucho que rebajasen el carácter radical de la obra, no podrían impedir que suscitase interés por conocer su mensaje original? ¿Les importaba? Seguramente no. Más allá de la recaudación en taquilla, del futuro DVD o el previsible merchandising, son poco probables otras preocupaciones. Pero hay miles de aficionados al comic y militantes libertarios en todo el mundo que se están organizando para aprovechar la propaganda que de forma mundial, masiva y gratuita, y pese a la infiel adaptación final, se le va a proporcionar a una obra cuyo mensaje anarquista está ahí para quien lo quiera buscar, como un virus listo para extenderse o una bomba esperando para explotar. «Convocamos a los anarquistas de todas partes a utilizar la película como una oportunidad para la educación y el diálogo. Por medio del uso de la textos, charlas, mesas redondas y teatro callejero a la entrada y salida de los cines que proyecten la película, podemos inspirar a los espectadores a que se unan a la lucha por una sociedad sin estado», proclaman los responsables de AforAnarchy.com.
Resultará curioso ver cómo confluye y se retroalimenta esta campaña con otras que desde posturas reaccionarias, ven indignados que una película de difusión mundial y tremendamente comercial presenta a un «terrorista» que vuela el Parlamento británico y otros símbolos del poder del Estado ni más ni menos que como un héroe. ¡Un sacrilegio en la santa cruzada contra el Satán Terrorista! La polémica comenzó ya antes del propio estreno, primero con el retraso de la fecha inicial prevista para su lanzamiento que inicialmente iba a coincidir con la fecha del 5 de noviembre, que tiene un significado especial dentro de la historia que nos cuenta tanto el comic como la película, debido a que los atentados del 7 de Julio en Londres estaban demasiado recientes. Los productores consideraron adecuado dejar pasar un tiempo y no estrenar una película donde el protagonista se dedica a poner bombas en un ucrónico Londres, estando tan recientes unos sangrientos atentados yihadistas en el Londres real. Después vino su paso por el festival de Berlín, donde se rasgaron ya las primeras vestiduras. Ahora la tenemos entre nosotros y ya hay hasta quien ha querido ver una conspirativa coincidencia con el presumible inicio de conversaciones entre el gobierno socialista y ETA. ¿Hasta dónde llegará la polémica? ¿Habrá algún boycott por parte de la derecha? Al menos los traicionados fans de la obra original y los avispados colectivos libertarios han sabido ver que es preferible aprovechar el tirón mediático de la película para dar a conocer la obra original y su auténtico mensaje. Aunque siempre podrán contar con el refractarismo mental del público que apenas se quiera quedar con una hora y media de efectos especiales y comente al salir del cine, como una joven en el pre-estreno en una ciudad española: «Ay, salgo enamorada del fantasma de la ópera, pero lo que no entiendo es por qué se empeñó en volar el parlamento…».
Para saber más:
http://www.VdeVendetta.info
http://www.AforAnarchy.com