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Desafíos al PT

Fuentes: Página 20

Traducido del portugués para Rebelión y Tlaxcala por Manuel Talens

Soy ideológicamente del PT, aunque nunca me afilié al partido. Lo he defendido siempre en mis actuaciones. Por ello, como observador participante, me permito opinar sobre algunos desafíos que sin duda se plantearán en el 13º encuentro nacional que definirá la estrategia para la reelección del presidente Lula y el marco del programa de gobierno.

En primer lugar, es importante que seamos humildes para reconocerlo: «Caímos en la tentación de la política tradicional, cuya práctica incluye la excusa de una alianza con el poder económico. Por eso no es transparente. Nos hemos equivocado. Pero todo error puede corregirse. Hemos pecado. Pero todo pecado tiene perdón. Caímos porque nos alejamos del pueblo y de los movimientos sociales, que día a día nos convierten a las prácticas correctas. Sólo podremos redimirnos si regresamos a ese primer amor y rehacemos la alianza con los movimientos sociales.»

¿Qué quieren los movimientos sociales y el pueblo? Cambios profundos que impriman otro rumbo a Brasil a favor de las mayorías siempre marginadas y excluidas. Pero ese mismo pueblo deberá comprender que no hacemos lo que queremos, sino lo que podemos o lo que nos dejan hacer. El terreno estaba ocupado y minado. Pero no todo son minas. Hay espacio para las innovaciones. El PT innovó en política exterior y creó alianzas que se oponen a la lógica inamovible del neoliberalismo. Innovó en política social al crear una red integrada que beneficia a cerca de 8 millones de familias. Pero podría innovar más, sobre todo en la gestión macroeconómica, que debería adaptarse al proyecto social. Faltó «virtud», la osadía necesaria para abrir cuñas en la rigidez monetarista que impera en la economía. Faltó reconocer la realidad de las cosas: que la financiación del capital es una astucia del capitalismo mundial, que no se sustenta por sí misma y que un día explotará para desgracia de todos; faltó escuchar más el grito de los movimientos sociales y las buenas razones de la inteligencia crítica. Es importante que replanteemos esta cuestión, porque sin ella no podremos acceder al posliberalismo.

Un cambio de rumbo en esta política hará resurgir de nuevo la esperanza de que otro Brasil es posible -como solían gritar hace años los pueblos de Porto Alegre- al demostrar la viabilidad de otro mundo posible y de una globalización con rostro humano.

Es fundamental que se consolide la derrota que el PT le infligió a la coalición liberalconservadora que siempre había ocupado el poder central y que, desde la perspectiva popular, deshonró a Brasil. Lo convirtió uno de los países menos igualitarios y, por eso, más injustos del mundo. Ese grupo no acepta que alguien del pueblo, que se expresa en el lenguaje de la cultura popular -tan legítimo como cualquier otro-, defina los destinos políticos de Brasil. Esa coalición se está articulando y estableciendo todo tipo de alianzas para regresar al poder. Carece de ética. Su proyecto político es intrínsecamente contrario a la ética, porque es antisocial y no quiere un Estado que se ocupe del bienestar universal, sino un Estado mínimo y privatizador. De esta manera convierte los bienes públicos, que son de todos, en propiedad privada, que es de unos pocos. Da prioridad a la competición en vez de a la cooperación, que es la base de la convivencia y de la democracia.

El PT y sus aliados tienen que sentirse orgullosos de la ruptura que introdujeron en la historia de Brasil: de que alguien del pueblo, salido del «arroyo de la vida», lograse llegar a la cúpula del Estado y desviase la política hacia lo social y los pobres. Esa herencia debe ser celosamente conservada. Y sólo podremos conseguirlo reeligiendo este año al presidente Lula.

El teólogo brasileño Leonardo Boff es autor del libro Que Brasil Queremos? (Vozes, 2000). Es miembro de Carta da Terra.

Texto original: www2.uol.com.br/pagina20/19042006/opiniao.htm

Manuel Talens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.